CAPÍTULO 33

469 36 1
                                    

Un ruido llamó tu atención en mitad de la noche, por el sonido de platos rompiéndose supiste que venía de la cocina.

Saliste de la cama algo asustada, pero viendo que nadie más se dio cuenta del ruido no te quedó más remedio que ir a ver que pasaba.

Cuando llegaste a la cocina no había nadie, simplemente la ventana de esta estaba abierta.

Te asómate por ella y observaste que una ventana del edificio de enfrente estaba abierta. Los edificios estaban tan cerca por esa zona que de un salto se podía pasar de uno a otro.

Tus nervios empezaron a crecer, ya que parecía que alguien había entrado a tu casa y por el camino se llevó los platos que descansaban en el escurridor.

Al momento escuchaste como alguien corría hacia el interior de tu casa, concretamente hacia las habitaciones del final del pasillo, la de tu padre y la de Shuji.

Corriste hacia la misma dirección, el pasillo no era muy largo, pero la pequeña carrera que hiciste se te hizo eterna.

Cuando, por fin, llegaste entraste primero a la habitación de tu padre ya que era la que tenía la puerta abierta.

Al entrar pudiste ver la figura de tu padre durmiendo tranquilamente con Ares a sus pies.

Un golpe en tu cabeza hizo que perdieras el equilibrio durante un momento acabando de rodillas en el interior de la habitación.

Cuando recobraste el equilibro y tu vista dejó de ser borrosa te giraste en la dirección del golpe.

Viste la puerta de Shuji abierta de par en par, de esta manera podías ver lo que ocurría en su interior.

Mientras te levantabas con algo de dificultad, ya que seguías algo aturdida. Pudiste ver la sombra de un chico joven a la vera de Shuji.

Te quedaste mirando a aquel chico, esperando a lo siguiente, tenías miedo de moverte, asustarlo y de esta manera perderlo.

Estabas ideando un plan cuando el brillo de un cuchillo, que reconociese como tuyo, te deslumbró.

Aquel muchacho sostenía el arma sobre el pecho del más alto, el cual seguía durmiendo.

Intentaste gritar pero ningún sonido salía de tu boca. Te levantaste a toda prisa, pero por más velocidad que intentabas darle a tus movimientos, más lento te movias.

De un momento a otro el chico dirigió a toda velocidad el cuchillo, clavando lo en el pecho del alto.

En ese momento sentiste como la sangre se te helaba, al intruso salió corriendo por el pasillo perdiendolo en la oscuridad.

Tu solo pudiste llegar hacia el alto, vido como de la herida brotaba una cantidad de sangre exagerada.

Miraste a tu novio a la cara, viendo como está había perdido cualquier color que señalará la continuidad de la vida del mayor.

Empezaste a llorar desconsoladamente, pero, al igual que antes, no hacías ningún sonido, de hecho es como si el mundo se hubiera slinciado desde que escuchaste los ruidos en la cocina.

Le diste un beso en la frente al alto, notando como la temperatura de su cuerpo iba desminuyendo, hasta que notaste algo más frío en tu sien.

No te dio tiempo a enfocar tu vista en el rostro contrario, solo viste el cañón del arma que esté sujetaba y posteriormente nada, te había disparado en la cabeza acabando con tu vida.

Te despertaste alterada, sudando y con la respiración entrecortada. Viste el reloj de la mesita, 4:45 a.m, habías tenido una pesadilla.

Aún sabiendo que lo que pasó no fue real, saliste de la cama en dirección a la cocina.

La luz de Hanma Shuji [Hanma x Lectora] Vol. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora