6 - Pequeños cambios temporales

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A la mañana siguiente, Harry despierta con la cara del rubio muy cerca de él

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A la mañana siguiente, Harry despierta con la cara del rubio muy cerca de él. Es inevitable que no se sonroje y como puede, aparta su cara.

—Tengo preguntas.

—Lo sé. Pero aléjate de mi cara.

El rubio retrocede, avergonzado al darse cuenta de lo cerca que estaban.

Harry se recuesta contra la pared, junta sus rodillas hasta el pecho y coloca su cabeza sobre estas, mirando atentamente a Naruto.

—¿Qué quieres saber?

—¿De dónde vienes en realidad?

La fémina parece despertar al oírles y gira a mirarlos.

—Yo también tengo curiosidad.

—No soy de aquí, de este mundo —aclara.

—¿Cómo qué no? —Naruto le hace una rápida evaluación—. No pareces un extraterrestre.

—Por qué no lo es —Sakura golpea con su almohada la nuca del rubio y le indica al mayor que continué explicándoles.

—Vengo de un mundo en el que existe la magia.

—¿Cómo es —Sakura se acomoda sobre su futón—tu mundo?

—Es...diferente.

A Harry no le gusta recordar su mundo, pero se lo debe a sus amigos, al menos les debe parte de la verdad.

—¿No te gusta? —Naruto pregunta, curioso.

—No. Lo odio.

—¿Por qué?

—¡Naruto! —la fémina parece darse cuenta del cuerpo tenso de su amigo, cosa que el rubio no.

Harry calma a la peli rosa y les explica;

—Mi mundo está en guerra y yo estoy en medio de dicha guerra. Hay dos bandos, la luz y la oscuridad y resulta que yo soy supuestamente el elegido para acabar con esta guerra.

—¿Por qué? —Naruto sigue preguntando. Quiere saber todo lo posible sobre Harry.

Harry deja ver su cicatriz.

—Voldemort intento matarme cuando apenas tenía un año. No lo consiguió.

La fémina lleva sus manos a su boca, conmocionada por las palabras del moreno.

—Creo que mi madre tuvo algo que ver. De una manera u otra antes de morir consiguió protegerme y lo único que causo en mí el Avada Kedavra fue la cicatriz en forma de rayo. Cuando mis padres murieron —los menores no sabían que Harry era huérfano, de ahí el jadeo de sorpresa que escapa de ambos— fui dejado con mis tíos. No voy a hablar de ellos, solo diré que nunca me dijeron la verdad sobre la muerte de mis padres hasta mis 11 años. A los 11 años los niños mágicos suelen reciben la carta de una escuela mágica a la que estén apuntados. Resulta que mis padres me habían apuntado a Hogwarts desde antes de nacer, por lo que aquel cumpleaños una lechuza dejo la carta en casa. Mi tío la rompió, y rompió todas las demás que vinieron. Un día hubo una avalancha de cartas y mis tíos nos llevaron a mi primo y a mí a una casa en un faro. Hagrid nos encontró y me explico lo que era. Después de 11 años por fin supe que les había sucedido a mis padres y quien era. Hogwarts es el hogar que nunca tuve, pero con Voldemort detrás de mi cabeza y el viejo manipulador de mierda del director mis años fueron un infierno. Alguien —no es momento aun de hablarles de la Muerte— me propuso entrenar en este mundo y volver al mío cuando esté completamente preparado para acabar con la guerra. Y ya, esa es mi historia.

Dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora