25 - Cosas de la noche

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Lo que en un principio iban a ser un par de besos y ya, se convierte en un Harry recostado sobre la fina sábana conjurada y Naruto sobre él, besando y mordisqueando su cuello

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Lo que en un principio iban a ser un par de besos y ya, se convierte en un Harry recostado sobre la fina sábana conjurada y Naruto sobre él, besando y mordisqueando su cuello.

El moreno muerde sus labios con fuerza, evitando soltar cualquier sonido vergonzoso, algo que al menor no termina de gustarle, por lo que aleja su atención del cuello del mayor y le besa, mordiendo y tirando con cierta molestia el labio maltratado del mago, pero sin hacerle daño.

—No hagas eso —Naruto suelta el labio del mago y le mira. Sus rostros están tan cerca que, si cualquiera se mueve apenas un milímetro, sus labios volverán a tocarse—. Déjame escucharte, por favor —Harry no puede negarse a la petición del rubio, menos después de ver ese brillo en sus zafiros. Es la primera vez que el ninja le mira con tal intensidad.

Esta vez, cuando el menor vuelve a morder y chupar su cuello, el moreno no calla el suave gemido que escapa de sus labios.

El sonido activa algo dentro del menor, el cual comienza un lento recorrido por el cuello del mayor, bajando por su pecho y terminando sobre el elástico de su ropa interior.

Harry se retuerce sobre la sábana cuando el menor tira del elástico de la ropa interior con sus dientes mientras no aparta su mirada de él. El menor está pidiendo silenciosamente permiso para retirar esa molesta prenda y el moreno lo sabe.

Sin apartar sus esmeraldas de los zafiros del ninja, asiente, dándole el permiso que tanto desea.

Naruto no duda en tirar del elástico hacia abajo. No tiene experiencia previa, pero los libros de Jiraiya son la guía perfecta para este momento y se deja llevar recordando a la perfección todo lo que ha leído en ellos.

Cuando el menor retira la única prenda del cuerpo del moreno —ambos estaban solo en ropa interior ya que su ropa había acabado muy dañada tras la pelea con Pain— se alza sobre sus rodillas y observa con gran atención el cuerpo del mago.

Harry, avergonzado por la intensidad de la mirada sobre su desnudo cuerpo, intenta taparse con sus manos. El rubio no se lo permite, atrapa sus manos a mitad de camino y las aparta de su cuerpo, aprisionándolas sobre la cabeza del mago.

—Eres hermosos.

—No digas eso —Harry tira de sus manos, intentando que el menor las suelte, pero no lo consigue.

Harry nunca había estado completamente desnudo frente a nadie, por lo que había ciertas cicatrices que solo él conocía, pero ahora ya no sería así, ahora había otra persona que las conocía y no sabía si le gustaba o le preocupaba que fuera el menor el que las viera.

Naruto agarra ambas manos del moreno con una de sus manos y con la otra recorre suavemente una pequeña cicatriz en el brazo del mago.

—¿Qué te paso aquí? —Harry cesa sus intentos por soltarse del agarre del menor y mira la cicatriz que el ninja recorre con sus dedos.

—Esa me la hizo un basilisco, en mi segundo año —aún puede recordar el ardor del veneno de este recorriéndole todo el cuerpo.

—¿Dolió?

—Mucho, pero Fawkes me curo.

—¿Quién?

—Que —corrige el moreno—. Fawkes es el fénix del director. Resulta que las lágrimas de un fénix son muy valiosas ya que sirven para curar muchas cosas, entre ellas el veneno de basilisco.

Naruto asiente en silencio y sigue recorriendo con suavidad el cuerpo del menor, preguntando por cada historia tras sus cicatrices, las cuales son contadas en susurros por el mago. Tras recorrerlas todas con sus dedos, hace un segundo recorrido por ellas, pero esta vez con sus labios.

Sus miedos y preocupaciones iniciales desaparecen a medida que Naruto recorre con sus labios cada cicatriz visible en su cuerpo. Con sus miedos en el olvido, Harry se centra en disfrutar la atención del menor sobre su piel.

Por cada beso sobre su piel, Harry no puede evitar que de sus labios escapen pequeños gemidos. La manera en que Naruto besa con tanta delicadeza sus cicatrices hacen que algo en el despierte, y ese algo es notado por el menor, el cual sonríe pícaramente sobre la cintura del menor.

—¿Te gusta? —pregunta, peligrosamente cerca del despierto problema del mayor.

Harry, sonrojado hasta las orejas, asiente, demasiado avergonzado con sigo mismo como para responder con palabras al menor.

El sonrojo del mago causa que el problema despierto del menor palpite.

Naruto llevaba excitado desde mucho antes de empezar su recorrido por las cicatrices del mago y la actitud tímida del mayor no hacía más que empeorar su problema.

Decidido a poner en práctica sus conocimientos leídos, mira de reojo el miembro de Harry y pregunta;

—¿Puedo probar algo? —aunque está ansioso por probar al mago de todas las maneras posibles, el menor no piensa hacer nada que Harry no quiera.

—¿El qué?

Harry observa como la mirada de su ninja se centra sin pudor ninguno sobre su miembro y siente como su cuerpo arde. Avergonzado y excitado a partes iguales.

—¿Quieres...? —el menor asiente antes de que Harry pueda acabar de preguntar y el calor en el cuerpo del moreno incrementa—. Está bien.

Con el permiso del mayor, el ninja se coloca entre las piernas del mago. Se inclina sobre su cuerpo y traza un camino de besos desde su cuello hasta el ombligo, deteniéndose sobre este.

Naruto alza su mirada, lo suficiente para mirar fijamente las esmeraldas que tanto le gustan. Harry lee la pregunta en sus ojos, por lo que asiente, dándole la seguridad al menor de proseguir con su camino.

El ninja retoma su camino y esta vez no se detiene hasta que roza la punta del miembro del mayor con sus labios. El breve contacto enloquece al mago, el cual agarra con fuerza la sábana y gime con fuerza.

El sonido es música para los oídos del menor, y, decidido a escuchar más ruidos parecidos, el rubio pone en práctica lo que ha leído, haciendo su mejor esfuerzo.

Harry se retuerce de placer cuando el menor adentra su miembro en su boca. La reacción del mayor le da la confianza suficiente al rubio como para seguir.

Aunque inexperto, el ninja lame con gusto el erecto miembro del mayor, centrándose en las zonas de mayor reacción.

A medida que los gemidos del moreno incrementan, la excitación en el menor también lo hace.

La espalda del mayor se arquea del placer, indicándole lo cerca que esta de terminar, por lo que Harry tira de los cabellos del menor, retirando su cabeza de su miembro.

—¿No te gusta? —el ninja pregunta, preocupado.

—Me encanta. No es eso.

—¿Entonces?

—Estoy a punto de correrme.

—¿Y? —el menor no le ve el problema y vuelve a rodear el miembro del mago con su boca.

Harry se arquea por el placer de la repentina acción del menor y no tarda mucho en correrse en la boca del ninja. El rubio no aguanta tampoco mucho, menos después de ver la cara del mago al terminar, y se corre en su ropa interior.

Naruto saca el miembro del mayor de su boca y se alza lo suficiente para besar al moreno, el cual prueba su propia esencia en la boca del menor.

Un par de besos y un hechizo de limpieza después, la pareja se abraza sobre la sábana y se rinden ante el sueño. 

Dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora