24 - Conversaciones nocturnas

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Tras regresar con sus amigos, apañan unas pequeñas tiendas para descansar en la zona donde Harry se había rencontrado con su amiga

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Tras regresar con sus amigos, apañan unas pequeñas tiendas para descansar en la zona donde Harry se había rencontrado con su amiga.

Los gemelos comparten tienda con Draco, Neji la comparte con Sakura, y Harry con Naruto.

Agotados, el grupo se despide y se adentra a sus tiendas.

Naruto se deja caer sin cuidado sobre la fina manta que han extendido sobre el suelo para que haga de colchón, Harry, en cambio, retira con cansancio sus zapatillas, dejándolas por cualquier lugar de la tienda y se asea un poco con algún hechizo básico. Cuando termina consigo mismo, ayuda al menor a quitarse las sandalias y la ropa hecha jirones y utiliza el mismo hechizo para asearle.

—Me siento limpio —el rubio extiende sus brazos frente a él y los gira, buscando las pequeñas manchas de sangre seca y tierra que tenía tras la pelea. No las encuentra, ya no están.

—Hechizo básico para higiene personal. Me lo enseño un amigo —a veces, Harry se centraba tanto en estudiar y practicar hechizos a escondidas de los demás que se olvidaba de sí mismo. Un día, después de salir de uno de sus tantos escondites en la casa de Sirius se topó con Remus, el cual, sensible de olfato, no tuvo reparo en comentarle al menor lo mal que olía y le enseño un pequeño hechizo para ocasiones como estas en las que Harry necesita una limpieza rápida.

El mago se deja caer con suavidad al lado del menor.

Naruto no pierde el tiempo y en cuanto Harry toca la manta, atrae al mayor por la cintura, besando su cicatriz y apegando sus cuerpos lo máximo posible.

Dispuestos a dormir un poco y descansar, la pareja cierra sus ojos.

Tras unos pocos minutos en silencio, intentando dormir, Naruto susurra;

—¿Estás dormido?

—Aun no —Harry se apega más al cuerpo del rubio, escondiendo su rostro en el pecho de este—. ¿Pasa algo?

—Gracias por volver —el menor nota la pequeña sonrisa del mago sobre su pecho e inevitablemente, él también sonríe.

—Te dije que volvería —Harry besa superficialmente el pecho del menor y le mira—. Soy una persona de palabra, cariño.

Naruto acerca su rostro al del mayor, rozando nariz con nariz.

—¿Volverás a irte? —pregunta sobre los labios del mago sin llegar a tocarlos.

—Si. Aún tengo que terminar mis asuntos en mi mundo.

—Este es tu mundo Harry.

Harry asiente con una sonrisa tonta.

—Tienes razón.

—¿Volveréis todos a ese sitio?

—Solo yo. George, Fred y Draco ya no pueden volver.

Dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora