29 - Una pequeña pausa en el camino

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La pareja sale de la aldea por el bosque, evitando las curiosas miradas de los cientos de aldeanos que aun a día de hoy siguen agradeciéndoles por su ayuda y los posibles ninjas bajo el mando de Danzō asignados a vigilarles para que no abandonen l...

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La pareja sale de la aldea por el bosque, evitando las curiosas miradas de los cientos de aldeanos que aun a día de hoy siguen agradeciéndoles por su ayuda y los posibles ninjas bajo el mando de Danzō asignados a vigilarles para que no abandonen la aldea.

Kakashi les seguirá en un par de horas, dándoles a los menores un poco de tiempo para ellos dos.

Se alejan sobre las ramas, agarrados de la mano y en completo silencio. No quieren arriesgarse a que alguien les escuche hablando. No pueden echar a perder el único plan que tienen para dejar la aldea sin que Danzō se entere, no si quieren impedir que Sasuke muera a manos de un Kage muy enfadado.

Cuando se alejan lo suficiente de la aldea, Harry se detiene sobre una rama, deja la mochila frente a él y se arrodilla frente a ella.

—¿Qué haces? —Naruto se para a su lado, mirando por encima del hombro del mago, curioso por lo que esté busca en la mochila.

Harry no responde, en cambio, da con lo que busca, lo saca de la mochila con cuidado y se lo muestra al menor.

—¿Una escoba?

El moreno asiente.

Draco se la había dado hace un par de días porque según él no la necesitaba ya que tenía las de Fred y George. Harry no puso muchas pegas antes de aceptarla, le gustaban sus alas, pero nada se comparaba a volar con una escoba, además, por muy fuerte que se había vuelto, no podía llevar a Naruto en brazos durante mucho tiempo, por lo que una escoba era mucho mejor transporte que él.

—¿Vamos a ir en escoba?

—Llegaremos más rápido al punto medio donde tenemos que reunirnos con Kakashi si volamos. Así podemos aprovechar un poco para pasar un rato a solas fuera de la aldea —es la única respuesta del moreno.

El menor no pone quejas.

Harry sube sobre la escoba con agilidad y le tiende una mano al rubio, el cual no tarda en agarrarla y subir tras su mago, aferrándose con fuerza a su cintura y aprovechando el acercamiento para meter sus manos bajo el grueso jersey de lana del mayor y trazar figuras sobre su abdomen, haciendo temblar al mago, el cual, como puede, inicia el vuelo, más centrado en las figuras que el rubio dibuja sobre él que en el camino.

Al principio son solo eso, caricias superficiales sobre su abdomen, pero a medida que los minutos pasan, las manos del rubio descienden, acercándose peligrosamente al elástico de sus pantalones y desconcentrando aún más al mayor, el cual apenas puede centrarse lo suficiente en el camino para evitar golpearse con un árbol —vuelan entre los árboles para evitar que alguien los vea—.

—Naruto —el moreno susurra el nombre de su ninja con una clara advertencia, la cual ignora por completo el rubio y continua su descenso, colando uno de sus dedos bajo el elástico de la ropa interior del mayor. Aquello desconcentra tanto al mayor que apenas logra esquivar una rama que casi le golpea el rostro—. Para.

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