Después de la muerte de Sirius, Harry es enviado de vuelta con sus tíos.
Encerrado en si mismo, sin hablar con nadie, pasa su decimosexto cumpleaños solo, o eso es lo que el cree hasta que el ente se revela ante él.
Una propuesta interesante por par...
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Naruto se acerca al grupo tirando de Harry, curioso por la presencia de ninjas de otra aldea en estos momentos.
—¿Qué sucede? —Harry se deja llevar por el menor, confuso con su comportamiento.
No recibe respuesta, al menos no de parte del rubio.
—Queremos hablar con vuestro Hokage —parece que no es la primera vez que el ninja de tez morena y cabellos blancos les pide, o, mejor dicho, les ordena a dos pobres niños aquello.
—¿Qué necesitáis de nuestra Hokage? —Harry se interpone frente a los temblorosos niños, de la mano del rubio, el cual hace un pequeño gesto al dúo para que se marchen.
Los niños agradecen entre susurros a la pareja y se marchan de allí con prisas.
El dúo de ninjas de la aldea oculta de las nubes analiza indiscretamente al grupo, fijándose de más en Naruto y Harry que en el trio a sus espaldas. El poder que emana de sus cuerpos es difícil de ignorar.
—Necesitamos hablar con vuestro Hokage —repite la ninja de tez morena y cabellos rojizos, cada vez más frustrada por tener que repetir lo mismo todo el rato—. Un grupo llamado Taka, vestido con los uniformes de Akatsuki a secuestrado a nuestro maestro, Killer B —explica con molestia, recordando lo sucedido—. Creemos que uno de los miembros era Sasuke, un ninja de vuestra aldea. Venimos a por información suya para poder vengarnos —termina de explicar el motivo de su vista, apretando con fuerza el mango de su espada.
El cuerpo de Naruto se tensa y el moreno lo nota, por lo que frota con su pulgar el interior de la muñeca del menor, intentando relajarlo. En segundos, el cuerpo del rubio pierde algo de tensión, animando a Harry a seguir con aquel gesto.
—¿Venganza se llama ahora? —preguntan al unísono los gemelos, mirándose con una extraña mueca.
No esperan realmente una respuesta, pero la ninja de tez morena les lanza una mala mirada y aprieta con más fuerza el mango de su espada —si es que eso es posible—, parece estar controlándose para no sacar su espada y cortar a los pelirrojos en pedacitos para hacerlos sushi.
Su compañero ignora por completo aquello y habla;
—Necesitamos el permiso de vuestro Hokage para poder hacernos cargo de ese tal Sasuke, pero de eso se está encargando en estos momentos nuestro capitán.
—¿Entonces que hacéis vosotros aquí? —pregunta Harry.
—Como ha dicho Karui —por fin le ponen nombre a la fémina—, venimos en busca de información del tal Sasuke para vengarnos de él.
A pesar de no tener la mejor impresión del pelinegro —no habían empezado su relación con buen pie, el ninja le había apuñalado— no puede dejar que el menor resulte herido. Es una persona importante tanto para Naruto como para Sakura, y solo por ellos, no puede permitir que le hagan daño.
