Episodio 20

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POV HESTIA

Eros lógicamente se negó a mi petición de hablar con su primo a solas, lo intenté durante horas hasta que se canso y se fue dejándome sola en la habitación que compartíamos.

Aun así no me rendiría, estaba harta de sentirme tonta y confusa con todo lo que pasaba a mi alrededor, era agotador intentar entenderlo todo, porque por mucho que lo intentaba no le encontraba explicación a NADA.

Al día siguiente me desperté en la cama por primera vez sola y aunque intenté disimularlo se notaba mi disgusto en la cara.

No me entiendo ni a mi misma, se supone que es mi secuestrador, debería odiarlo.

Me duché con agua helada para espabilarme y me vestí con algo sencillo y cómodo.

Me hice una coleta de caballo lo más alta que pude y me quedé mirando el jardín repleto de rosas a través de la ventana de la habitación.

Paso más o menos una hora y me trajeron el desayuno a la misma hora que estos últimos días, al parecer alguien tendría que intentar secuestrarme o matarme otra vez para que Eros volviera a dar señales de vida, perfecto.

Ya me había acabado la estantería entera de libros que Eros había mandado a construir para que tuviera algo con lo que entretenerme durante mi encierro, no tenia nada con lo que distraerme y eso solo provocaba que me comiera más la cabeza.

Picaron a la puerta y por un segundo deseé que fuera Eros quien estaba al otro lado de la puerta, pero supongo que no tendría tanta suerte.

-Disculpe Luna pero me tiene que acompañar-una mujer de unos 60 años esperaba mi respuesta a su "orden", que seguro que Eros le había dicho.

Ese hombre era increíble, ni siquiera era capaz de venir a decírmelo él mismo a la cara, tenía que enviar a su sirvienta para darme la orden... gilipollas.

-¿Hacía donde?- la chica me miró sorprendida por mi respuesta. Supongo que estaba acostumbrada a que la gente no cuestionara una orden directa de Eros.

-No lo sé Luna, solo me dijo que la llevará junto a él- si él quería verme pues me vería... pero de mala ostia obviamente.

-Pues si tanto quiere verme, me verá-me levanté del borde de la cama y me dirigí hacia la puerta echando humo por las orejas.

Seguí a la mujer intentando decidir qué insulto era el mejor para empezar una conversación.

La mujer paró justo en frente de una puerta, pero antes de que dijera nada yo ya estaba abriendo la puerta y entrando bruscamente a la sala.

Al ver una mesa gigante con múltiples sillas y personas ocupándolas casi retrocedo pensado que me había equivocado de sala, pero en cuanto vi a Eros al final de la mesa presidiéndola, la sorpresa fue sustituida por pura ira.

Le fulminé con la mirada y ignorando los murmullos de todos los presentes empecé a avanzar hacia él.

Eros no apartaba la vista de mi, podía notar su intensa mirada recorrer cada milímetro de mi cuerpo y eso casi me hizo flaquear.

-Eres un capullo integral-casi pude escuchar pequeños gritos ahogados por la sorpresa-Llevó DÍAS encerrada en TÚ jodida habitación-pare justo en frente de él con tan solo 1 metro de distancia entre nosotros-Y tú en vez de dignarte a visitarme o simplemente decirme que no te habías vuelto a ir, me dejas SOLA durante días sin dar señales de vida-cogí aire para continuar desahogándome sin importarme una mierda la gente de nuestro alrededor, aquí solo estábamos Eros y yo-Lo peor de todo a sido cuando una mujer que obviamente tú enviaste me ha dicho que TÚ le has dicho que me diga a MI que baje ¡¿pero tú quien te crees para darme órdenes?!-respire hondo sintiéndome mucho más relajada por habérselo gritado todo.

La debilidad del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora