Episodio 2

32.1K 1.8K 94
                                    

EN EL PASADO (NARRADOR OMNISCIENTE)

Después de la muerte de Leila, el Alpha se derrumbo, intento ser fuerte por su pequeño Eros que lo necesitaba más que nunca pero el dolor de la perdida y el recuerdo de aquel día en el que sintió todo lo que sentía el amor de su vida al morir.

La desesperación de Leila por salvar a su hijo Eros, el miedo de no poder volver a ver a Dominic, el dolor que sintió al recibir el impacto de la bala, hasta su último aliento, definitivamente le destrozo por dentro.

A los 116 años Eros ya estaba a cargo de la manada, ya que, su padre no pudo aguantar más el dolor de la perdida de Leila y se quito la vida el mismo día que murió su mujer, en el cumpleaños número 116 de Eros.

A Eros no le afecto tanto la pérdida de su padre como pensaba. Desde la muerte de su madre Eros se había vuelto una persona fría y distante con todo el mundo, incluido su padre con el cual ya no hablaba, ni siquiera lo veía en todo el día, para Eros su padre murió el mismo día que murió su madre.

Lo que sí que tenia seguro es que no seria un cobarde como lo había sido su padre al quitarse la vida y al dejarle a él con la carga que suponía dirigir la manada tan joven y sin padres o alguien que le guiara a lo largo del liderazgo. Fue egoísta al abandonarlo y dejarle solo en ese injusto mundo, definitivamente le odiaba por ello, porque aunque aquel día Dominic perdió a su esposa, Eros también perdido a su madre y no por eso se derrumbo, fue fuerte por los dos y sobretodo por la manada.

Dalia aunque fuera mortal pudo conseguir realizar una pócima de la juventud para mantenerse joven para siempre y durante esos últimos años se convirtió en una madre para Eros, aunque él no la considerara como tal, ella siempre estuvo a su lado.

Pasaron 500 años agotadores, llenos de guerras y disputas por el control de las tierras habitadas por los lobos, lógicamente Eros tubo que intervenir para conseguir la paz como el Alpha de los Alphas.

Todo ese poder y responsabilidad le habían obligado a convertirse en un Alpha agresivo, calculador, frio, temido y por supuesto, respetado por todas las manadas.

******

Un noche como cualquier otra, Eros, iba patrullando por las fronteras junto a su beta que desde que murió su madre había estado junto a él para apoyarle y ayudarle con la manada.

—Al fin puedo despejarme un poco, no sabes que pesada es Lorina con el tema de que vivamos juntos—se quejó Dylan.

—Ella sabe que no es tu mate y que para ti solo fue una más que llevarte a la cama—le contesto Eros sin darle mucha importancia al tema—Todas quieren que les des atención, si dejas de dársela se cansará y se irá—para Eros las mujeres eran simples y manejables, solo debías entenderlas y tendrías el control sobre ellas.

—Ojalá fuera tan simple, pero Lorina parece que no se cansa tan fácilmente—suspiró Dylan causando una pequeña sonrisa de parte de Eros.

—Le das demasiada importancia a esa mujer, solo sal con otra, demuéstrale que no es la única y ya está—Dylan asintió y pateó una pequeña piedra pensativo.

—¿Mañana te vendrás con los chicos al bar de Juliet?—preguntó Dylan cambiando de tema—Juliet te echa de menos y a parte, hay chicas nuevas que quizá te gusten—le propuso divertido.

—Tengo trabajo Dylan, quizás otro día—contestó simple Eros—Pero dile a Juliet que puede que me pase a verla, hace bastante que no voy.

—Bien, le gustará verte, últimamente hay muchos clientes que le causan problemas con sus chicas—al escuchar esa noticia Eros miró a Dylan confundido.

—¿Problemas? ¿Qué tipo de problemas?—la pregunta de Eros hizo que Dylan se tensará.

Dylan iba a contestarle cuando percibió un olor extraño en el ambiente.

—¿No hueles eso?—preguntó confundido Dylan sin dejar de mirar y olfatear a su alrededor.

Eros olfateó en busca de esa olor extraño cuando un brisa con un sutil olor a fresas y vainilla le invadió.

—Mate... es mi mate—afirmó Eros mirando hacia todas las direcciones en busca de ese exquisito olor.

—Espera... ¿tu mate?—preguntó Dylan con un toque de preocupación en su voz—Huele a quemado Eros, si tu mate está cerca eso significa...—Dylan no pudo terminar esa suposición porque Eros ya había adquirido la forma de su lobo Hades, un lobo grande y totalmente negro.

Hades empezó a correr entre los árboles en busca de el origen de ese olor.

—¡Huele a sangre!—grito asustado Eros dentro de su lobo.

¡Nuestra luna está en peligro!dijo Hades fuera de sí y acelerando sus zancadas para llegar más rápido a su mate.

En cuanto llego al origen del olor de su Luna pudo ver un coche totalmente al revés en medio del puente que conectaba el pequeño pueblo con la ciudad.

De seguida pudo oír un llanto procedente de un bebé que seguía atrapado en el asiento trasero del coche que estaba siendo consumido por las llamas.

—¡Es ella!—al segundo Hades cedió el control a Eros y como si su vida dependiera de ello se lanzo a la puerta que daba al asiento de la bebé arrancándola con un solo movimiento de mano. Se asomó al interior y rápidamente cogió con delicadeza a la bebé entre sus brazos mientras esta no dejaba de llorar.

Mientras el maravilloso olor que desprendía le envolvía pudo ver que la bebé tenía un pequeño corte en la mejilla por el accidente.

Limpio la sangre que emanaba de ese corte con el pulgar y en cuanto la bebé dejó de llorar y le miró con esos ojos color esmeralda todas sus preocupaciones o problemas desaparecieron, se sentía feliz y hacía años que no sentía esa emoción, incluso se atrevería a decir que era la primera vez que la sentía con tanta intensidad.

Aspiro su aroma y la acerco más a su pecho provocando que la bebé riera divertida.

No supo porque, pero ese simple gesto le lleno de ternura, observarla tan tranquila con su pequeña cabeza apoyada en su pecho y sus preciosos ojos mirándole fijamente.

Mientras la aferraba a su pecho como si en cualquier momento alguien fuera a quitársela se dio cuenta que en el vehículo habían dos personas más, una mujer y un hombre, dedujo que ellos debían ser los padres de su Luna, pero en cuanto se acerco a verificar si seguían vivos apareció su Beta en forma humana por detrás del coche.

—Lo he comprobado, están muertos—dijo encogiéndose de hombros y observando con curiosidad a la bebé que sostenía Eros—¿Es ella? ¿Nuestra Luna?—Dylan sonrió al darse cuenta de que por fin su amigo había encontrado a su mate.

—Es MI Luna Dylan, no te confundas—gruñó Eros mientras la sostenía con mayor firmeza contra su pecho.

—Perdón, perdón, toda tuya—se disculpo levantando las manos en forma de rendición mientras sonreía por su reacción—Ya se me olvidaba lo posesivos que nos volvemos cuando encontramos a nuestra mate—una risa brotó de sus labios y negó con la cabeza divertido—Solo tengo una pregunta—se acerco pensativo hacia su amigo guardando las distancias con la bebé para que no se enfadara—¿No se suponía que tendrías que encontrarla cuando fuera adolescente... o más grande?—observo como el rostro tranquilo de su Alpha se convertía en uno algo confuso—Es solo una bebé, ni siquiera llega al año—finalizó moviendo las manos exageradamente y con cara de total confusión.

—Da igual—respondió Eros mientras empezaba a caminar hacia el bosque ignorando el comentario de su amigo—Ahora está conmigo y no la dejaré ir.






De momento estamos en el pasado pero pronto pasaremos al presente, esto es como una pequeña introducción para que entiendan lo que pasa o pasará en la historia ❤️

La debilidad del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora