Episodio 23

22K 1K 98
                                    

POV EROS

Después de cerrar la puerta con llave, porque si, sigo sin fiarme de esa humana revoltosa. En cualquier momento le da el venazo y vuelve a intentar escapar.

Aunque técnicamente escapar es prácticamente imposible, la seguridad la he aumentado mucho, esto es una fortaleza y una humana por muy lista que sea no puede salir sin hacer saltar las alarmas.

En fin, después de la reciente conversación con Hestia me gusta menos la idea de ir a esa fiesta, pero de verdad que no puedo rechazar la invitación.

Allí se reunirán todos los líderes de las manadas más importantes, por no hablar del consejo de ancianos que también asistirá.

Estas reuniones se hacen una vez cada siglo y la asistencia es obligatoria, si no vienes se puede interpretar como traición o conspiración.

Me acuerdo que una vez mi padre asistió enfermo, no estaba muy grave, pero es obvio que no era recomendable que asistiera a una fiesta en ese estado.

Por otro lado, me preocupa que mi primo Kratos aproveche esta reunión para atacarnos a todos reunidos.

Básicamente le estamos gritando que nos mate a todos a la vez y juntitos.

Y Kratos no es tan tonto como para dejar escapar una oportunidad como esa.

Al principio dude si llevarme a Hestia conmigo, pero solo recordar lo que paso o estuvo a punto de pasar la última vez que la dejé sola, se me remueve el estómago.

Por eso decidí llevármela conmigo, no dejaré que se aparte de mi lado ni un segundo y si hace falta que la acompañe a mear, lo haré, como que me llamo Eros.

Y si algo pasará yo soy el mejor guerrero de todos, así que la protegeré con mi vida si hace falta.

-Alpha tenemos noticias de Kratos-anuncia uno de mis guardias.

Le sigo hacia la sala de reuniones donde se encuentran algunos técnicos tecleando en sus ordenadores y Dylan dando órdenes algo serio.

-¿Que pasa?-pregunte algo nervioso.

Dylan por fin noto mi presencia y me hizo una señal para que me acercara.

-Uno de nuestros espías que infiltramos en su "manada", nos ha informado que tú primo esta aumentando su ejército, convirtiendo a humanos en hombres lobo-joder, eso está prohibido y si lo llegas a hacer el castigo es la muerte, a cruzado un límite que ya no le dejará retroceder.

-¿Cuantos?-pregunte temiéndome la respuesta.

-De momento no muchos, solo a secuestrado a algunos jóvenes de orfanatos y otros refugiados, creemos que es para no llamar mucho la atención-me remuevo el pelo impotente, ¿que puedo hacer para que esta guerra acabe?

-No podemos hacer nada para detenerlo, pero mañana lo hablaré con el consejo y seguro que me darán más soldados y armas-era imposible estar en todas partes para evitar que siga convirtiendo a más humanos, solo espero que no llame mucho la atención o tendremos todos problemas-De momento mantenme al tanto de lo que pase-Dylan asintió y volvió a dirigirse hacia los técnicos para dar más órdenes.

Yo por mi parte ya estaba cansado, así que subí a mi habitación temporal a dormir un poco. Últimamente no duermo bien sin mi Luna, me despierto cada 2 horas como mucho y después me cuesta volverme a dormir.

Pasé por la puerta de la habitación de mi Luna y aspiré un poco su olor que emanaba desde la puerta. Al segundo, como si fuera magia, me empecé a relajar.

Iba a abrir la puerta solo para observarla 2 segundos aunque fuera, porque sentía que necesitaba verla antes de irme a dormir. Pero antes de que siquiera sacara las llaves, escuché un llanto desde el interior de la habitación.

La debilidad del AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora