Capítulo 5

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(Finn en multimedia)

Luego de un camino tan largo con Emma discutiendo sobre la música que estaba poniendo en mi auto, nos bajamos y caminamos a la cafetería para tomar algo antes de clase. Entramos y para mi sorpresa estaba un poco llena. No es normal a esta hora. Sobre todo porque habían más mujeres que hombres. Despejaron un poco mi vista y entendí todo. Pero, ¿quiénes son estos?

— Son los chicos nuevos — Me dijo Emma casi como si hubiese leído mi mente. La miré y ella asintió. —A que nunca habías visto unos muchachos tan lindos como ellos.

Tiene razón. La belleza de estos chicos no era algo normal. Te daban ganas de quedarte viéndolos todo el tiempo, pero bueno, tiempo no es lo que yo tengo. Emma empezó a caminar hacia ellos, todos voltearon a vernos. Claro. Yo, la nadie con Emma, la popular. Agarré a Emma y la detuve. Ella me miró confundida.

— ¿Dónde vas? — Pregunté y aunque mi pregunta era más que obvia, ella señaló a la mesa de chicos. De cerca me di cuenta que todos estaban vestidos con colores oscuros y tienen cara seria. Su semblante, el de todos, estaban apretados. A decir verdad, muy guapos y con cuerpos tonificados. Uno de ellos se volteó y me vio. Muy lindo. Él sonrió.

—Tierra llamando a Avalon, repito, tierra llamando a Avalon. — Comentó Emma.

— ¿Qué? — Desconcentré mi mirada de él y volteé a verla. Ella me veía de manera juguetona. No me gusta esa mirada para nada.

— Dios, se nota que te gustan los O'conell. Son hermanos y raros — Dijo Emma. La miré confundida. "Gustar" es una palabra muy fuerte. ¿Me parecen lindos? Sí.

Sonó la campana. Todos miramos hacia arriba. Emma y yo nos movimos para ir a nuestras respectivas clases. A mí me tocaba historia y a ella, español. Yo fui a mi puesto de siempre. Al final, al lado de la ventana, pero cuando llegué estaba unos de los chicos nuevos.

Dios mío, ¿por qué me pasa esto a mí? ¿Es por qué le robé el conejo a mi prima cuando era pequeña, verdad Dios? Bueno, tal vez fue porque a mi padre una vez le dañé la computadora. Pero no es justo para cuando..

—Señorita Pierce, ¿se quedará de pie o se sentará al lado de su nuevo compañero? —me preguntó mi profesor para que lo dejara pasar al salón. Sentí que me puse como un tomate.

—Sí claro, profesor, pase —me hice a un lado y agarré mi bolso con confianza y no mostrando lo nerviosa que me sentía por sentarme al lado de ese ser que parecía un mismísimo dios.

Me senté y pude sentir su fragancia de Chanel. Creo que fue lo que me terminó de matar. N o me podía concentrar en la clase sintiendo la respiración tan pesada de mi compañero al lado derecho. No sé aún el porqué pero le hablé.

— Hola —saludé— ¿Eres nuevo? - Me miró y volvió a escribir algo. Excelente Avalon. Solo una palabra y ya hiciste que no volviera a mirarte nunca más. Pero...¿Qué le pasa a este? Saludar es educación, por Dios. Lo ignoré. Aquel chico, sentado al lado mío. No hablaba ni se movía. Era muy deprimente.

— Señorita Avalon Pierce, Deje de babear por el señor Finn O'conell. —¡Mierda! No puede ser. Me descubrieron. Como era de esperarse, me sonrojé al instante y el chico rió. Pero no pude lograr oír su nombre. Creo que escuché Finn. ¡Rayos!

Linda risa. Su voz era grave.

Él rió otra vez. Lo miré detalladamente. Se rascó la barbilla y me miró.

— Estoy bueno, pero deja de mirarme —Me sonrojé al instante y bajé la cabeza. Avalon, no puedes estar pasando más pena.

— ¿Cuál es tu nombre? —Pregunté, me miró y me ignoró. Ya sabía su nombre, ¿pero qué le cuesta repetírmelo?

Idiota. Eso me pasa por tratar de buscar un tema de conversación. Un punto negativo para Finn.

***

Manejé un poco más tranquilo para llegar a casa. Aunque no sé por qué tenía un presentimiento de que algo en mi vida estaba a punto de pasar.

Vi a un carro acercase a mí a toda velocidad. Todo pasó muy rápido. Antes de que abriera los ojos. Aquel chico de mi clase, estaba parado enfrente de mi auto.

— ¿¡Acaso nunca miras a los lados!? ¿¡O eres ciega!? —Me gritó, mientras yo apagaba el auto y me bajaba de él.

— Gracias y no, no soy ciega —le respondí aún en shock. Creo que soy bruja.

— Pues parece — Dijo. Yo giré mis ojos. Y tengo que aguantármelo a parte.

— Mira, perdóname porque la verdad el otro carro me descon...—me interrumpió cuando decidió darse media vuelta para irse —Finn —dije pero fue en vano porque ya se había ido.

¿Y a este qué?

Negué con la cabeza pero decidí volver al auto e irme a casa. Una vez que llegué, Emma estaba en el sofá.

— ¡Avalon! ¿¡Dónde diablos estabas!? —Me gritó. Y se levantó. Estaba claro que alguien la había traído más temprano.

— Manejando, pero surgió algo —Le respondí quitándole importancia, aunque sé que la tiene— ¿Quieres ver una película? —dije tirando el bolso.

— Dios, me vas a volver loca, pero bueno.

Y así paso toda la tarde. Nosotras riendo, y viendo películas; también comiendo.

***

" I really really really really really really really like you.

And I want you. Do you want me? Do you want me too?"

Sonaba mi música, a la vez que iba caminando a la escuela. Después de ayer, sí, decidí irme caminando a la escuela que solo estaba a 10 minutos de mi casa.

La mañana estaba triste y fría.

Qué raro ~pensé.

Pasé por el bosque —donde siempre paso para ir a la escuela— y vi algo terrible.

Un cadáver en el suelo, lleno de sangre.

Our bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora