Lights in the darkness━━ Eleven.

Capítulo 4

"Todo está bien"

Narrador omnisciente.

—Diremos que tenemos Club AV después de clases. —Dijo el pelinegro. —Eso nos dará, al menos, unas horas para el Operativo Mirkwood.

—¿Enserio crees que la loca sabe dónde está Will? —Habló el moreno.

—Confía en nosotros, ¿De acuerdo? —Habló está vez la rubia. —¿Trajiste las provisiones?

—Sí. —Contesto mientras sacaba algo de su mochila. —Binoculares de Vietnam. Cuchillo militar, también de Vietnam. Martillo, pañuelo de camuflaje... y la resortera. —Sonrió al terminar.

—¿Vas a derrotar al Demogorgon con una honda? —Preguntó del de rulos.

—Primero, es una resortera. Y segundo, el Demogorgon no existe. Es ficción. —Corrigió el moreno. —Pero si hay algo ahí afuera, voy a tirarle al ojo... —Hizo una falsa acción sobre la resortera. —Y dejarlo ciego.

—Dus, ¿qué trajiste tú? —Preguntó la rubia al de rulos. El antes mencionado empezó a vaciar su mochila, dejando caer un montón de comida.

—A ver... tenemos... obleas bañadas en chocolate, chicles, pastillas, pastillas de chocolate...papas fritas, galletas de vainilla, manzana... —los demás tenían su ceño fruncido al ver lo que el chico había traído. —banana y frutos secos.

—¿Es enserio? —Preguntó Lucas.

—Necesitamos energía para el viaje. Resistencia. Además, ¿para qué necesitamos armas? La tenemos a ella. —Señaló a El.

—¡Cerró una puerta! —Regañó el moreno.

—¡Con la mente! —Se defendió el rizado. —¿Bromeas? ¡Eso es increíble! Imaginen todas las otras cosas geniales que podría hacer. Como... —Se acerco a una nave de juguete y la tomó. —¡Apuesto a que puede hacer volar esto! —Se puso enfrente de la chica y le mostró la nave. —Está bien, concentrate. ¿Sí? —Soltó la nave pero está cayó al suelo. Maddison se cruzó de brazos. —Está bien, una vez más. —Alzó la nave y la volvió a poner frente a los ojos de la chica. —Está bien. Usa tus poderes, ¿si? —Soltó la nave de nuevo, pero obtuvo el mismo resultado.

—Qué idiota. —Susurró Lucas. Maddison rápidamente fue a arrebatarle la nave a Dustin.

—¡No es un perro! —Acomodó la nave donde estaban.

—¡Chicos! —Se escuchó de arriba, era la mamá de Mike. —¡Hora de ir a la escuela!

Maddie se arrodillo frente a El para quedar a su tamaño ya que estaba en el sillón.

—El, Quédate aquí abajo. No hagas ningún ruido y no te vayas. —Habló la rubia dedicándole una sonrisa a la chica. —Si tienes hambre, cómete lo que trajo Dustin, ¿si?

—¡Michael! —Gritó la madre del pelinegro desde arriba.

—¡Ya voy! —Gritó el pelinegro, subiendo las escaleras.

—¿Viste el tendido eléctrico? —Preguntó la rubia.

—¿Tendido eléctrico? —El puso cara de confusión.

—Sí. ¿Atrás de la casa de Mike?

—Sí. —Respondió.

—Nos vemos ahí después de clases.

—¿Después de clases? —Preguntó.

—Sí, a las 3:15. —Dijo la rubia, quien inmediatamente se dió cuenta de lo tonta que estaba siendo, ¿Cómo sabría ella la hora si ni siquiera tenía un reloj? Se quitó el de ella y se lo puso en la mano a la ojicafé. —Cuando veas los números tres, uno, cinco, te esperamos ahí.