Capítulo 6

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"E Pluribus Unum"

Los chicos se levantaron de sus asientos y se pararon junto a Will. Maddie sintió ese escalofrío de nuevo en su nuca, miró a Will y evidentemente, él tenía su mano en su nuca y la estaba mirando. Los dos estaban sintiendo lo mismo.

—Está aquí. —dijo Will, con cara de preocupación.

Maddie no perdió ni un segundo y caminó por el pasillo dónde se habían ido Nancy y Jonathan. Los demás la siguieron. La rubia sabía que debía mantenerlos alejados del peligro por que la habían puesto de niñera, pero de verdad que si Nancy y Jonathan necesitaban ayuda, ella no dudaría en dársela.

—¡Hey! ¡Dos a la vez! —gritó la recepcionista pero ninguno le prestó atención, solo siguieron su camino.

Llegaron hasta el ascensor y la rubia hundió un botón, pero éste se estaba tardando en abrir.

—Por la escalera. —dijo la rubia. Todos comenzaron a subir por las escaleras.

Cuando llegaron, vieron a Jonathan con un extintor golpeando la puerta. Rápidamente Eleven tumbó la puerta y ahí estaba ese grande monstruo rojo, con un montón de dientes en lo que parecía ser su boca.

—¡Cielos! —exclamó Mike al ver a esa criatura.

—¿Qué carajos...? —dijo la rubia, viendo a la criatura.

El monstruo rugió viéndolos y corrió hacía ellos. Pero Eleven lo empujó hacía una parte de la habitación y luego hacía otra, hizo lo mismo otra vez y otra vez. Hasta que lo dejó en el suelo, el monstruo se levantó furioso e intento ir de nuevo hacía ellos pero la castaña lo mandó volando por la ventana.

—¡Vamos! —dijo Eleven. Todos comenzaron a bajar las escaleras rápidamente y salieron del hospital. Cuándo salieron se detuvieron al ver que el monstruo estaba derritiéndose como gelatina y entrando a una alcantarilla.

(...)

Al día siguiente. Los chicos se encontraban en la cabaña de Hopper. Eleven estaba encerrada en su habitación, intentando buscar a los desollados. Maddie caminaba de un lado a otro, con preocupación por la castaña.

—Le hará mal estar ahí tanto tiempo. —dijo la rubia, sin parar ir de un lado a otro.

—Cálmate, Maddie. —dijo la pelirroja desde el sillón.

—¿Y si se daña el cerebro? —preguntó la rubia alzando sus manos.

—Mierda. ¿Es posible? —preguntó Lucas, que también estaba en el sillón, junto a Max.

—No. Lo inventó. No sabe de lo que habla. —dijo la pelirroja.

—¿Y tú si? —preguntó Maddie, ofendida.

—Sí, de The Hawkins Post. —habló Nancy por el teléfono. —Llamé hace un par de días por... Sí. Solo quería saber si había desaparecido algo más... Oh, bien. Disculpe la... —la de rulos no pudo terminar de hablar porque ya habían colgado. —¿Quién sigue? —le preguntó a Jonathan. Maddie seguía peleando con Max.

—Nadie. —respondió. —Salvo que llamemos a gente al azar.

—No tiene sentido. —dijo Nancy.

—¿Qué no tiene sentido?

—Hay un patrón. Una coherencia en su conducta. —comentó Nancy, haciendo movimientos con sus manos. —Consumen químicos desde que esto empezó. ¿Y ahora paran, así como así?

—Quizá ya no necesitan químicos. —habló el pelinegro, que estaba atento a la conversación de los mayores, junto a Will. Nancy se llevó una mano a su cabello, con frustración.

Lights in the darkness━━ Eleven.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora