Capítulo 6

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"Los espías"

En un cerrar y abrir de ojos ya me encontraba en el hospital. El ardor aún no se iba. Y mis gritos de dolor eran cada vez más fuertes. Pude escucha la voz de Joyce intentando tranquilizarme y hacía lo mismo con lo que suponía que era Will. Ni siquiera me limitaba a abrir mis ojos. Solo los apretaba con fuerza. Las voces de las enfermeras angustiadas, los gritos de dolor de Will y la voz de Joyce preocupada era lo único que escuchaba.

—¿Signos vitales?

—Ritmo cardíaco, 220. Temperatura, 41.

El llanto de Joyce se intensificaba cada que Will y yo dábamos más gritos de dolor. Podía escuchar a Will pero él se escuchaba unos metros más lejos. En mi rostro había una mascara que me daba oxígeno y mi cuerpo sudaba descontroladamente.

—Maddie, ¿qué te duele? —Preguntó la enfermera. Abrí mis ojos e intenté tranquilizarme.

—Todo el cuerpo. —Hablé como pude.

—Siente que se quema. Busquen quemaduras. —habló otro doctor.

—¿Dónde te duele más, Maddie?

—¡En todos lados!

Sentí un pellizco en mi brazo. Luego de eso empecé a ver borroso. Mi vista se estaba tornando negra. Ya no sentía nada.

(...)

Abrí mis ojos lentamente. El dolor que había sentido ya se había ido.

—¿Señora Byers? —Al llamarla ella dirigió su mirada hacía mí y vino hasta donde estaba.

—Cariño, ¿como te sientes? ¿Estás bien? —Cuando preguntó eso. Will despertó, la mirada de la Señora Byers se dirigió hacía él. Y le preguntó lo mismo que me había preguntado a mí. Bob entró por la puerta avisando que ya venían.

—¿Quién es él? —Preguntó Will refiriéndose a Bob.

—¿Qué? —Joyce lo miró confundida.

Me senté en la camilla tratando de recordar del todo lo que había pasado anoche.

—Soy yo, amigo. Bob. —Respondió el hombre alegre intentando agarrar la mano del chico pero él la alejó.

—¿Eres... doctor? —Preguntó mirándolo confundido.

—No. Solamente Bob.

En mi cabeza solo podía pensar en lo preocupados que deben de estar mis padres al no haberles avisado nada.

Pasados unos minutos entraron algunos doctores. Unos fueron con Will y otros me analizaban a mí.

—Maddie. ¿Podrías contarnos que sentiste? —habló uno de los doctores. Mi mirada se dirigió hacía él.

—Me dolía el pecho. Y sentía que me quemaba. —Mi mirada ahora se dirigió a Will. Él me miraba con preocupación.

—¿Sabes porque ocurrió eso? —voltee a ver a el doctor que me hablaba y negué.

El doctor se levantó y ahora fue con Will. No estuve muy pendiente de su conversación. Mantuve mi mirada fija en la pared. Estaba confundida. Me sentía rara.

—De acuerdo. Quiero confirmar algo. —Otro doctor entró a la habitación con una caja transparente con algo adentro. Era una de esas cosas que vi en mi sueño. Lo que rodeaba las casas y las calles de Hawkins. Pero solo era un pequeño pedazo. El otro doctor sostenía algo que soltaba fuego a presión pero no a montón. Acercó el fuego a la enredadera. De inmediato me toqué el pecho. Ese dolor que había sentido anoche volvió. Cada vez que el doctor acercaba el fuego a la enredadera, más me dolía. Ahora mi cuerpo ardía. Will al parecer también estaba sintiendo lo mismo.

—¡Basta! —Grité adolorida retorciéndome en la camilla. El doctor alejó el fuego de la enredadera y el dolor se fue. Comencé a normalizar mi respiración.

Minutos después ya todos los doctores se habían ido. Joyce y Bob también. Sentí una mirada en mí. Volteé a ver a Mike pero éste miraba a el suelo, no había dirigido palabra con él desde que me desperté. Miré a Will, él ya me estaba mirando.

—¿Te atrapó? —Preguntó con su mirada de preocupación en mí.

—No lo sé. Solo lo soñé. —murmuré. No sabía si Mike estaba escuchando nuestra conversación pero no me importaba.

—¿Que soñaste? —Preguntó ahora Mike. Dirigí mi mirada hacía él.

—Estaba en Hawkins. Pero todo era diferente, oscuro. Y no había nadie. Era muy frío. —expliqué. Will estaba atento a lo que decía. —Luego apareció el monstruo que Will dibujó. Salí corriendo al ver que venía hacía mí. Pero él en realidad no iba por mí. La casa de Will estaba a unos metros y vi que esa cosa se dirigía ahí. Supuse que era por Will pero cuando entré nos ví a nosotros. Durmiendo como lo hacíamos esta mañana. La sombra comenzó a rodear mi cuerpo. Pero el cuerpo que dormía. No a mí. Es extraño, lo sé.

—Él te tiene. —Dijo Will. Lo miré confusa. —Ayer les dije que él monstruo sombra quería a alguien. No estaba seguro de a quién. Pero ahora sé que es a ti. Y qué ya te tiene. —Mi cara cambió a una de terror. No sabía que pensar sobre esto. Mike escuchaba la conversación atónito sin entender mucho el por qué había sido yo. ¿Que tenía yo? ¿Por qué a mí?

Pasaron unos minutos cuando Joyce y Bob llegaron a la habitación. Parecían esperar algo. Joyce se cansó y salió por la puerta. Bob la siguió. Se escuchaba a ella peleando con los guardias. Unos minutos antes Joyce había llamado a mi padre para avisarle que yo aún estaba en casa de los Byers. Obviamente le mintió. Supuse que mi padre no podía saber.

Escuché la voz de Mike llamar a Will. Los miré a los dos.

—¿Qué pasa? ¿Estás dolido otra vez? —Le preguntó Mike.

—Vi algo. —Respondió.

—¿En tus recuerdos presentes? —preguntó y Will asintió.

—Al monstruo sombra. Creo que sé cómo detenerlo. —dijo.

(...)

Habían montones de fotos de los dibujos de Will organizadas en forma de mapa sobre una mesa. Will se levantó y comenzó a buscar un lugar del mapa. Yo lo miré atenta a lo que fuera a hacer. Ahora estaba conectada con esa cosa, podía sentir y pensar lo que él. Y sabía perfectamente que estaba tramando. Pero no podía decir nada, aunque intentara no podía. Will señaló un lugar. Quise gritar y decirles que era una trampa. Que no fueran. Pero él me controlaba ahora, y no podía hacer nada al respecto.

—¿Qué hay ahí? —Preguntó el doctor.

—No sé. Pero no quiere que vea ahí.

(...)

Nos llevaron de nuevo a la habitación donde habíamos estado antes. Sabía que esas personas morirían, pero no había podido hablar o advertirles. Will tenía su mirada fija en la pared. Yo igual.

—Es una trampa. —Dije con los ojos llorosos.

Joyce, Bob y Mike me miraron confusos.

—Él lo obligó. —mi voz comenzó a entrecortase. Joyce vió a Will.

—Lo siento. Les dije. No debieron hacer eso. Ahora él está muy molesto. —habló Will. Él también tenía sus ojos llorosos.

—El espía... ¡El espía! —Exclamó Mike, se levantó de su asiento y pasó por la puerta. Bob fue tras él. Supongo que había ido a avisarle que era una trampa.

—Maddie, cariño. Háblame, ayúdame a entender. —Joyce me miraba preocupada.

—Es demasiado tarde. —dije sollozando. Mi semblante cambió a uno serio. —Deben irse ya. Están por llegar.

Lights in the darkness━━ Eleven.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora