VAMPIRE ACADEMY - LAST SACRIFICE (fanfic)

Capitulo 14.

¿Rose?

Una voz llamaba desde la habitación de Victor. Ya las cosas se habían calmado donde Sydney y ya tenía la información que necesitaba. Solo faltaba que Adrian buscara más datos para empezar la búsqueda.

Suspire mentalmente. Era hora de regresar a donde estaba. Quería quedarme allí con mis amigos, pero sabía que era un deseo imposible. Solo lograría verlos si vivía al enfrentamiento.

- Roza- murmuro Dimitri. Mi mente fue invadida por una oleada de dolor y amor que producía mi antiguo sobrenombre -Lo siento - dijo. Había facciones de dolor en sus hermosos rasgos.No,me grite,No mas - Todavía hay tiempo- sus ojos se aguaron.

No, no había tiempo y él lo sabía. La pelea de mañana definiría mi vida o mi muerte.

Dile a Lissa que no se preocupe,pensé.Yo lograre regresar a su lado... o eso espero.

La duda invadía mi mente y los ojos de Dimitri se llenaron de preocupación.

- Rosa...

Debo irme.

Con este pensamiento volví a mi cuerpo. Hana estaba sentada enfrente de mío, con sus manos sujetando mis brazos.

- Hey - murmure

- ¿Oye, estas bien?

- Si - dije sonriendo -estaba tomando una siesta.

Ella puso sus ojos en blanco y me ayudo a levantarme.

- Vamos - dijo

- ¿A dónde?

Ella me miro como si me estuviera loca.

- Oh vamos. Debemos encantar nuestras estacas.

- Oh- yo nunca había visto como se hacía esto. Lissa la encantaba al tocarla y pasar un poco de su magia a esta. ¿Pero los demás usuarios? Esto era algo que no me podía perder -claro.

Salimos de la habitación. Ella me llevo hasta una parte del bosque que estaba lateral a la casa. Ya era de noche. En la oscuridad me sentía nerviosa, pero con mi estaca en la mano, sabía que no moriría sin luchar. Este pensamiento me tranquilizaba, al igual que una frase que me había menciona Dimitri después de la muerte de Mason

"El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para que se vive"Y yo ya sabía para quien yo vivía. Para mí, al igual que para Lissa y todos mis conocidos. Era hora de recordar esto. Yo no podía morir no aún. Tenía que vivir y lo lograría. Yo viviría.

Nos acercamos a donde cuatro Morois. Ellos estaban al lado de un lago, supuse que eso era para el usuario del agua. Había varias estacas rodeándolos. Hana puso su estaca en medio de un círculo y yo la imite. Uno de los Moroi asintió y ahí inicio la magia. Todos los elementos bailaron. Primero el fuego en una elegante llama color azul, seguido por la tierra que giraba en círculos, después una ráfaga de aire la acompañaba al igual que una ola de agua. Todos estos se chocaron con la estaca iluminándola. La luz cegó un poco. Después de unos segundos la luz se apago y los Moroi nos ordenaron levantarlas. Al hacerlo sentí mi estaca mucho más ligera. Era perfecta. Me gire obteniendo un poco de privacidad para acomodarme a la nueva sensación que me producía esta. Nuestras estacas siempre eran encantadas, pero nunca había sostenido una que lo estuviera tan reciente. No sabía la razón, pero siempre los guardianes no nos permitían sostenerlas tan recientes.

Hana se acerco con una sonrisa cruzando su cara

- Se siente bien ¿verdad?

- Si- respondí

- Debes recordar- susurro - que debemos manejarla con mayor precaución- mi mirada le dio a entender que no sabía lo que me decía -las estacas recién encantadas tienen sus problemas

- ¿Cuáles?- pregunte

- La magia esta a un nivel muy alto

Lo pensé por un momento

- No lo veo como un problema- dije finalmente -si tienen mayor magia, le hacen más daño a los Strigoi.

- Si, pero también podrían dañarte a ti

- ¿Qué...?

Ella me corto antes de que terminara la pregunta

- No tenemos tiempo para esto, debes descansar. Solo no la acerque mucho a tu piel. Te podría lastimar.

Se giro hacia donde estaba su hermano con unos guardianes más.

Mire fijamente mi estaca y me encamine al dormitorio. Al llegar coloque mi estaca al lado de la cama, en una mesa de noche. Encima de esta, había un plato lleno de comida. Estaba deliciosa. Al terminarlo me recosté, tratando de conciliar sueño. Después de varios intentos, el cansancio venció a la incertidumbre y caí en una oscuridad total.

Después de unas horas, esa oscuridad se aclaro y me encontré en medio de un jardín lleno de rosas.

- Adrian - llame con una sonrisa.

Unos segundos más tarde, él apareció. Su cabello estaba totalmente despeinado. En sus manos había un ramo de rosas de todos lo colores. Se acerco a mí con una sonrisa angelical en su rostro.

- Feliz cumpleaños- se acerco y roso sus labios con los míos. Luego me entrego las flores - mañana cuando estés devuelta lo celebraremos y tendrás todo lo que quieras- me prometió.

- ¿Lo que quiera?- Le pregunte desabotonando un botón de su camiseta -¿te quedarías conmigo?

Él sonrío y acerco su boca a la mía. Este beso estaba lleno de calor y una gran pasión.

- Todo el tiempo que lo desees- respondió.

Mi cuerpo estaba decidido. Quería estar junto a Adrian pero probablemente eso cansaría mi cuerpo.

- Adrian - dije entre fuertes jadeos - no puedo.

Él se retiro y me observo

- ¿Por qué?

- Tengo una lucha mañana- dije tocando la punta de la nariz -necesito estar descansada.

Su risa me envolvió como una suave caricia.

- Pequeña Dhampir - su mano se deslizo por mi cabello - estás dormida. Esto no te hará perder tus perfectas habilidades con la estaca.

Le sonreí y me acerque una vez más a él. Nuestros cuerpos se juntaron como un puzle, parecía que estuviéramos hechos uno para el otro. Sus manos se deslizaban por cada curva de mi cuerpo, produciendo espasmos de calor en este. Sus colmillos rozaron mi piel y sentí una sensación de añoranza por estos. Seguramente un día que estuviera junto a él le ofrecería el cuello, pero no, hoy no podía, así que atraje su boca a la mía. Su aliento mandaba descargas eléctricas en mí.

Al terminar, recosté mi cabeza en su pecho. Adrian acariciaba mi cabello y mi espalda

- Allí donde el agua alcanza su mayor profundidad, se mantiene más en calma- murmuro

Lo mire pero él sacudió su cabeza. Acerco una vez sus labios a los míos, pero un grito resonó en mi cabeza. Ese mundo se desmorono junto con Adrian.