Por existir

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*Narra AppleJack*

Estaba alimentando a los animales de la granja mientras mis pensamientos se encontraban en la trayectoria de éstos últimos acontecimientos.

Han transcurrido tres días desde la disculpa de Rarity, el extraño comportamiento de Flutterdshy y el desvergonzado beso que me dió Rainbow frente a nuestras amigas.

Han sido sido tres días tranquilos en los que cada quién se ha distanciado un poco, Pinkie Pie y Twilight han estado muy unidas, supongo que planeando la forma de unirnos a todas nuevamente, ¿Como lo sé? Las he visto desde la lejanía en lugares como uno de los comedores de Ponyville, la alocada alteración de Twilight excesivamente notoria desde lejos mientras hacía flotar un enorme pergamino y escribía cosas me hace pensar que estaba enlistado los pasos de su plan para unirnos, reí recordando su expresión, suele volverse más loca que un gallinero alborotado.

Por otra parte, mientras hacía una entrega de manzanas, logré ver de lejos a Flutterdshy y Rarity entrar juntas a la boutique de ésta última.

Para ser honesta, perdoné a Rarity casi al instante de su disculpa, la sentí sincera, además, como amigas todas hemos tenido desacuerdos que normalmente resolvíamos rápido, nunca he sido de rencores, a menos claro que se trate de Flim y Flam, esos dos pedazos de caca sí que no tienen perdón de Celestia.

Entiendo que para Dash no sea igual de fácil dejar el daño atrás, digo, para mí no lo sería si se tratara de la femenina, dócil y frágil Flutterdshy, por eso, a pesar de haber perdonado a Rarity genuinamente, he mantenido distancia, no me gustaría causarle a Dash inseguridades, cualquiera diría vamos! ¡Es Dash!, Pero la verdad es solo su carcasa, realmente es una bolita suave de algodón. Y Flutterdshy, bueno, pensar en esa Pegaso me ha irritado desde que percibí sus intenciones hace tres días...

-Eres la nenita tierna que todos aman, ¿Verdad?- Susurré enojada para mí misma pensando en la pegaso pelirosa mientras terminaba de atender a los animales de la granja.

- Apuesto el pañuelo de la abuela a que éstos animales preferirían que tú seas quién los esté alimentando, además, un pegaso tenías que ser ¿No?, asistiendo a la escuela de vuelo, Conociendo a mi tornado de colores desde pequeña, ¡Manzanos!.- susurré apretando los dientes nuevamente.

-Eres sexy.- Susurró una voz peligrosamente cerca de mi cuello.

-¡Rainbow Dash!- Grité espantada saliendo repentinamente de mis pensamientos y dándome vuelta, efectivamente, era Dash con su traje de wonderbolt.

- Ella es la nenita tierna que todos aman por ser manza, es cierto.- dijo y mi corazón se estrechó, di unos pasos atrás y fruncí el seño.

-Que quieres decir con es...- Fuí interrumpida por sus cascos en mi boca.

- Y tú eres la pony trabajadora a la que todos adoran por su humildad y honestidad.- Me sonrojé.

-Apuesto a que así como los animales confían en ella para que los cuide, tú eres la pony en la cual con tan solo afirmar algo cualquier criatura confiaría. ¿De que  sirve haberme conocido desde pequeña?.- Soltó suave la wonderbolt acercando sus labios a los míos.- Si tu eres la primera en mi corazón.- Dijo alejándose un poco al apreciar aún mi rostro de espanto mirándome con dulzura.

Me escuchó decir esas cosas, ¡Por Ecuestria!

- Que haces aquí tan temprano Caramelo? Deberías estar en la academia.-pregunté intentado desviar el tema.

- Sí, pero soy tan increíble que terminé mi entrenamiento antes y Spitfire me envió a casa.- Dijo con un gesto triunfante mi linda y egocéntrica explosión de colores y sonreí.- Sin embargo.- soltó seria, cosa que llamó mi atención y la miré intrigada.- he venido a ayudarte con tus labores en la granja.

-Rainbow Dash, la reina de la pereza doméstica¿ha venido a ayudarme?- Solté burlona mientras me dirigía a la puerta del granero dejandola atrás.

- No soy la reina de la pereza.- contestó sentándose en el heno. - Soy la comandante de la pereza, ¿Ves? 20% más genial.- dijo mientras presumía con gloria un músculo, no pide evitar reír y ella rió conmigo.

Dash ha venido a verme estos tres días, aunque los días anteriores lo ha hecho en la noche, escurriendose en mi habitación a través de mi ventana, hablamos durante horas contándonos el día de la otra y hablando de intimidades nuestras, acaricio su...

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Dash ha venido a verme estos tres días, aunque los días anteriores lo ha hecho en la noche, escurriendose en mi habitación a través de mi ventana, hablamos durante horas contándonos el día de la otra y hablando de intimidades nuestras, acaricio su colorida melena, debo admitirlo, tengo una obsesión con los colores de su pelo, dormimos abrazadas y nos besamos a cada momento, aveces con fiereza, otras veces con dulzura, la manera en la que sus grandes ojos me observan con amor, el sabor a cerezo que desprenden sus labios, la calidez de sus abrazos y el dulce olor de su melena me han tenido delirando estos días, ¡Corrales! Estoy muy enamorada.

Incluso la abuela Smith, Big Mac y AppleBloom me han preguntado que me tiene tan suspirante todo el día, ¿Tan obvia era?

Aún no le hemos puesto una definición a lo que somos, pero estoy segura de una cosa, su cercanía me hace felíz.

Al cerrar la puerta del granero me dirijí a ella nuevamente quién me miraba exaltada y nerviosa puesto a que nos haya encerrado aquí dentro.

- Tranquila, solo voy a.- dije antes de llegar a ella y simplemente abrazarla, tumbandonos en una rumba de heno. -Gracias por existir.- susurré sintiendo sus cascos abrazarme igualmente y aferrarme más a ella, escondí mi rostro en su melena ocultando mis lágrimas de felicidad y nostalgia, jamás me había sentido tan amada y acompañada desde la muerte de mis padres, Rainbow Dash, llenaba de amor ese vacío, sentir su abrazo y su pecho unido al mío, era increíblemente reconfortante.

- Tu también manzanita, gracias por existir.- la escuché susurrar mientras sentía un cálido beso en mi melena.

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