XVI.

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Orario. Puerta exterior del Calabozo. 

El Sol en el horizonte daba sus primeras pinceladas del día. Las calles de Orario comenzaban a llenarse de los primerizos sonidos de su rutinaria vida. Los pájaros, las tiendas subiendo las cortinas de sus negocios para atender a los clientes, las carretas llenas viajando hacia el mercado principal de la ciudad, aventureros madrugadores caminando hacia la puerta del laberinto para un dia productivo, el gremio preparándose para otra cansadora jornada de trabajo.

¡Tap! ¡Tap!

Naruto atraía las miradas de los presentes. A pesar de haber pocos testigos a esa hora del día, el muchacho atraía la atención.

Su armadura negra que imponía un aura de poder. Su espada enorme que podría confundirse con un pedazo de metal debido a su tamaño y estado oxidado del arma. La capa hecha jirones en su parte inferior que cubría desde la nuca hasta los talones al muchacho.

Esos detalles capaz eran los causantes de las miradas.

Sin embargo, las personas ya se habían acostumbrado a ver al muchacho rubio con un mechón blanco andando por esa zona. Después de todo, era un aventurero, yendo día a día al Calabozo.

La gente alrededor ya estaba familiarizada con los aventureros siendo capaces de distinguirlos. Algunos incluso sabiendo de que familia provenían. Aunque aquello era en casos especiales como la Familia Loki, o la Familia Freya.

Naruto, cuyo nombre no era conocido aún por Orario, era reconocido y mencionado en boca a boca como: Espadachín Negro.

Así que, ninguno de aquellos detalles había atraído la atención de los presentes.

¡Tap! ¡Tap!

A cada paso, las suelas de los zapatos del aventurero dejaban una huella de sangre en el suelo.

Un rastro de aquel liquido se podía apreciar desde la puerta del Calabozo hasta el muchacho.

Naruto estaba manchado del liquido carmesí. 

La sangre de los monstruos bañaba al aventurero.

La visión de Naruto era nublada impidiéndole ver más allá de un metro frente a su nariz. Un pitido molesto perforaba sus tímpanos. Su boca parecía reseca pidiendo por un vaso de agua. Su pecho, y toda la zona de su torso ardía violentamente.

- (Me excedí)-

Naruto había estado toda la noche probando su nueva adquisición en su arsenal, la magia.

Se había excedido subiendo pisos.

Apenas se dio cuenta horas más tarde cuando las paredes habían pasado de un claro azul marino a un verde, estando más allá del cuarto piso.

- ¡Oye! ¡No caigas! ¡Aún falta para llegar a casa!-

Puck, sentado en el hombro derecho del aventurero, picaba una de sus mejillas.

¡Pump!

Naruto cayo inconsciente tras el último paso.

Puck se quedo, sobrevolando a un metro del suelo, observando al aventurero. El espíritu miró su brazo tensando sus músculos. Puck asintió con una sonrisa ganadora en su rostro pensado que había dejado desmayado al muchacho con su fuerza. Aunque aquello no fuese cierto.

- Bueno, lo intente- mencionó sentando sobre la espalda de Naruto mientras silbaba.

Solo restaba esperar hasta que se despertara.

De entre la temprana muchedumbre, una sombra se escabulló llegando hasta el aventurero.

X~X~X

Espadachín Negro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora