XI.

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Naruto ladeó una pequeña sonrisa, observando con sus ojos escarlatas, como su objetivo finalmente llegaba a su destino.

El aventurero de armadura negra se sentó reposando sobre una pequeña pared esperando a que Lili saliera de aquel lugar.

No había que ser demasiado inteligente para darse cuenta que la chica vendería la daga de Bell a un traficante o recolector. Si se llegaba a dar, solo tenía que entrar patearle la cabeza al vendedor, y luego a Lili.

Comparada con la amplia y bulliciosa calle comercial en la Calle Principal, se trataba de una ruta totalmente estrecha.

Mirando hacia arriba, el cielo era cortado en partes por casas de ladrillo también estrechas.

Por debajo de la espesa nube teñida de color amarillo naranja, ese camino parecía ser aún más oscuro. Desprendía una sensación de que el sol nunca había brillado en ese lugar antes.

El muchacho parecía encajar con aquel lugar. Su armadura negra, su capa hecha jirones, y su enorme espada oscura combinaban con la temática de aquel callejón.

Un pequeño gato blanco apareció acostándose en medio de toda la basura, dio un maullido y se acurrucó en ella descansando.

Blanco.

Naruto llevo una de sus manos a su cabeza tocando sus mechones de pelo. El chico no era rubio natural, su cabello era teñido. Un secreto que solo su hermano mayor por minutos, Bell, sabia.

Nunca le gusto el color blanco e imaginarse ahora con su pelo albino natural no era algo que le agradaba.

Sus pensamientos se interrumpieron cuando la puerta del negocio se abrió groseramente mostrando a Lili con una expresión enojada.

La daga de Bell aún permanecía en su mano.

La chica no había podido venderla.

Si había empezado esto, lo terminaría.

Casi sin hacer silencio, como un felino acechando a su presa, Naruto comenzó a seguir a Lili en aquel estrecho callejón.

La sonrisa del chico creció observando como dos personas se acercaban de frente hacía la muchacha. Una elfa y una humana que conocía bastante bien. Ambas llevaban bolsas de papel repletas de frutas y verduras con las manzanas como protagonistas principales.

- Tú pequeño hobitt, espera un momento-

La voz de Ryuu detuvo en seco a Lili dejando que un sudor frío se extendiera y envolviera por su espalda.

- ¿Puedes dejarme ver la daga que está metida dentro de tus mangas?-

Naruto dio un silbido internamente. El ni siquiera se había dado cuenta que la muchacha había escondido el arma. Eso solo demostraba que la elfa debería tener algún pasado oculto. ¿Una aventurera de nivel 2 o mayor?

-... ¿Hay una razón por la qué debería hacerlo?-

- Parece que es el item de un conocido. Si es posible, me gustaría confirmarlo-

- Desafortunadamente, este es mi item. Debes haber visto mal-

Sin darle la oportunidad de refutar, Lili se fue después de hablar negándose y tratando de irse apurada.

- Sácalo-

La escena parecía ser tan tensa en la medida en que el sonido del aire crujía.

- ...-

- Solo conozco a una persona con un arma grabada con <Texto Sagrado>-

Era como si hubiera una cuchilla de hielo colocado en el cuello de Lili. Incluso sus dedos parecían estar congelados.

Espadachín Negro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora