Espadachín Negro.

XXXIII

Hefesto tragó saliva. ¿Acaso Hestia quería una guerra contra Loki? La pequeña diosa del Olimpo era fuerte, y sus hijos también parecían ir en un grandioso camino, pero estábamos hablando de tres contra una familia de decenas de aventureros.

- (¿Tu razonamiento se fue de vacaciones, idiota?)- pensó la diosa tuerta.

Los párpados de Loki se abrieron mostrando aquellos ojos pocas veces vistos. La diosa no mostraba su mirada en su día a día, salvó en ocasiones muy particulares, y está era una de ellas.

- ¿Qué dijiste, enana?- preguntó Loki acercándose hasta pegar su frente con la de diosa del hogar-. Repitelo si tienes los ovarios para hacerlo-

Hestia no respondió solo sonrió de lado algo que pareció sacar de quicio a Loki.

El aura de ambas diosas comenzó a rellenar todo el ambiente. La temperatura de todo el lugar aumento drásticamente ocasionando que la mayoría de dioses se hundieran en sus asientos.

- Que divertido-

Una voz hermosa resonó.

La atención de los dioses se enfoco en el nuevo invitado desviando sus miradas del par de diosas.

Sentada en su trono, Freya hablo como si nada sucediese a su alrededor.

- Hestia dijo que no hizo nada impropio con la Gracia de sus hijos. No hay necesidad de forzarla a hablar, ¿no es así?- mencionó Freya cruzando sus brazos por debajo de su escote causando que las miradas de los dioses machos se encendieran-. No interferimos en los asuntos internos de otras Familias-

En ningún momento, Hestia había apartado su mirada de Loki.

- Además está prohibido preguntar sobre el Estado de un miembro ajeno a tu Familia- mencionó la diosa del hogar regresando las miradas del salón a ella-. ¿O acaso una diosa veterana como tú no lo sabe?- sonrió Hestia burlona.

Loki no contestó dirigiendo su atención a Freya.

- Un mes y medio. Y uno de ellos dos niveles en un solo salto. ¿Entiendes lo que significan esos números, diosa pervertida?- mencionó la diosa pelirroja.

Desde la caída de las familias de Zeus y Hera, el manto de los más fuertes lo habían tomado Loki y Freya. Y a diferencia de sus antecesores, quienes trabajaban en equipo, siempre hubo un pequeño cruce entre la diosa del amor, y la diosa del engaño para saber que familia era más fuerte. Quien se quedaba con el título del más poderoso de Orario.

Con un gesto elegante, Freya acomodo su cabello plateado detrás de su oreja.

- Sigues insistiendo en eso...- la diosa del amor tocó su mejilla izquierda dos veces en un gesto pensante-. Puede ser que esto sea más personal... ¿Celos? ¿Te enfada saber que los niños de Hestia hayan destronado a tu hija favorita?-

Loki observó la sonrisa inmutable en las facciones de Freya, y allí se dió cuenta que la diosa del amor la había llevado a un callejón sin salida.

- Los números son casi imposibles- expresó Freya-. Pero, ¿el mayor de ellos no logró borrar la diferencia de nivel, y derrotó al minotauro? Enfrentarse a un rival de tal calibre, sumado a sus puntos de experiencia anteriores, ¿no es lógico su ascenso de nivel?-

La totalidad de los presentes se sorprendió por las palabras que dijo Freya.

Dentro de la información de Bell Cranel que los dioses sostenían, lo digno de mención era que en el pasado se había reunido con un Minotauro en dos ocasiones, e incluso fue derrotado en una de ellas. Los dioses de los alrededores continuaron estando de acuerdo con el razonamiento de Freya.