XXXI.

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Hestia observó en silencio las lágrimas que bajaban por las mejillas de Bell.

- ¿Que estás soñando?- se aventuró a preguntar en un susurro la diosa del hogar.

Hestia negó mientras acariciaba los cabellos de los hermanos Cranel. Se hallaban en el centro de tratamiento de Babel.

Dos camas individuales separadas por una simple mesa de luz. La diosa sentada en el medio de estas jugaba con los cabellos de los chicos como si de una madre se tratara.

Quería matarlos. Pero al ver a Naruto llegar al hogar cargando consigo a Bell herido, aquella furia se esfumó para ser suplantada por preocupación.

La chica ayudante, Lili, también estaba ahí afuera de la habitación esperando alguna noticia.

Hestia limpió las lágrimas de Bell.

La diosa acarició las marcas en las mejillas de Naruto, sacándole una pequeña sonrisa tranquila, serena.

- Han trabajado bien, mis niños- expresó la diosa levantando los flequillos de cada uno, depositando un suave beso en la frente-. Felicitaciones. Estoy orgullosa de ustedes...- sonrió con su mirada fulgurante.

Unas palabras que cualquier hijo quisiera escuchar salir de la boca de sus padres. Estoy orgulloso. Dos simples palabras que a cualquier chico en cualquier parte del mundo le haría inflar su pecho sintiendo que por fin había cumplido algo importante. Una sensación indescriptible que lamentablemente no muchos podían contar.

- Descansen-

La diosa sonrió y negó al mismo tiempo que dos hojas posaban en sus suaves manos.

Los estados actualizados.

- Realmente cada día me sorprenden más...- expresó leyendo los datos de las hojas-. Su verdadera aventura comienza ahora, chicos-

La diosa se levantó de su lugar y camino hasta la puerta.

Debería de prepararse mentalmente para lo que estaba apunto de pasar. La ciudad de Orario se pondría patas para arriba apenas aquella información se haga de dominio público.

Los hermanos Cranel habían llegado para destrozar con todo lo planeado.

X~X~X

El Gremio estaba rodeado de ruido temprano por la mañana.

En el período de tiempo desde la mañana hasta el mediodía, los Aventureros se dirigirían a ese amplio vestíbulo sin parar. Aunque había algunas personas que fueron a discutir sobre su futuro para explorar el Calabozo con sus asesores, la mayoría de las personas que estaban allí para recoger información actualizada de la enorme cartelera o de sus compañeros.

Con las notificaciones de nuevos productos en venta de las facciones de tipo comercial y la adquisición de nuevo Botín como iniciativa, las otras Familias están preocupados por el informe de testigos sobre el tipo extraño sin confirmar. La información hecha pública por el Gremio tenía un gran valor para los Aventureros y no debía ser subestimada.

La fuerte luz solar iluminaba el gran vestíbulo, numerosos demi-humanos movían sus manos y piernas mientras hablaban.

- Parece que esos Aventureros aumentaron de nuevo hoy-

- Hey, todavía estamos trabajando. No hables conmigo-

Sentada en la ventana del mostrador, Eina susurro tranquilamente y le recordó a Misha, quien estaba rascando sus oídos.

Justo como había dicho, desde esa mañana, había incluso más figuras de Aventureros.

Incluyendo a Eina, cada una de las recepcionistas pensaba adoptar medidas específicas y acelerar su ritmo de trabajo constantemente. Hasta ahora, Eina había estado atendiendo a los Aventureros.

Espadachín Negro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora