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Merlina.

La semana había sido un completo infierno, habías tenido dos presentaciones para distintas evaluaciones en la universidad, encima estabas preparando la bendita presentación para ese amigo y socio, de Madame Jia, El club se cerraría ese día exclusivamente para este selecto grupo de hombres, y tu tenias que poner todo tu maldito cerebro y esfuerzos en que la presentación le gustara a tu jefa, porque al parecer nada era suficiente para el maldito cliente.

Pero aquí estabas, vestida con un muy sensual (más de lo que te gustaría) liguero color vino tinto, el cual dejaba muy poco a la imaginación, por suerte para ti, cubría al menos lo mínimo. Hoy bailarías con tacones altísimos, muy maquillada y peinada, eras toda una estrella de burlesque y no te gustaba nada. Para ti el cuerpo o la desnudes misma no era tema, no seria complicado bailar en estas mismas condiciones en algún show o presentación de la universidad o un escenario incluso más grande y con más publico que este. Pero al hacerlo en este preciso lugar, sabiendo la finalidad que este tenia, hacia que sintieras como si te estuvieras vendiendo por unos pocos billetes, y después de todo así lo era.

- Ya llegaron los invitados de Madame Jia, ve a tu lugar.- Te dijo tan frio y seco como siempre el señor Woo.

Respiraste hondo y calmaste tus extraños nervios, hoy no estaba siendo un día en especial malo, pero algo en ti se mantenía inquieto y no sabias a raíz de que. Te diste aliento a ti misma y entraste al escenario, tomaste tu posición y esperaste la música.

Horns de Bryce Fox comenzó a sonar y la luz fue subiendo de manera tenue, dejando que los asistentes te vieran por primera vez. Tu silueta apareció sentada en aro. hiciste un movimiento de cabeza, como si estuvieras ida por la música o el placer, y con un enganche de tus manos te dejaste caer lentamente del aro hasta tocar el suelo. Por supuesto cuando estuviste en el suelo y comenzaste a bailar sensualmente, lo primero que hiciste fue reparar en el tan "importante" sujeto que era el invitado de honor y la verdad es que te sorprendiste.

Cuando te hablaron de aquel hombre, lo primero que pensaste fue en un señor de unos cincuenta, algo gordo, con pinta de mafioso y muy desagradable presencia, pero habías errado en tu imagen mental del sujeto. Este estaba sentado al lado de Madame Jia, se veía relativamente joven, si bien no tenia ni de cerca cincuenta y tantos años, tampoco era un chiquillo, de seguro tenia unos pocos años más que tu.

Subiste al aro y seguiste haciendo maromas y bailando, que es por lo cual te pagaban. Una vez la música termino, disto una reverencia y te retiraste hasta los camerinos.

Ya llevabas puesto tu típico uniforme del bar, el cual consistía en una pantalón negro y una blusa del mismo color. Saliste al pasillo y te sobresaltaste ya que el señor Woo te esperaba allí, con su cara de pocos amigos de siempre y los brazos cruzados sobre el torso.

- Señor Woo, ¿Ocurrió algo?.- Preguntaste preocupada, pensando en que quizás algo habías hecho para molestar a la iracunda jefa que te gastabas.

- Si, sígueme en silencio, y compórtate.- Estuviste cerca de soltar una maldición ¿Comportarte?, ¿Desde cuando te decían algo como eso cuando servías tragos? siempre lo hacías bien y sin dar problemas, por lo que ese simple comentario te irrito bastante.

Tenias la duda y la molestia, pero lo seguiste en completo silencio y cuando este camino hasta la mesa de uno de los sujetos que eran los invitados de hoy, entendiste de que hablaba. Madame Jia hablaba muy dulce y animada con aquel sujeto, jamás en tu vida la viste ser así de cordial, por lo que hizo que te dieran escalofríos cuando esta giro y te vio con una sonrisa.

- Que bueno que estas aquí cariño. Bueno como lo pediste te la presento ella es...- Pero tu jefa quedo con la palabra en los labios, puesto que el hombre se puso de pie y estiro su mano.

Of Like, Money & LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora