∗ ⋅25⋅ ∗

54 17 3
                                    

Levi.

Respira, inhala, exhala , continuo, solo son dos días, cuarenta y ocho horas y ya está. Era lo que te repetías de manera incansable en esta eterna larga y tortuosa media hora. Ese era el tiempo que llevaba tu madre en el piso de Jungkook y no pasaron más de cinco minutos cuando ya querías que la tierra te tragara.

Po supuesto Jimin se había largado apenas vio la oportunidad, dejándote sola lidiando con la que es la progenitora de ambos.

- Qué harías sin tu madre niña por dios, mira ese nevera, sin nada de comida casera en ella, por eso Jungkook esta tan delgado.- Pusiste los ojos en blanco ante el nuevo regaño.

Haberle dicho a tu madre que vivías con tu falso novio, al parecer había sido sinónimo de decirle, me casé, soy una mujer de casa con el sueño de andar descalza por la casa y con un vientre de ocho meses de embarazo. ¿Por qué? pues por donde partir, primero porque dijo que le hubiera gustado que formalizaran más su relación antes de convivir, pero que estaba feliz de todas maneras debido a que al fin habías medio sentado cabeza y que al fin conseguiste alguien capaz de soportarte, tambien le dijo, no, le exigió a Jungkook que le llamara suegra o madre, lo que casi te provoco una convulsión, estabas tan avergonzada y apenada por el pobre muchacho, que por poco y no mordiste un cojín para pasar el mal y humillante momento.

- Lamento que la nevera de Jung.- Jungkook te hizo una mueca para que tuvieras cuidado con tu palabras.- Lamento si nuestra nevera no es de tu agrado Má, pero es medio difícil surtirla cuando te pasas cuatro días en el hospital con la pierna rota ¿No crees?.- Era increíble, y es que ni estando con una pierna y media funcional, tu progenitora te daba tregua.

Tu madre te miro de reojo y te hizo una mueca.

- Jungkook me ayudas a ir a la habitación.- Le pediste al chico el cual asintió y te ayudo para ir hasta su habitación, ya que aun no le agarrabas ritmo a las benditas muletas.

El chico te llevaba sujeta por la cintura con ambas manos, mientras tu dabas torpes "paso" con las muletas, ya que no podías apoyar la pierna fracturada por nada del mundo. Una vez estuvieron ambos adentro saliste hasta el balcón que tenia la habitación del chico y cerraste el ventanal tras ustedes.

- Es que no la aguanto Enano, no la soporto enserio, es, es, insufrible, NO, es castradora, dios mío es que yo no puedo estar mas de una hora bajo su mismo techo, que no estamos hecha para ser compatibles.- Hablabas sin parar, si hasta pareciera que estabas cantando alguna estrofa de una canción de rap.

Era el efecto de tu madre sobre ti.

- Tranquila Noona, calma y respira, se que para ti no es fácil lidiar con tu madre, pero serán dos días y luego ya estarás libre. Solo dale en el gusto y veras que te deja en paz, eso hago yo casa vez que mi padre me agobia con sus deseos para "mi vida" .- Tu mordiste tus labios, no era parte de ti llevarle el amén a tu madre (Ni a nadie) para que dejara de molestar, pero sabias que Jungkook estaba tolerando demasiado producto de estar ayudándote.

- Tienes razón, solo debo asentir en silencio y no nos daremos cuenta cuando ella se este marchando a Busan nuevamente.- El chico te sonrió y te dio dos palmaditas en la espalda a modo de arenga.

Ni jugar un partido de futbol profesional era tan cansador como aguantar a tu madre.

- Dejen de estarse besando y vengan a comer, está lista la comida.- Tus mejillas se sintieron arder.

Esto no seria nada sencillo.

Una vez terminaron de comer, tuviste que disculparte con tu madre y Jungkook, ya que al estar con la pierna hacia abajo, esto hacia que se hinchara un poco y comenzara a doler aun más. Por suerte ahora podías descansar, y con eso te referías a descansar de tu madre, ya que esta había tomado un par de bolsas de genero y había partido en dirección al apartamento de Hoseok, dijo que de seguro (al igual que yo) se alimentaban de puras porquerías, así que tomo unos cuantos recipientes con Kimchi, bulgogi y comidas las cuales de seguro le durarían un mes con facilidad.

Of Like, Money & LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora