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Irrupción.

- El segundo no estaba tan lejos del centro y tenia dos habitaciones.- Le dijiste al castaño que se mantenía sentado a tu lado jugando con tus cabellos, o haciéndole un intento de trenzas para ser más exactos.

- Era feo, las murallas tenían humedad.- Te respondió el chico sin dejar de trenzar los mechones.

- El de la avenida no estaba nada mal, la renta no era tan alta, aun que necesitaba un par de arreglos.- Diste otra opción.

- ¿Viste el grupo de idiotas del piso de abajo?.- Hiciste una mueca y seguiste con tu lista mental de apartamentos.

- Pero el que estaba en ese cuarto piso no estaba tan, tan mal.- El chico te miro sorprendido ante tus palabras.

- Noona estuvimos cuarenta minutos encerrados en ese elevador cutre, creí que la maldita caja de metal se caería.- Te sentaste sobre la cama y miraste al chico con el ceño fruncido.

- Se que no todos son un diez, ni para seis alcanza, pero pareciera que nada te parece bien. Se que probablemente para ti son lugares de mierda, pero no tengo de otra, el jodido hospital me salió un dineral y encima debo pagar el resto de gastos médicos y terapias, y encima estoy sin poder trabajar, si no fuera por Golden Maknae estaría ya colgada de un puto puente.- Le dijiste con un tono irritado y cansado al chico.

Te pusiste de pie, tomaste los cigarrillos y encendedor, por supuesto las malditas muletas no podían faltar, si no, no podías ir a ninguna parte.

Saliste al balcón y una vez cerraste la ventana tras de ti, te paraste junto a la baranda y encendiste el cigarrillo. Dejaste escapar el humo que salía por tu boca, haciendo que el viento de aquella noche otoñal lo dispersara por el aire.

Habías estado tan jodidamente feliz por tener dinero ahorrado gracias a la aplicación, con eso podrías pagar al menos dos semestres más de carreras sin problema, pero tenias que haber ido a parar al maldito hospital.

Escuchaste como la ventana se deslizaba, tu no volteaste porque sabias muy bien de quien se trataba, estabas algo ofuscada en ese momento para seguir la conversación.

- Noona, lo siento fui un idiota.- Te dijo el chico abrazándote por detrás, lo que hizo que tu pulso se acelerara.

Sus muestras de cariños no eran algo especial, eran algo que siempre hacia, pero para ti cada día se tornaban más complejas, el estar permanentemente con el chico, el que pasaran tanto tiempo juntos y fuera tan atento y cariñoso, no estaba haciendo nada fácil las cosas.

Dos semanas muy torturadoras para tus ocultos sentimientos.

- Se, se que no lo haces con mala intención Enano, yo me alteré y no debí decirte eso, pero necesito que entiendas en la mala posición en la que me encuentro , no tengo garantías en que pueda volver así sin más al trabajo, te conté como la perra de mi jefa reaccionó con lo de mi tiempo fuera, no puedo encontrar un maldito apartamento decente que no me cueste un ojo de la cara, y encima Jimin me sale con que se quedara rentando con Hoseok el maldito traidor de mierda.- El chico te daba besos en aquel hombro desnudo que estaba expuesto producto de la camiseta que se deslizaba, debido a lo grande que era por ser del chico.

Hace cuatro días tu hermano te había contando sobre su nuevo plan inmobiliario, y era el mismo tiempo que llevabas sin hablarle. Había sido un egoísta de tomo y lomo, sabiendo que no estabas en una buena posición. Por supuesto Hoseok se disculpo, te dijo que el casero había duplicado la renta y que se estaba viendo algo complicado, ya que su dinero se dividía en demasiados gastos, por supuesto le dijiste que no era nada, que tu molestia solo era con tu hermano.

Of Like, Money & LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora