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La película había pasado a segundo término en cuanto Taehyung empezó a juguetear con los cordones del jogger de Yoongi.

La mano del menor rozaba el miembro del mayor cuando los enredaba entre sus dedos, notaba cómo Yoongi hacia puño su mano, marcándose más las venas y pensó si otra cosa también estaría venoso.

Así que ahora el menor se encontraba arrodillado entre las piernas del mayor, que lo veía mordiéndose el labio, extasiado con la imagen y sensación de Taehyung engulléndolo.

—Tienes una boquita tan deliciosa —soltó con voz ronca.

—¿Lo hago bien, profesor Min? —preguntó el menor, con la boca abierta y saboreando con la lengua la punta del miembro del mayor.

—Mierda, Taehyung —esa oración le hizo sentir un cosquilleo de adrenalina al estar haciendo algo prohibido. Lo tomó del cabello, tratando de no ser tan brusco, y le embistió la boca. El menor aumentó el movimiento, apoyándose en el ritmo que Yoongi le indicaba.

—Estoy cerca, quiero —gimió—, quiero terminar en tu hermoso rostro.

Yoongi se masturbó frente a un Taehyung con el rostro colorado y una ligera capa de sudor que adornaba su piel, Yoongi soltó un gemido ronco cuando alcanzó el orgasmo, tomó un pañuelo de la mesita y le limpió la carita al menor mientras le daba pequeños besos.

—Hazme el amor, Yoongi —susurró.

La necesidad de sentirse se manifestó en cómo lo alzó y llevó hasta la habitación, donde sin llegar a la cama empezaron a desvestirse bajo la luz de la chimenea.

El mayor recostó a Taehyung sobre la cama, recorriendo con sus labios el cuerpo divino del castaño, regresaba a sus labios y el menor lo recibía con devoción, descubriendo la piel marfil de Yoongi bajo su tacto.

Compartieron besos, marcando con sus labios todo lo que les pertenecía a ambos, las clavículas del menor, los rosados botones del mayor; el abdomen suavecito de Taehyung, la cintura diminuta de Yoongi; los muslos del castaño y la espalda marcada del pelinegro.

Las manos de Yoongi recorrieron sin pudor la curva de la cintura que terminaba en el bonito trasero del menor, el cual pellizcó traviesamente mientras el Taehyung bombeaba ambos miembros.

—¿Sigues seguro de esto? —murmuró sobre sus labios, sobando los glúteos del menor, acercándose a su entrada.

—Estoy seguro desde que te conocí —lo miró detenidamente—, desde que te vi sabía que me enamoraría de ti —sonrió ampliamente, haciendo que el mayor también sonriera.

—Te amo, Kim Taehyung —pegó su frente a la del menor.

—Te amo, Min Yoongi.

Y esa declaración de amor en la que se envuelven detona la necesidad de sentir sus cuerpos más cerca, a unirse todo lo que sea posible.

Se vuelven un lío de gemidos y saliva, a la par de la sensación caliente al introducir poco a poco un primer dedo lubricado, explorando con cuidado la cavidad del menor por primera vez.

Suavemente introduce un segundo dedo y los mueve con lentitud, tratando de dilatarlo más. El miembro de Yoongi muere por enterrarse en ese pequeño espacio, de ese hermoso niño que es totalmente suyo, pero lo último que quiere es hacerle daño.

—Dime si quieres que pare.

—Más —logra decir el menor ante la extraña sensación entre dolor y placer que provoca la intromisión a su intimidad.

Yoongi lo besa mientras alinea su miembro en la entrada de Taehyung, se empuja un poco, metiendo solamente la punta y vuelve a salir para repetir la acción varias veces, hasta que la cavidad del menor lo recibe cada vez más. Taehyung olvida el escozor y se apodera el placer tras saber que está siendo uno con Yoongi.

—Mierda, bebé, te sientes tan bien —jadea con voz ronca, el menor se siente increíble con todas las emociones que está descubriendo y que le recorren el cuerpo. Sentir los suaves besos pero las firmes embestidas del mayor se vuelven su sensación favorita.

Si Yoongi había adorado la imagen de Taehyung con su boquita llena de él, la visión que tenía ahora del menor era espectacular, viendo cómo lo recibía su virginal entrada, su miembro desapareciendo en ese hermoso cuerpo y causando tanto en ambos.

A Taehyung le crece un cosquilleo en la parte baja y sabe que está cerca del orgasmo, parece que Yoongi le lee la mente porque toma su miembro mientras lo estimula, así como continúa con el vaivén de sus caderas.

Taehyung se siente en el cielo por la doble estimulación y se corre entre un gemido alto y fuerte; el agarre en la cintura de Taehyung se aprieta y pronto siente cómo sus paredes se llenan de la esencia de Yoongi.

Ambos sienten el cuerpo liviano, el mayor sube dejando un camino de besos hasta esos labios que ama besar. Taehyung lo abraza y se recarga en su pecho, aletargado por el frenesí de sensaciones.

—Te amo —murmura entre ensoñaciones.

—Te amo —susurra en su oído.

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La calidez que sintió Taehyung al despertar junto a Yoongi fue su segunda sensación favorita. Dormían de frente, con manos y brazos entrelazados, aferrándose al otro como si su vida dependiera de que nadie los separara. Era un momento único y suyo.

Taehyung estudió detenidamente el rostro de Yoongi, la bonita ceja que a veces el cabello del pelinegro cubría, pero que él amaba cuando usaba boinas o gorros y dejaba ver ese hermoso rostro de su novio, las pestañitas de esos ojos rasgados, los pequeños lunares, la naricita de botón y lo mejor era esa dulce boquita entreabierta que formaba un pequeño puchero, amaba cuando Yoongi hablaba y a veces se le formaba esa muequita tan adorable.

Taehyung soltó un suspiro de adolescente enamorado y bueno, eso era, rió por su propio chiste y los párpados de Yoongi se movieron, poco a poco abrió los ojos y sonrió ante la visión de tener al castaño con él, se aferró más a su cintura y lo besó en la frente.

—Buenos días, bebé.

—Buenos días, Yoonie.

—¿Dormiste bien? —el menor asintió—, ¿te duele algo? —el menor negó pero el mayor enarcó una ceja y entonces asintió.

—Un poquito el trasero y las caderas —dijo apenado.

—Tengo una pomadita que te puede ayudar, cariño. Nos bañamos y te la pongo.

—¿Nos... nos bañaremos juntos?

—Solo si quieres.

—Me da un poco de penita —dijo subiendo la sábana dejando ver solo sus ojos.

—Mi amor —le da un beso en la mejilla y le susurra en su odio— ya estuve en cada rincón de ti, no debes avergonzarte.

Esas palabras causaron en Taehyung totalmente lo contrario, cubriéndose por completo y sintiendo el calor de sus mejillas que se colorean de rojo.

Yoongi rió y empezó a dar muchos besos en el menor a través de la sábana, haciendo que el castaño riera y se descubriera.

—Te amo mucho, Taehyung —besó sus labios.

—Te amo, Yoongi —lo rodeó del cuello—, te amo y soy muy feliz de haber sido tuyo.

El pelinegro le sonrió y le dio un dulce beso, feliz de tener a Taehyung en sus brazos, amándolo tanto como él.

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Profesor Min | YOONTAE | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora