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La emoción de su cumpleaños había sido opacada por el hueco en su estómago, la tristeza y el dolor de la ausencia de Yoongi, pero debía mostrarse entero, le había dicho su madre, más bien, amenazado, mientras le acomodaba la corbata.

Taehyung saludó a los invitados, la mayoría amigos de sus padres, permaneció la mayor parte del tiempo con Jungkook y Jimin, vigilados por los ojos del personal de seguridad que habían contratado para la fiesta.

Mientras se acercaba la hora, más nervioso se encontraba, Jimin le pedía que se calmara o los descubrirían, y eso ponía más ansioso al menor.

Llegó la hora del pastel, las luces de las velas, la típica canción, Taehyung no pudo sonreír para ninguna foto, a pesar de que su madre le pellizcó el brazo, no era capaz de esbozar una sonrisa genuina, por lo que solo apretaba su boca en un intento de no largarse a llorar.

Salió al patio, como lo planearon, nadie prestaba atención a sus movimientos, cruzó hacia el lado izquierdo de la casa, el guardia caminaba del lado contrario, vio a Jungkook acercarse a él, charlarían respecto a boxeo, eso les daba por lo menos cinco minutos.

Taehyung atravesó la puerta y corrió hacia una de las cuadras donde sabía estaría el auto de Yoongi, en cuanto lo divisó, el mayor se bajó y fue a su encuentro, aprisionándolo en sus brazos y soltando un gran suspiro que había contenido.

—Mi amor, te extrañé tanto —dijo, aferrándose más a él—, por fin te tengo en mis brazos

Se separó un poco para besar al menor, que lloraba y se entregaba al beso con anhelo, sus dulces bocas, reencontrándose.

—Es hora, mi cielo, el tren sale en 30 minutos —lo tomó de la mano y le abrió la puerta, pero Taehyung se detuvo, Yoongi frunció el ceño, confundido y vio al menor detenidamente. —¿Y tus cosas? —el castaño solo negó—, no importa —dijo Yoongi, sintiendo cómo temblaba su voz, deseando estar equivocado de lo que presentía, —allá compraremos todo, sube, tenemos que irnos.

—Yoongi, no voy a ir.

—¿De qué hablas?

—No puedo ir contigo, esto... no está bien.

—Taehyung no estés bromeando, sube al auto.

—Lo siento —dijo, al borde del llanto—, me quedaré aquí.

—¿Qué? —Yoongi jadeó y las lágrimas empezaron a desbordarse—, ¿qué pasó? No entiendo.

—Pensé mejor las cosas y... yo debo ir a la universidad en el extranjero, forjar mi futuro y no podré hacer eso a tu lado, no así.

—Pero yo... nosotros... saldremos adelante juntos.

—El amor no debe ser tan complicado, Yoongi, debe ser fácil estar con la persona que amas, creo que no somos correctos para el otro.

—No, no digas eso Taehyung, no me abandones.

—Es lo mejor, Yoongi —retiró las pequeñas lágrimas que se asomaban en sus ojitos castaños y respiró profundamente antes de seguir hablando—. Además, solo tengo 17, no es como que vayas a ser mi único novio.

Y el corazón de Yoongi, tan débil, finalmente se rompió ante las palabras de quien consideraba el amor de su vida.

El pelinegro se cubrió la boca para ahogar los sollozos, se agachó y tomó su cabeza para tratar de sosegarse, mientras Taehyung permanecía con los brazos cruzados, llorando en silencio.

—Está bien —logró decir, más tranquilo—, si crees que terminar es la mejor decisión, si esto solo te lastima, está bien, yo nunca haré algo para dañarte —sonrió, pero inmediatamente la mueca se deformó en un rostro destrozado— Solo ¿me harías un pequeño favor? —el castaño asintió—, cuando te vayas, llévate mi recuerdo por un tiempo, no me olvides tan pronto, ¿sí? Yo no lo haré, siempre te amaré y tendré un espacio para ti, Kim Taehyung.

Taehyung se acercó, Yoongi vio la intención de querer abrazarlo pero se alejó.

—No —el castaño se detuvo en seco—, si te acercas no voy a ser capaz de soltarte.

Taehyung apretó los puños y se mordió el labio con fuerza.

—Debes regresar a tu fiesta —dijo, metió la mano a su abrigo y sacó una cajita de terciopelo negra—. Feliz cumpleaños —se lo extendió y sus dedos se rozaron un poco, causando electricidad en ambos cuerpos. Taehyung fue retrocediendo algunos pasos, mientras Yoongi miraba a la nada.

—Te amo —susurró, antes de salir corriendo de regreso a su casa.

Yoongi apretó los ojos con fuerza, había escuchado la voz del menor diciendo que lo amaba, pero sabía que había sido su necio corazón, deseoso de un cariño ya convertido en cenizas.

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Taehyung entró por la misma puerta, el guardia no se veía, pero Jungkook y Jimin lo esperaban cerca de la alberca.

—¿Lo hiciste? —preguntó Jungkook, levantándose y yendo hacia el menor.

Taehyung asintió y soltó todo el llanto que contuvo frente a Yoongi, cayó al suelo, débil y sin aliento, rompiéndose, como había roto el corazón del mayor, porque así como Yoongi estaba dispuesto a hacer todo por él, Taehyung también estaba dispuesto a hacerlo todo por el bien de Yoongi, para que estuviera a salvo, esa había sido la promesa que había hecho con sus padres, él aceptaba sus condiciones, si ellos aceptaban la suya de no tocar a Yoongi y dejarlo vivir tranquilo, como si ese tiempo no hubiese existido.

Jimin se acercó también y notó la cajita que cayó junto al menor, ésta se encontraba abierta y dentro un bonito anillo de compromiso.

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Espacio seguro para llorar :'( 

Les actualizaré otro más.

Profesor Min | YOONTAE | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora