Profesor Min | YOONTAE | COMPLETA

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—¡Papi! ¡Papi do gallieta! —exclamó la pequeña.

—¿Qué papi no quiere darte galletas? —preguntó Yoongi.

—¡Gallieta!

—Galleta —corrigió Yoongi. Se acercó a la cocina con la pequeña en brazos—. Tu hija te acusó que no le quieres dar galletas.

—Lily —la reprendió Hoseok—, son para tus compañeros de la guardería, tú comerás mañana con ellos.

—Gallietaaa —chilló la pequeña, abrazándose al cuello de Yoongi.

—Llegaste más temprano —dijo Hoseok, tirando unas galletas semi-crudas.

—Te cuento después de salvar de intoxicación a los amiguitos de Lily.

Hobi se llevó a su hija para bañarla y dormirla, mientras Yoongi se encargó de hornear las galletas que debían llevar a la guardería de la pequeña.

—Lily estaba emocionada por hornear con su mamá —dijo Hoseok, regresando después de una hora—. Pero me llamó diciendo que su vuelo se retrasó por el clima.

—Al menos tiene al tío Yoongi a su rescate. Termina de ponerlas en las bolsitas, necesito una ducha.

—Oye, no me dijiste por qué llegaste temprano —habló, mientras se lavaba las manos para manipular las galletas—. ¿No te habrán despedido tan pronto, no? Ni siquiera tienes un mes.

Yoongi giró y se recargó en el marco de la puerta, cruzándose de brazos.

—Lo vi, Hoba.

—¿A quién? —preguntó mientras ponía una galleta en cada bolsita transparente.

—A Taehyung.

—¿Volvió? Wow —dejó su tarea—, ¿y qué te dijo? ¿De qué hablaron?

—No mucho, unas cuantas palabras de cordialidad —sonrió para sí— está precioso, sus rasgos se volvieron más adultos pero sigue teniendo los ojitos de cachorrito.

—¿Y quedaron de verse de nuevo? Tienen que hablar, él debe saber lo de sus papás.

—No, no tiene caso, él está feliz con un chico, se veía contento con él, relajado, es una vida donde yo no tengo espacio.

—No lo sabes, si hablas con él...

—Me voy a ir —lo interrumpió.

—¿Qué? Pero

—Tú sabes que solo estaba esperándolo, ahora que ya lo vi y sé que está bien, ya nada me detiene, no puedo continuar viviendo así.

—A veces, creo que hice mal en darle esa carta a Taehyung —hizo una mueca—, siento que afectó en su decisión.

—Honestamente te lo agradezco, cuando me contaste no me sentí molesto, lo entendí, aquella huída no llevaba a nada bueno, me hubieran detenido en la primera estación y prefiero limpiar mesas que estar en la cárcel acusado por ped*filía y secuestro. Él fue el más valiente de los dos.

—¿Y a dónde irás?

—Donde sea que me den una oportunidad, no tengo mucho dinero como para darme el lujo de elegir.

—Cualquier cosa que hagas, recuerda que este siempre será tu hogar, eres parte de nuestra familia.

—Gracias, Hobi.

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Después de ir a dejar a su hija y entregar las galletas, Hobi se dirigió a aquella mansión y tocó a la puerta, esperando que ninguno de los padres estuviese. Una señora de tercera edad le abrió, preguntándole qué se le ofrecía.