Calíope

Cruz

—Buenos días. —saludó Calíope el domingo en la mañana al ver a Lupe en la cocina.

—Buenos días, Cali. —la saludó sonriendo.

—Pensé que no venías los domingos. —comentó.

—Es así, solo que se me olvido la lista del super, normalmente la hago los lunes, pero aprovechando que ahora voy a la ciudad la haré de una vez. —le explicó.

—¿Puedo ir contigo? —preguntó esperando que dijera que sí.

—Claro ¿Dónde está Kerem?

—No lo sé, despues del desayuno salió, pero no me dijo a dónde iba. —le contó— Voy por mi bolso, ahora vuelvo.

—Te espero afuera.

—Sí. —dijo saliendo de la cocina para subir a su habitación por su bolso— Estoy lista. —anunció unos minutos despues.

—Andando. —dijo yendo a la camioneta——¿Qué es lo que quieres hacer en la ciudad? —le preguntó Lupe mientras conducían fuera del rancho.

—Solo quiero conocerla, a donde vayamos estará bien. —respondió sonriendo.

—Bien, primero iré a recoger unas cortinas que mande hacer a pesar de que el salvaje de Kerem no quería, pero no le hice caso y las ordene. —le contó— Luego podemos ir a comer a algún lugar y después al supermercado, por último, recogeremos a mi hijo.

—Hoy llega tu hijo, que bien. —comentó.

—Sí, hoy llega y mañana estará andando detrás de Kerem, intentando aprender algo.

—Ya seremos dos. —dijo sonriendo.

Durante todo el camino a la ciudad estuvieron conversando, Calíope le contó sobre su familia y su vida en Grecia, Lupe le contó también sobre su vida, cuando llegaron a la ciudad fueron directo a recoger las cortinas.

—Es mi mamá. —le dijo Cali a Lupe, quien asintió, esperando que le trajeran las cortinas— Hola mamá.

—Hola cariño ¿Cómo estás? —preguntó Sol del otro lado de la línea.

—Muy bien ¿Y ustedes cómo están? —respondió.

—Extrañándote, ¿Cómo te va? ¿te estás divirtiendo y aprendiendo? —quiso saber su mamá.

—Sí, ha sido una semana de adaptación, pero pude ver a los caballos salvajes en libertad, son preciosos y había muchos bebés. —le contó emocionada.

—Me alegro ¿Cómo te están tratando?

—Bien, Lupe es increíble, hace una comida riquísima, ahora mismo estoy en la ciudad con ella, vino a comprar unas cosas para el rancho y aproveche para acompañarla, además venimos a recoger a su hijo que llega hoy de la universidad. Está estudiando veterinaria también, así que él también estará de prácticas conmigo. —le contó.

—¿Y el dueño del rancho? ¿Cómo es que se llama? —cuestionó.

—Me trata bien, es serio, pero se nota que sabe mucho sobre animales. Se llama Kerem. —respondió.

—Por lo que escucho, todo está bien. —comentó su madre.

—Sí, todo está bien. Si no te escribo o te llamo es que los últimos días ha estado lloviendo mucho y se pierde la señal. —le contó— No te preocupes que estaré bien.

—Esperare a que tú me llames. —comentó.

—Sí, cuéntame ¿cómo están papá y Xandro?

Su madre le contó que estaban en Londres visitando a su hermana Ivy y su familia, que todos se encontraban bien, conversó un buen rato con ella, hasta que vio a Lupe desocupar se, se despidió de Sol, prometiéndole que le llamaría en cuanto pudiera.