—Buenos días. —saludó Tapioca entrando a la cocina— ¿Cómo está mi chico de cumpleaños? —preguntó abriendo los brazos acercándose a Kerem.
—Buenos días, mamá. —dijo sonriendo, dejándose abrazar— Estoy bien ¿Y tú?
—Perfectamente. —declaró después de darle un beso en la mejilla—¿Listo para tu gran día?
—Tanto como listo no, porque odio las reuniones. —dijo tomando su taza de café para sentarse.
—Es un salvaje. —señaló Lupe.
—Lo es, no entiendo como no se ha domado con tan bella novia que tiene. —le comentó Tapioca a la mexicana.
—Ni yo, debería hacerlo, Calíope es impresionante. —continuó Lupe diciendo.
—Me he dado cuenta. —estuvo de acuerdo su madre— Creo que no soy buena educando hijos.
—No digas eso, eres una buena madre, él es salvaje porque quiere.
—Tienes razón, pero estoy segura de que encontraremos la manera de donarlo.
—¿Por qué están hablando cómo si no estuviera aquí? —les preguntó Kerem mirándolas fijamente.
—Es que eres un salvaje, parece que no te eduque. —comentó su mamá y él rodó los ojos.
—¡Buenos días familia! —saludó Murat hijo entrando a la cocina.
—Buenos días. —respondieron.
—¿Dónde está tu novia? —le preguntó al no verla ahí.
—Está hablando con sus padres ¿Por qué el interés? —cuestionó Kerem.
—Ella es bella. —dijo con una sonrisa traviesa, solo para hacer enojar a su hermano— A mí me gusta admirar la belleza.
—Hijo, no hagas enojar a tu hermano. —le pidió Tapioca— Y felicítalo, que es su cumpleaños.
—Es verdad, felicidades. —dijo antes de darle un beso en la mejilla a su madre— Cada día estás más viejo.
—Te recuerdo que solo te llevo tres años, lo que quiere decir, que cumplirás treinta prontos. —le dijo con tono de burla Murat se detuvo después de saludar a Lupe, también con un beso en la mejilla.
—Seguro que me veré genial con treinta, estoy a nada de convertirme en un Sugar Daddy y dejar mi etapa de sugar baby. —dijo mientras se servía café.
—¿Eso qué es? —cuestionó Lupe.
—Sugar Daddy, es porque te gustan las mujeres mejores y sugar baby cuando te gustan mayores. —le explico vertiendo un poco de leche en su café.
—¿Te gustan las mujeres mayores? —inquirió la mexicana.
—Me encantan ¿Quieres ser mi sugar mami? —le preguntó bromeando, mientras la abrazaba.
—Déjate de tonterías. —le dijo riendo, dándole un manotazo suave en el brazo.
—Dile que te cuente cuando llevó a la cena de navidad, a su novia de cuarenta años, él solo tenía veintidós. —le contó Kerem.
—¡¿Es verdad?! —exclamó mirando a Tapioca quien sonrió asintiendo.
—Completamente verdad. —confirmó Murat.
—Pero cuarenta son muchos años. —señaló Lupe.
—Sí, eso es lo mejor. Son muy experimentadas en la cama. —dijo Murat sin vergüenza sentándose frente a Kerem quien se rio, negando con la cabeza.
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Calíope
Roman d'amourElla es Calíope la cuarta hija de Xandro Kalonimos y es dulce por fuera, pero con el corazón difícil de domar.... Todos los derechos reservados ©®