DIECIOCHO

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Ambos caminaban tranquilamente por las calles, compartiendo bromas y risas, logrando que el ambiente se vuelva cálido y cómodo para ambos.

-Aqui es-dijo Emilio al llegar a uno de sus restaurantes favoritos. El omega miro rápidamente el lugar, era pequeño, acogedor y hogareño.

Llevaba enredaderas en sus paredes y plantas artificiales caer desde el techo.

Algunas pinturas y fotografías de personas que no conocía, supuso que eran familiares a quiénes conmemoraban o incluso talvez los dueños del restaurante, quienes iniciaron todo.

-Es lindo- susurró viendo directo al alfa.

-Si lo sé, es tranquilo. Suelo venir a leer de vez en cuando-caminó entre las mesas y escogió la que solía usar siempre que visitaba el lugar.

-Bienvenidos al restaurante Sweet Dreams, ¿En que les puedo servir?-dijo  el camarero.

-Yo quiero un Bibimbap con una porción extra de papas fritas por favor-dijo Emilio mirando al chico.

-Y a mi un Bossam con una taza de café amargo-respondió Joaquin notando el interés que había tomado el alfa sobre el beta frente suyo.

-Bien, pronto regresaré con sus órdenes-dijo el camarero para luego desaparecer de entre las puertas de la cocina. Emilio seguía viendo en la dirección del chico aún después de haber desaparecido. Desvío su mirada cuando el alfa volvía con su vista al frente, sorprendido y pensativo.

No pudo evitarlo.

-¿Te gusta?-Pregunto en un susurro, talvez no debía hacerlo, no era asunto suyo y era la vida privada del pelinegro.

-¿Quién?

-El camarero.

-¿Porqué lo preguntas?

-Simple curiosidad, lo veías mucho. Es lindo la verdad? -y no mentía.

Emilio sonrió.

-No me gusta-el omega alzó a verlo sorprendido.

-¿No? Pero lo miraste y...lo seguiste hasta la cocina-estaba inseguro.

-No,lo hice porque me gustará. Es nuevo empleado, no lo había visto aquí antes. La anterior camarera era mi amiga, me sorprendió que ya no esté aquí después de tantos años-lo confirmaba, no debió preguntar.

-Oh, creí que te gustaba lo siento-sonrió nervioso.

-No es mi tipo, es atractivo pero no es mi tipo.

-¿Y cuál es tu tipo?-el alfa no respondió nada y solamente lo miraba fijo, su corazón se aceleró.

-Aqui están sus órdenes caballeros espero lo disfruten-se sobresaltó cuando el camarero llegó de imprevisto. Colocó las órdenes en la mesa y antes de irse escuchó al pelinegro preguntar sobre la anterior empleada, el muchacho dijo no saber sobre su ubicación ya que este era su primer día de trabajo, Emilio asintió desanimado y volvió su atención al pedido.

Parecía que la chica era importante para el.

Por unos pocos segundos Emilio estuvo perdido en sus pensamientos, tratando de recordar si Maria había mencionado algo sobre su renuncia. Hace poco se habían visto en el restaurante, se la veía normal o almenos no supo identificar si algo iba mal.

O talvez no renunció sino que la despidieron. Algo extraño tomando en cuenta los años de servicio que llevaba y lo bien que hacía el trabajo .
O tal vez...

-Emilio ¿Todo está bien?-llamó Joaquin.

El mayor volvió en si notando el rostro serio del omega. Asintió apenas.

-Debo irme-si era lo que creía entonces no quería ser un tercero en la relación cercana, prefería alejarse antes de que todo empeorará.

-¿Eh? ¿Por qué? No espera-al igual que el omega se levantó de la mesa y empezó a guardar sus cosas.

-Debo hacer algunas cosas-respondió seco.

-Dejame acompañarte.

-No, está bien, déjalo así.

Emilio apretó los labios. No entendía lo que le sucedía. De repente Joaquin se veía enojado o... desanimado, ¿Era por el camarero? Creía haberle déjalo claro que no le gustaba.

Sea lo que sea estaba logrando que Joaquinn se fuera, no quería que lo haga. El aroma de Joaquin lo alteraba pero le gustaba, como un tipo de droga que lo adormecía y lo quería, egoístamente quería que el castaño se quedará a su lado para seguir rodeado de aquello.

-El trabajo aún no está terminado. Podemos ir a tu casa, terminarlo y entonces me iré y podrás hacer lo que tú quieras.

Y Joaquinn se tensó. Un alfa, en celo, junto a un omega, en su casa, era algo bastante insinuante ante su mente pervertida.

Aún así asintió, fue como un movimiento involuntario o talvez automático. Simplemente estaba pensando y al segundo después ambos estaban pagando sus cuentas, disculpándose por tener que irse de es forma del restaurante y en dirección a su hogar.

-Bien ¿Dónde es tu casa?-se lo dijo en un susurro, como si esperaba que nadie más además de Emilio la supiera. El alfa asintió y entonces se dirigieron al lugar.

Estaba nervioso y tal vez, solo tal vez, su vida cambiaría esa tarde.




Bri_farfan


Fears and Lies || Emiliaco (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora