Fears and Lies || Emiliaco (Omegaverse)

DOCE

3 días después:

-Emilio...-susurró Joaquin en el oido del mayor, estaban en plena clase de física y el alfa no se pudo resistir en quedarse dormido.

-¿Mmm..?- respondió adormilado, estaba demasiado cansado para atender a las clases, su trabajo lo estaba matando por todo el esfuerzo que ponía en el, a veces ni si quiera sabia como es que conseguía caminar después de tanto dolor en sus piernas.

-El profesor te queda viendo como si de su almuerzo de tratará, creo que se dió cuenta de que estás dormido-Joaquin sacudía suavemente al mayor, quería tratar de despertarlo pero por lo visto no lo lograría fácilmente.

-Pues si se acerca dile que por favor se vaya muy a la mierda, ¿Harías eso por mi Joaco?-el menor lanzó una pequeña risita ante el comentario del alfa. Este logró verlo disimuladamente haciendo que de igual manera sonriera, después de lo ocurrido en la fábrica ellos se habían vuelto más cercanos. Joaquin le había contado algunas cosas sobre si mismo y gracias a eso logró entender porque el comportamiento del menor era tan frío en el pasado.

Pero ahora todo era distinto, al menos con el. El omega sonreía mas a menudo, lanzaba bromas y lo molestaba seguidamente, descubrió que el menor era alguien bastante curioso, aunque no lo demostraba abiertamente. Simplemente había descubierto que tras esa capa de frialdad se escondía un angel, uno con un brillo tan potente y deslumbrante.

Pero a pesar de saber mas sobre el menor aun tenía algunas dudas.

¿Qué fue lo que le paso antes de que se conocieran?

¿A que le tenía tanto miedo?

Si, Joaquin le contó parte de su historia, pero sentía que la parte mas importante, aquello que detonó todo lo demás, aún estaba escondida en una caja bajo llave. Después de conocer un poco, a Emilio se le instaló tanta curiosidad que lo único que deseaba era poder saber más y así ayudarlo, aunque ver que sus ojos contenían un poco mas de brillo lo satisfacía, se sentía feliz al ver al menor como poco a poco regresaba a ser el mismo, aunque no era así todo el tiempo.

Había momentos en donde el Joaquin falso volvía y no lograba entender el porqué, y claro que quería hacerlo.

Tiempo después sonó el reloj que tenían en la pared mostrando que por fin las clases habían terminado, Emilio enseguida tomó sus cosas y las empezó a guardar a la velocidad de la luz, sacando nuevamente una pequeña sonrisa al menor.

-No es para tanto-dijo Joaquin dejando ver sus ojos en formas de medias lunas.

-Claro que lo es, es muy pesado venir a clases después de trabajar como exclavo toda la mañana. !Y además a clase de física¡ Es una tortura-Joaquin dejo salir una pequeña carcajada, el mayor había exagerado ante su comentario pero aun así entendía por el cansancio que Emilio estaba pasando.

Tomó sus cosas y las empezó a meter a su maleta tranquilamente, saco una barra de chicle para llevarselo a la boca mientras extendía otro a Emilio.

Agarró su mochila y se la puso en el hombro siguiendo de lado al mayor, sabía a donde irían, primero a la cafetería para comer algo y luego a aquel lugar que tanto les gustaba para dormir por unas cuantas horas.
Aquello lo llevaban haciendo por estos tres días que habían pasado y talvez ya se estaba volviendo una costumbre.

-Tengo una idea-dijo el pelinegro inesperadamente, haciendo que Joaquin alzara su cabeza con curiosidad.

-Te escucho-Fue lo que dijo.

-Luego te enterarás pero, ¿Sabes utilizar una navaja?-Joaquin lo vio confundido.

Bri_farfan