Al verme, sonrió de una manera que me hacia odiarlo mas. Aquí estaba...frente al asesino de mi papá. Deseando matarlo...hacerle lo que el le hiso a mi padre.
-Sabía que serias tu quien quisiera tomar el caso -sonrió -Logré mi objetivo.
-Seré breve, precisa y quiero que respondas maldita rata asquerosa.
-Oye oye...Sh, Sh, sh. Tranquila, primero charlemos, ¿te parece?. ¿Te gusta tu trabajo? -preguntó poniendo los pies sobre la mesa. Apreté los puños a mis costados y la mandíbula.
-¿Porqué lo mataste? -susurré. El sonrió.
-Me hubiera gustado mucho que estuvieras en primera fila, Isa...Fue un espectáculo maravilloso ver a tu padre caer al suelo desangrandose, estupida zorra. -No dejes que el te gane Isabella...no dejes que el te gane.
Apreté con mas fuerza los puños.
-¿Porqué lo mataste? -repetí en voz mas alta.
-¿Sabes? le dije que te mataba a ti o lo mataba a el...y ¿que crees que decidió?. Decidió morir el...tu fuiste quien lo mató.
-¿Porqué lo mataste? -ahora mi tono era firme. Quería que respondiera a la pregunta...no podía culparme a mi. Yo no mate a papá, yo no lo hice.
-Pero ahora...teniéndote frente a mi, no sería mala idea asesinarte a ti tambien. -dijo. Llevé mi mano hacia mi espalda y saqué mi arma por la culata.
Se la mostré y la puse sobre la mesa.
-Mátame...-le dije mirándolo a los ojos. -Anda...mátame. Es tu oportunidad.
El solo miraba el arma con la mandíbula apretada. Solté una carcajada de desagrado y crucé los brazos.
-Claro...eres un cobarde, ¿que mas podía esperarme de ti?. Lo asesinaste a el...porque no tienes los testículos para asesinarme a mi...-dije con los dientes apretados.
El me miró y sonrió.
-Te equivocas -dijo y se acomodó en la silla. -Me era muy fácil asesinarte a ti. Pero no lo hice porque eso no sería suficiente dolor para ti...quería dañarte, sacar al demonio que tienes dentro, quería lastimarte...verte sufrir, quería verte derrotada, vacía, deprimida, sola...Quería hacer de tu vida el peor de los infiernos y ¡bam! se me ocurrió matar a tu padre. Y debo aceptar que fue la mejor idea que se me pudo ocurrir. Porque es como estas ahora...sola, deprimida, estas sufriendo aunque no lo muestres frente a mi pero esta bien...soy sumamente feliz sabiendo que sufres demasiado.
-¿Por eso le arrebataste su vida a mi papá? ¿Para verme hecha una víctima? ¡Eres un infeliz! ¡No mereces vivir, maldita rata! -grité.
Perdí el control un momento y recordé que no debía ganarme el. Tenía que permanecer firme, fuerte, tranquila.
-Me voy a encargar de que el resto de tu asquerosa vida sea tan miserable que desearas no haber nacido jamás. Nunca volverás a ver la luz del sol, te voy a refundir en la cárcel en donde ni tu maldita nariz pueda salir por una ventana por todos los días que te queden.
-¿Esa será tu miserable venganza? -preguntó soltando una carcajada. No pude mas. Tomé mi arma y lo apunté.
-¿Qué? ¿vas a matarme, zorra inmunda? -entrecerré los ojos
-No, mereces vivir sufriendo -dicho esto bajé el tiro a su entrepierna y disparé en una fracción de segundo. El se tiró al suelo situando sus manos alrededor de su minúsculo miembro. A decir verdad no sabía su tamaño pero esperaba que fuera "minúsculo".
Ethan entró corriendo a la sala junto con un par de policías y me tomó del brazo.
-¡Ahora si que no tienes los testículos para matarme! -dije y sonreí.
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Al fin...¡Libre!
Roman d'amourCuatro años han pasado desde que huí de Malibú. Simplemente no pude mas. Italia ha sido un buen lugar para vivir, he llevado una vida tranquila, feliz -dentro de lo que cabe- y he madurado mucho. Tengo un buen trabajo en la policía de Verona, vivo e...