Capítulo 8- No era una broma

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-Ethan...no -susurré poniendo mi dedo índice en sus labios. El me miró confundido. -lo siento, no estoy lista para comenzar algo con un hombre...en serio lo lamento -dije aun en voz baja.

El asintió y se alejó de mi.

-Te esperare, en serio...esperare el tiempo que necesites para sentirte preparada para una relación. -sonrió animosamente y yo hice lo mismo.

Quería decirle que no, que no esperara porque en realidad no me podía sacar a una persona del corazón, a pesar de que ya está con otra...esa no es razon suficiente para dejar de querer a alguien, ¿verdad?...¿o si?

Me sobresalte al escuchar la puerta de la esfera, abrírse. El viaje había terminado ya. Ethan y yo bajamos del carrito y continuamos caminando en silencio. Yo observaba las olas del mar o mas bien mas escuchaba ya que estaba oscuro en la playa.

-Mira eso...-dijo Ethan señalando el mar. Yo miré instintivamente y pude divisar una luz azul eléctrico que se acercaba lentamente por la bahía hasta terminar en la arena. Yo sonreí

-Olas bioluminiscentes -susurré. Ethan me miró confundido.

-¿Bioluminiscentes?

-Si, es la producción de luz de ciertos organismos vivos. Se...genera como consecuencia de una reacción química, en la cual una sustancia bioquímica, la luciferina, sufre una oxidación que es catalizada por el enzima luciferasa. Se trata de una conversión directa de la energía química en energía lumínica.Es un fenómeno muy extendido en todos los niveles biológicos: bacterias, hongos, protistas unicelulares, celentéreos, gusanos, moluscos, cefalópodos, crustáceos, insectos, equinodermos, peces.

Solo las había visto una vez en mi vida, tenía 11 o 12 años y fue en San Diego...son donde se pueden ver mas, claro que es un fenómeno realmente extraño -dije sin dejar de mirar el mar.

-¿Como sabes todo eso? -preguntó

-No lo se -sonreí. -Vamos -dije y corrí a la orilla.

-¡Isabella, espera! ¿esas cosas no son tóxicas? -preguntó mirando con desconfianza el agua.

-Claro que no, ven...-sonreí y entré en el agua sin importarme que estuviera fría o que tuviera la ropa puesta. Miré a mi alrededor como los puntos azul eléctrico me rodeaban por todos lados. Segundos después, Ethan estaba a mi lado admirando aquel magnífico paisaje nocturno.

-Es como...un mar de estrellas -mencionó en voz baja. Esbocé una ligera sonrisa y asentí.

Ethan me salpico de agua la cara, estaba fría, muy fría.

-No...lo...hiciste...-dije sintiendo el agua resbalar por mi cara.

-¡Claro que si! -respondió con una sonrisa orgullosa en su cara. Así que tomé mi venganza y lo salpiqué también, declarando la guerra de agua Bioluminiscente.
En mi cabeza tenía una canción que no dejaba de dar vueltas: Crazy de Aerosmith.

Siempre que estaba en la playa esa canción comenzaba a rondar por mi cabeza. Ethan y yo parecíamos niños pequeños, ambos estabamos completamente empapados y el agua azul eléctrico nos cubría.

-¡Basta, basta! estoy muriendo de frío -dije entre risas.
Ethan y yo salimos del agua y nos quedamos admirando unos minutos mas de las olas, hasta que se desvanecieron.

-La naturaleza es verdaderamente impactante.

-Vaya que lo es -coincidí con Ethan.
El tomo su chamarra de la arena seca, la sacudió y me la puso encima.

-Ethan, no...hace frío, deberías ponertela -dije quitándomela.

-No, tengo una en el carro, puedes ponerte esa, tienes los labios morados y no quiero que te de una hipotermia. -dijo. Yo sonreí y me puse de nuevo la chamarra y el gorro de ésta.

Al fin...¡Libre!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora