Capítulo 22: Vellutato.

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Había esperado tanto para poder tocar su piel sin tener alguna excusa. Para acariciar y sentir su calidez. Sus ojos solo lo veían a él, sin pena ni inseguridad, lo único que reflejaban era amor. Sus labios se juntaron con un toque suave y lento. Las caricias aumentaron, las manos del rubio lo atraían hacia él con fuerza. Una pierna se posó entre las suyas. Sentía que perdía el equilibrio y el control.

Despertó sobresaltado. Su cama estaba empapada de sudor y su cuerpo se sentía como si hubiese ocurrido un terremoto en su interior. Agradeció que Sanji no estuviera ahí en ese momento. El rubio se había quedado con Usopp trabajando en su siguiente proyecto.

Su paciencia se agotaba y ese sueño era prueba de ello. Le gustaba el cocinero, de hecho, estaba enamorado de él. Ya se tomaban de la mano, se abrazaban e incluso dormían juntos, pero no era suficiente. No tenía idea de cómo funcionaban ese tipo de relaciones, pero necesitaba decirle lo que sentía por el, que al otro no le quedara ninguna duda.


[....]


Nami se cansó de sonar el claxon y se hacía tarde para ir al trabajo. Bajo de la camioneta para sacar a Zoro de las orejas, pero la puerta de la casa estaba cerrada. Su celular vibró.


Zoro: Fui a decirle al cocinero lo que siento por él.


        -Ese idiota no tiene remedio- sonrió.


Nami: Podrías haberme dicho antes para no venir hasta tu casa.

Zoro: Lo siento. Lo acabo de decidir hace unos minutos.

Nami: Y cómo piensas llegar a casa de Luffy?

Zoro: . . . no pensé en eso.

Nami: No me digas que te fuiste caminando.

Zoro?

Zoro: Pediste que no te dijera, así que no te digo.


Se detuvo al escuchar el sonido de un claxon que se acercaba. Su camioneta derrapó quedando a centímetros de su cara.


        -Me sigue sorprendiendo lo estupido que puedes llegar a ser-


        -Que estas haciendo?-


        -Entrega de vegetales para el cocinero- dijo en modo sarcástico.


        -Y tu trabajo?-


        -Es solo un día, además, si te pierdes, tendría que buscar otro guitarrista. Vienes o qué?-


Zoro subió con una gran sonrisa que no desaparecía -Gracias-


        -Cual gracias, me vas a deber mi paga de hoy-


        -Espera, QUE?!-

        -Espera, QUE?!-

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