Capítulo 08 || En Sábado

1.9K 147 25
                                    

05 de marzo de 1986

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

05 de marzo de 1986

Era sábado por la mañana, sin planes ni escuela. Sonreí.

Amaba pasar tiempo con las chicas en la escuela y fuera de ella, pero también sabía apreciar el pasar tiempo a solas.

Me levanté de la cama, cepillé mis dientes, bebí un poco de agua y revisé qué podía desayunar. Me preparé unos Waffles con crema batida, tocino y una malteada de chocolate, me senté frente al televisor y disfruté de mis alimentos.

Una vez terminé de desayunar dejé los trastes en la cocina para luego lavarlos, me metí a bañar poco después y me puse algo cómodo solo para andar en casa, no tenía intenciones de salir.

Tomé mi guitarra, la conecté y comencé a tocar algunas canciones. Una como huerfana traumatizada bajo protección de científicos estrictos tenía que encontrar nuevos pasatiempos para distraerse un poco de la realidad.

Estaba a la mitad de Livin' on a prayer pero alguien tocó la puerta. Supuse que tal vez sería algún vecino molesto por el ruido por lo que salí de inmediato a abrir.

Mi sorpresa fue otra.

—Max.

—Hola.

—Hola, ¿cómo estás?

—Estoy bien, ¿te estoy molestando?, puedo volver luego —dio un paso atrás pero la detuve.

—No, para nada. Pasa —me hice a un lado de la puerta dejándola pasar—. ¿Cómo supiste dónde vivo? —cuestioné cerrando la puerta, ella inspeccionaba la casa con la mirada.

—Aaamm, le pregunté a Debby, la encontré en el mercado y quise venir a verte, ¿está bien, no? —lo último lo dijo con un tono de preocupación.

—Ya te dije que está bien. Más que bien de hecho —me miró con una ceja alzada-, me agrada estar contigo —co fesé acercándome a ella y recargando mi mano sobre la barra de la cocina.

—A mí también —ambas sonreímos.

—Y bien, ¿ya desayunaste? —cambié de tema separándome un poco de ella para caminar a la cocina para servirme un poco de agua.

—Comí una manzana antes de venir —contestó con naturalidad. La miré incrédula.

—Eso no es un desayuno, lo sabes, ¿verdad?

—No importa.

—Claro que importa. Te voy a preparar algo, y no quiero quejas —la detuve viendola con la intensión de negarse.

—No tienes que hacerlo.

—Quiero hacerlo —le regalé una cálida sonrisa.

—Quiero hacerlo —le regalé una cálida sonrisa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sonreír otra vez (Max Mayfield Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora