Capítulo 10 || Into the woods

1.6K 139 15
                                    

—¿Ya me vas a decir a dónde me llevas? —T/n estaba desesperada por saber hacia dónde la estaba dirigiendo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Ya me vas a decir a dónde me llevas? —T/n estaba desesperada por saber hacia dónde la estaba dirigiendo.

Caminar por el bosque sonriendo y de la mano de T/n era una de las mejores sensaciones que había experimentado.

—Falta poco —la escuché resoplar a lado mío y no pude evitar soltar una risita—. Aquí es —le avisé después de caminar por cinco minutos más— ¿Qué opinas?

—Me encanta.

Era un fuerte en una parte fresca del bosque que yo misma había construido por mi cuenta meses atrás, nadie sabía de su existencia, solo yo... Y ahora, T/n.

—Es mejor por dentro, ven —entrelacé nuestros dedos y la guié para que entráramos juntas.

Era lo suficientemente espacioso como para que ambas etuviéramos en él como si de una tienda de campaña se tratara. Me había encargado de decorarlo dentro de mis posibilidades y mis gustos, en el suelo estaba una alfombra que evitaba que tuvieramos contacto directo con la tierra y sobre esta una colcha para que fuera más cómodo estar ahí. Algunas lámparas con velas que se encargaban de iluminar durante la noche y un par de cosas más.

—¿Tú lo construiste?

—Sí. Los chicos tienen el fuerte Byers que construyeron mucho antes de que yo llegara a Hawkins, de ahí saqué la idea.

—¿Vienes muy seguido?

—Ya no tanto.

—Entonces hubo un momento en el que lo hacías —asentí.

—Cuando pasó lo de Billy no quería estar cerca de nadie, no toleraba estar en la escuela, ni en casa, o con los chicos, simplemente no podía. Un día harta de todo y de todos corrí al bosque, no miré atrás, tenía la esperanza de que así dejara todos mis problemas atrás. Después de tanto correr mi cuerpo ya no podía más y fue aquí cuando me detuve. Todo se veía tan tranquilo y solitario, no había nadie, era lo que quería. Con el tiempo comencé a venir sola a esta parte del bosque casi a diario hasta que se me ocurrió construir el fuerte.

—Nunca habías traído a nadie, ¿verdad? —dicho esto se acercó a mí quedando sentada frente a frente conmigo.

—No, eres la primera.

—¿Por qué?

—Porque cuando estoy contigo me siento casi en tanta paz como me sentí la primera vez que me detuve en esta parte del bosque —confesé casi en un susurro.

Ninguna de las dos dijo nada después de eso, el silencio bastaba para sentirnos acompañadas cuando estábamos juntas. Sentía la yemas de sus dedos jugar con los míos, sus ojos recorrer mi rostro al igual que los míos sobre ella. Podía sentir como cada vez una de las dos se acercaba más y más como si la distancia, por poca que fuera nos matara.

Nuestras frentes se juntaron y mis ojos se cerraron instintivamente, inhalé profunda y lentamente porque T/n podía hacerme perder el aliento solo con su presencia, y casi pude jurar que le pasaba lo mismo.

No quería pensar demasiado. No quería pensar en nada. Ni en qué me pasaba, ni en qué sentía por T/n, porque en el interior sabía que la respuesta era obvia. Solo quería disfrutar. Quería disfrutar de lo magnifico que era tenerla, de lo asombroso e iluminado que se veía mi mundo cuando ella estaba cerca.

—Max —pronunció mi nombre en medio del silencio en un susurro.

—Dime.

—Te quiero —mi corazón se aceleró y el calor de mi cuerpo incrementó, mis mejillas se rubirizaron y mi sonrisa apareció. Dejé salir un suspiro para contestar.

—Yo también te quiero.

Eran palabras tan puras, tan reales. Era una frase que podías notar había salido desde lo más sincero de nuestros corazones. Eran palabras de amor.

Separé nuestras frentes para verla a la cara. Analicé cada pequeño detalle de su rostro quedando convencida de que era perfecta, posé mi mano en su mejilla dejando lentas caricias con mi pulgar. Miré sus labios y estos nunca antes me habían parecido tan apetecibles.

Acercaba mi rostro al suyo poco a poco, sabía lo que quería y ella lo sabía. La miré una última vez a los ojos esperando que estos hablaran por mí, y di por hecho que así había sido cuando T/n cerró los suyos y se inclinó hacia mí.

Tomándola de la mejilla donde ya yacía mi mano, cerré el diminuto espacio que quedaba entre nosotras. Mis labios se habían posado delicadamente sobre los suyos en calma. Fue T/n la primera en comenzar con el movimiento de estos obligándome a seguirla, en cuestión de segundos estábamos fundiéndonos en un dulce y emocionante beso que solo me había terminado de confirmar lo que ya sabía.

Me había enamorado de T/n.

Sonreír otra vez (Max Mayfield Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora