Sonreír otra vez (Max Mayfield Y Tú)

Capítulo 16 || No quiero que cambie

Miraba atentamente a T/n simplemente haciendo nada, nos habíamos sentado en el campo de la escuela y nos habíamos quedado en silencio. T/n se había recostado mirando el cielo y yo sólo la estaba mirando a ella.

—Toma una foto, dura más —bromeó haciéndome sonrojar.

—Lo estoy considerando —una sonrisa adornó su rostro pero intentó cubrirla con sus manos.

—No me veas así que me pones nerviosa —noté como sus mejillas se ponían un poco rojisas cosa que me dio mucha ternura.

—Algunas cosas nunca cambian.

Contesté recordando la vez que fuimos al arcade y dijo que no se podía concentrar en el juego porque me le quedaba viendo.

—Algunas cosas no quiero que cambien —comentó sosteniendo mi mano.

—¿Cómo cuáles?

—Como estas; tenerte conmigo, estar así, que el mundo se sienta tranquilo después de toda la mierda que hemos pasado... No quiero que esto cambie.

—Y no tiene por qué cambiar, no si no queremos, ¿okay?

—Okay —susurró mirándome a los ojos los cuales se veían un poco cristalizados, no me gustaba verla así.

Le indiqué que se sentara y una vez así me incliné para abrazarla y acariciar su espalda con delicadeza.

—¿Todo bien? —pregunté en su oído.

—Todo bien.

Ojalá hubiera sido sincera.

— ¿Y bien?, ¿cómo te encuentras ahora? —mi pierna se movía de arriba a abajo y no me sentía capaz de controlarla.

—Bien —por supuesto que mentí.

Frunció los labios y bajó la mirada para anotar algo.

—Te ves cansada, ¿has dormido bien?

Me quedé callada.

—Sí, todo está en orden.

No me creyó.

—T/n...

—Está bien, ¿sí? No importa, solo fue una pesadilla... No es el fin del mundo —contesté subiendo un poco el tono de mi voz y callándome cuando me di cuenta de ello — ...Lo siento.

—Está bien. Dices que tuviste una pesadilla, ¿son muy comunes?

—No, tampoco es como si siempre soñara que estoy en un mundo de caramelo y brillante, pero no una pesadilla que me quitara el sueño por completo —siguió anotando.

—¿Cuándo comenzaron?

—Esta mañana.

—¿Algo más?

Cerré los ojos sintiendo una punzada en la cabeza.

—Supongo que mi dolor de cabeza se debe a la falta de sueño... Así como el sangrado.

—¿Sangrado?

—Me salió sangre por la nariz esta mañana, nada grave.

La oficina se quedó en silencio por unos segundos y luego la consejera retomó el control.

—Dime, ¿estaba tu padre en esta pesadilla? —tragué en seco.

—Sí —contesté casi en un murmuro.

—¿Qué pasaba?

Pequeños fragmentos de ello llegaban a mi cabeza.

—Él... me golpeaba —comencé a hablar— y no paraba aunque se lo suplicaba —tragué saliva nerviosa.

—¿Crees que eso signifique algo?

—Que mi padre me maltrataba física y psicológicamente, tal vez —contesté con sarcasmo.

—Más allá de eso.

...

—Bueno, más que una pesadilla, era un recuerdo... Creo que mis peores pesadillas ya fueron vividas —cada vez hablaba más bajo, como si solo fuera para mí.

—¿Has hablado de toda esta situación con alguien?, con tus amigas tal vez —comencé a negar.

—No, ellas solo saben que... Mi papá está muerto, no hacen preguntas y a mi tampoco me interesa hablar de ello.

—¿Por qué no?

—Porque lo detesto... Además, ¿qué caso tiene hablar de alguien que ya no está en mi vida?, ya no importa, está en el pasado —la consejera notó mi molestia así que comenzó hablarme con un tono de voz más tranquilo.

—Sí importa, porque él sigue en tu vida —la miré confundida—. Él te sigue atormentando, su recuerdo te sigue a todos lados, él sigue en tu vida.

—¿Cómo te fue? —cuestionó mi novia cuando me vio salir de la escuela, sonreí al verla, ella era lo único que quería ver.

La abracé con fuerza y  me sentí en paz.

—Me fue bien —respondí mirándola.