VII : El trabajo de Merlín

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Entró en la sala de juicio, esta era enorme y estaba muy iluminada por la luz natural. La sala era blanca con detalles dorados, parecía hecha por dioses, entonces miró adelante encontrándose con el asiento del juez.

No estaba muy elevada, pero aún así imponía desde el sitio del juzgado, al ser de color blanco las sombras le daban más altura y volumen. Los asientos de los demás eran de madera, algo curioso que la plataforma no solo tenia el asiento del juez, sino que al lado pero un poco más bajo tenía otra. Suponía que ahí se sentaba la realeza si quería asistir, luego una pequeña baya separaba al acusado de la gente que quería presenciar el espectáculo, y a la vez tenía una mesa al lado por si este decidía tener a alguien que le representara.

Aún faltaban veinte minutos para que empezara, por lo que la gente llegaba poco a poco.

Pero la espera mereció la pena, por la puerta entró el azabache con su ropa especial de juez, claro que esta no era una túnica o algo así.
Merlín llevaba una chaqueta tipo americana blanca con bordes dorados, unos pantalones blancos ceñidos, y la camisa era de un dorado resplandeciente. A Arthur le llegó un claro pensamiento a la cabeza, "Parece un ángel caído del cielo" Y ese pensamiento lo llevó a carraspear y a tener esperanzas de no estar sonrojado.

Mer - Arthur, me alegra verte aquí.

El joven hechicero estaba encantado con la presencia del rey, tener otra vez a Arthur era genial, aún con Morgana de por medio.

Art - No me lo perdería, quiero ver como el peor sirviente de la història puede ser un gran juez.

Mer - Ja, sabes que no puedes vivir sin mí, te hacía la vida mejor.

Art - Algo, digamos que tienes más sentido del humor que el sirviente de ahora, pero al menos tengo un gran desayuno.

Mer - Pero no una buena dieta.

Art - Y tu que sabes de dietas?

Mer - Más que un rey obtuso!

Ante esas palabras ambos rieron, sabían que todo iba a cachondeo, y eso era lo bueno de su amistad. El problema es que cada vez era más difícil ver solo amistad y no algo más, las miradas ya no eran solo de burla y los comentarios tenían halagos de por medio, volviendo todo más complicado que antes. Merlín no se podía quejar, el rubio le demostraba más la importancia de su relación, también le trataba con más respeto y parecía escucharlo siempre.

El juicio estaba por empezar, por lo que se fueron a sus sitios, esperando a que traigan a la acusada. Era una chica de pelo castaño y ojos marron verdoso, aparentaba unos 22 y destacaba por sus curvas, pues iba bien servida tanto por delante como por detrás.

Mer - Buenos días, estamos aqui para comenzar el juicio por los destrozos en la aldea ***** cometidos por María Frederic Granger. María, algo que decir en su defensa?

Mar - Sí, esa aldea se lo merecía! Todos son unos malnacidos pomposos y arrogantes que tienen un guisante por cerebro.

Mer - Aquí me consta que intentaste reclutar a aldeanos para hacer un motín, con el objetivo de reinar ese pueblo les gustara o no.

Mar - Soy SUPERIOR! Tengo Magia, porque someterme a reglas de gente obtusa y sin dones?

Mer - Nadie es superior por tener o no màgia, la màgia es un regalo de la tierra y los dioses, este solo sirve para intentar hacer el bien y ayudar.

Mar - Esto son solo palabras de un mago hipócrita, tu mismo rompiste la ley, al menos Morgana no condenaría a los suyos.

Mer - Te atreves a cuestionar mis decisiones? Porque yo lo que hice fue salvar vidas y Morgana a quitado muchas por su causa, yo intento poner orden para que todos vivamos en paz y ella persigue un caos que no podrá controlar.

Mar - MENTIRAS!!! Tu solo salvas a tu rey! No te importa que nos pase a los seres mágicos con tal de que tú sigas con vida y màgia!

Mer - No, te equivocas. Yo simplemente me encargo de redirigir a magos con aires de grandeza para que los ciudadanos sean mágicos o no, puedan disfrutar de su vida sin miedo a ser atacados, si miedo a que alguien abuse de la màgia para intentar hacerse con el poder.

La acusada estaba en silencio, el hechicero había dado en alguna fibra sensible de la muchacha y esta solo le miraba con ràbia, pero sin cortar el contacto visual.

Mer - Te arrepientes de tus acciones?

Mar - Nunca, hice lo que era correcto y luché por lo que era correcto!

Mer - Quedas arrestada, mañana mismo serás despojada de tus poderes, mientras estarás en el calabozo con las esposas antimagia.

Mar - Sabía que querías mi màgia! Solo estabas quedando bien con los demás, tu eres quien se debería arrepentir Emrys!

Mer - Yo no me quedo con la magia sustraída, esta vuelve al sitio donde la Magia nace, para dársela a quién la tierra sienta que se la merece.

Arthur miraba fijamente a la chica, pensaba en el futuro con magia que hubiera tenido si no fuera por sus ideas retorcidas, podría haber hecho el bien y decidió hacer el mal.

Mar - Merlín! El mal se acerca y tu muerte también, o mejor aún, la del Pendragón.

Mer - Si haces una acusación así, mañana mismo tendremos tu cabeza separa del cuerpo, por lo que yo de tí cerraría la boca.

La chica miró indignada, aunque le guiño un ojo a Arthur, con un claro mensaje de ironía.

Por la tarde Merlín se fue, ni el mismo rey sabía donde, pero todos los que lo sabían comprendían que el mago necesitaba espacio. León decidió hablar con Arthur, creía que era hora de destensar su relación, Gwen simplemente escribía y Gaius miraba la ventana esperando que su aprendiz esté bien.

El sirviente ( bueno, ya no...).

El ministro fue al valle de los reyes caídos, ahí podía conectar con su màgia interior. A veces, juicios como esos le hacían replantearse sus decisiones, aunque esa inseguridad no duraba mucho, porque luego se acordaba de las cientos de vidas que había podido proteger.

Mer - Todo saldrá bien, como siempre, simplemente debo de confiar en mi màgia y en Arthur.

Mor - No, no Merlín. No debes de confiar en nadie, eso es lo que tu me enseñanste...

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𝚃𝚊𝚗 𝚃𝚊𝚗 𝚃𝚊𝚊𝚊𝚊𝚊𝚗!

𝙻𝚊 𝚎𝚜𝚝𝚛𝚎𝚕𝚕𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝚜𝚑𝚘𝚠 𝚊𝚌𝚊𝚋𝚊 𝚍𝚎 𝚕𝚕𝚎𝚐𝚊𝚛, 𝚕𝚊 𝚖𝚊𝚕𝚊 𝚖𝚊𝚕𝚒𝚜𝚒𝚖𝚊... 𝙼𝚘𝚛𝚐𝚊𝚗𝚊!(ง'̀-'́)ง

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𝑬𝒍 𝑹𝒆𝒕𝒐𝒓𝒏𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒐 (𝑀𝑒𝑟𝑡ℎ𝑢𝑟)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora