XXVI : 𝑃𝑒𝑙𝑒𝑎𝑠 𝑃𝑎𝑟𝑡𝑒 2

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Antihusa apareció en el cielo, mientras lanzaba fuego a aquellas criaturas de ocho patas.

Mer - Bueno, esto me hace las cosas más fáciles.

Dion - Lo que faltaba! Dragonlord tenías que ser!

Mer - Calladita estás más guapa.

Mala elección del momento, pues tres enormes troles salieron del bosque. Estos iban tranquilos, pues sus reflejos eran los suficientes como para esquivar a la dragona, que empezaba a estar cansada.

Mer - Antihusa vete! Ya me las arreglaré pero descansa...

En ese momento hadas aparecieron por el lugar, iluminando la zona con sus brillos inusuales. Detrás de ellas, centauros equipados con arcos.

Hada - Emrys, hemos venido a ayudar.

Mer - Enserio?! Es un honor contar con vuestro apoyo.

Merlín se inclinó ante sus salvadores y miró a Arthur.

Mer - Siento si es mucha molestia, pero podríais encargaros de la defensa mientras curo a mi amigo?

Hada - No habrá problema.

Dion - NO! Por qué le ayudáis?

Hada - Por qué te ayudaríamos a tí?

Dion - Yo soy quién tiene la razón.

Hada - Mira, todo en ese mundo tiene un equilibrio, nosotros solo interferimos con la petición de una alma pura.

Dion - Y él la tiene?

Hada - Sí, además de que él es especial.

Dion - Por qué?

Hada - Madre magia le ha dado el poder de gestar, cosa que solo otorga a los bendecidos, o a las almas gemelas.

El hada dió por finalizada la conversación, ayudando a sus hermanas a ganar a las arañas gigantes, tarea que sería difícil por el tamaño.

Merlín ya había quitado a Elisabet todos sus encantamientos, además de despertarla del sueño que él la había introducido.

Eli - Q-que estoy ?... Dionise! Ella...

Mer - Tranquila, solo la he atado, de momento solo me he centrado en quitaros todos los hechizos de encima. Arthur tardará un poco más, pero ya lo estoy liberando.

Eli - Y-yo....

La reina se puso a llorar, aun su intento de seguir tranquila.

Eli - He dicho y hecho cosas horribles, sobretodo contigo... L-lo siento...

Mer - Estabas bajo un hechizo, no es fácil, pero ahora tienes que considerar a Dionise como alguien peligroso.

Eli - Ella era...Ella era como una hermana pequeña, pero lo entiendo.

Se secó las lágrimas, era una reina, y tenía que ejercer como tal.

Mer - Quédate quieta, yo sigo a lo mío y cuando acabe os llevaré a Camelot.

Eli - Bien.

El mago se puso manos a la obra y sus palmas empezaron a brillar, iluminando las partes que tocaba del cuerpo de Arthur. Lo que estaba haciendo era algo nuevo, por consecuente no sabía los posibles resultados, pero tenía que intentar buscar la solución.
Unos minutos pasaron y Merlín por fin sentía que ya no había más hechizos encima de su rey, por lo que le despertó.

Mer - Ya estabas tardando, bella durante.

Art - Merlín? MERLIN!

Mer - Sí, así me llamo.

𝑬𝒍 𝑹𝒆𝒕𝒐𝒓𝒏𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒐 (𝑀𝑒𝑟𝑡ℎ𝑢𝑟)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora