Si la empatía existiera

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cuatro días más pasaron, el muerto seguía dejándose morir en la cama a tal punto de solo moverse para ir al baño. Ya se le habían acabado las medicinas que la muerte le había dado, cosa que había hecho aumentar los dolores, llantos y quejas del semi-muerto, quien a duras penas podía pronunciar palabra sin tartamudear al instante. Para "su mala suerte" la muerte no había vuelto en esos dos días al recinto, cosa que comenzaba a hacer pensar al muerto, quien con su mente llena de planes, se atrevió a idear un plan para ver a su hermano.

El día comenzó como cualquier otro, el muerto despertaba solo en aquella grande y silenciosa habitación, donde sólo se podía escuchar sus quejidos y respiración.

Lo primero que hizo al despertar, fue bostezar, para después solo desenvolverse de las cosas y con la ayuda de algunos muebles, moverse hasta el baño de aquel cuarto. Se tiró en la tina para intentar calmar el calor que sentía, puesto que desde el día anterior había tenido algo de fiebre, él sabía cómo contrarrestarla pero le costaría en su estado actual.

A duras penas, logró despojarse de toda su ropa, luego llenó la tina con agua fría, se introdujo en ella con el cuidado de dejar su pierna lastimada al aire, pero luego, le tocó lo difícil. Se quitó la venta que rodeaba la herida de su pierna, mientras que poco a poco descendía, comenzó a sentir un fuerte ardor en su herida, mientras que solo intentaba dejar pasar el dolor. En cuanto terminó de bañarse, desaguó el contenido de la tina, mientras que solo seguía tirado dentro de esta, su mente divagaba.

Un sonido se escuchó, alguien había abierto la puerta.

-¿Hola?, ¿Geno?, ¿estás aquí?-

Se escuchó una voz a lo lejos, era Swap, quien poco a poco se fue adentrando al cuarto hasta notar la puerta del baño abierta, cosa que investigó.

-Oh, aquí estás-

Dijo tranquilo, mientras que se acercaba al muerto, para luego brincar del susto y retroceder un poco.

-¿E-Estás bien?-
Preguntó asustado por la escena.

-¿eh?, oh, si, es-t-toy bien...-
Dijo con la mayor normalidad del mundo, para luego cubrirse el cuerpo, algo avergonzado.
-AY, P-PERDÓN, DÉJAME SALGO PARA QUE TE CAMBIES-

Salió del baño, dando un portazo, pero luego regresó, dejando una ropa en la taza del baño.

-Casi lo olvido, Reaper me dijo que te diera esto, es para ti-

Se volvió a salir. De mientras, el semi-muerto, algo curioso, vió la ropa, algo sorprendido. Se trataba de una muda de ropa interior, una playera de manga larga de color blanco, un suéter grande y unos pantalones negros. Era casi una copia de su ropa de siempre.
Sin más, se vistió como pudo, luego se salió de la bañera y luego del baño, agarrando soporte de los muebles de su alrededor para avanzar.

-Bien, vamos abajo-
-No quiero ir-
-¿por qué?-
-No puedo salir del cuarto si no estoy con Reaper-
Dijo algo molesto, recordando una de las miles de advertencias y reglas que le había dado la paraca. Después avanzó un poco más para así poder tirarse sobre su cama, acostándose.
-¿eh?, ¿y eso?-
-Eh, yo, yo...-

Notó lo que acababa de decir, no sabría qué excusa poner.
-¿es por tu pierna verdad?, no creo que puedas bajar escaleras en ese estado...-

El muerto vió a la mora, para luego asentir con tristeza. Se había salvado esta vez.

-He, Je, bueno, umm, pero, yo te puedo llevar en mi espalda y llevarte hacia abajo, soy muy fuerte, ¿recuerdas?-

Dijo agraciado, mientras que se ponía en posición para cargarlo, al principio, quería negarse, pero, luego aceptó.

Bajaron hacia la planta baja, viendo a todos alrededor, estos lo saludaron y viceversa. Estaban realmente tranquilos.

El "guardia real" dejó a su amigo sobre el sofá, para luego irse hacia la cocina y traerle un poco de comida. Red les hizo compañía, comiendo junto a ellos, este estaba algo callado y se veía que no quería ver al semi-muerto a los ojos, además de denotar cierta vergüenza.

-Entonces, um, Geno, ¿Cómo te sientes?-

Preguntó fell sin quitar su mirada de su taza de café.

-Bien, sólo, un poco adolorido, creo-
-Bien, bien, umm, me voy al cuarto-

Expresó para luego levantarse, darle un beso en la cabeza a la mora e irse, subiendo las escaleras.

-¿Está bien?-
Preguntó el muerto hacia swap, quien solo veía cómo se iba el otro, con la mirada pegada a él.
-No, no está bien, desde que tuvimos esa conversación sobre...Reaper, um, él está algo raro, es decir, si, ya hablamos pero sigue extraño, me preocupa que algo aparte de eso esté sucediendo, el otro día me desperté a media noche y estaba llorando, diciendo que lo sentía...fue extraño-

Dijo bastante serio.

-Pero está bien, de todos modos, él tiene sus cosas, yo las mías...-

Tomó los trastes sucios, levantándolos de la mesa en donde habían comido. Se levantó y corrió hacia el fregadero, dejando los platos ahí.

-Oye, Geno, te iré a dejar a tu cuarto, tal vez venga alguien más a cuidarte, ¿de acuerdo?-

Se acercó, haciendo la misma acción de hace rato, poniéndose en posición de caballito para que el otro subiera. El de bufanda le hizo caso, de todas formas, ¿qué más podría hacer?. Pero de pronto, se le ocurrió una idea. Puesto a qué ya estaba fuera del cuarto, la muerte no se había presentado en dos días seguidos, estaba cerca de la puerta que daba al exterior. Y por último lo más importante tenía a alguien que lo iba a llevar y al cual pedir algunas cosas.

-Oye Blue, ¿Crees que me puedas llevar al patio?, ya sabes, no quiero estar encerrado en el cuarto toda la vida, je, je...-
-Eh, bueno-
Se fue con dirección a la puerta, la abrió y salieron al patio, Berry fue cortés y lo dejó a un lado de la puerta. Luego se despidió, entrando a la casa.

Geno suspiró, viendo la puerta, la primera vez que salió y notó que tenía candado, estuvo al borde del colapso, pero ahora, que ya estaba entrando en el, simplemente lo veía con tristeza. Sabía que debía ser paciente, sabía que debía esperar a que los días siguieran, pero, quería irse ya de ese lugar.

Volvió a soltar un suspiro, tirándose en el césped, viendo al cielo, era relativamente temprano, apenas eran las diez de la mañana, cosa que hacía que la vista del cielo y el sol no fueran muy fuertes. De pronto, otra idea se le vino a la mente.

¿Porqué no fingir que estaba en una casa de verano?.

Es decir, estaba fuera de casa, o bueno, de su universo, compartía casa con otras personas, hacia un jardín y una piscina, era exactamente eso, una casa de verano, y justamente en el mes que empieza el verano. Una sonrisa se había formado en su cara. Sonrió, porque entre más pensaba más similitudes hallaba con unas simples vacaciones veraniegas. Sonrió porque entre más pasaban los minutos, menos tiempo en ese lugar debía pasar y sonrió porque se empezaba a creer su propia mentira.

ROTTALE (afterdeath).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora