ROTTALE (afterdeath).

Una gran mentira

El tiempo corría al igual que la paciencia de Reaper. Estaba a punto de cerrar el portal en cuanto Geno habló con una voz algo temblorosa.

-Llévame, quiero que tú mismo me dejes, las última vez...mentiste-
-Ja, está bien...-
Se volvió a poner en posición para que se montara en su espalda, el muerto se subió con el cuidado de que su pierna en mal estado se quedara al aire. Pero, al haber cruzado un el portal, y mientras el de túnica caminaba, su cuerpo comenzó a doler, sentía como el vómito se avecinaba al igual de un gran dolor de cabeza.

Este podía sentir como se iba desmayar dentro de poco, su cuerpo se sentía inestable hasta que...de un momento a otro, sus manos comenzaron a temblar, y por un mal agarre, cayó al suelo, podía ver todo pero no hablar. Algunos de los presentes se le quedaron viendo al par al escuchar la caída. La parca se vio asustada, no sabía lo que sucedía ni mucho menos que hacer. Pero por suerte, otra persona entró por el portal, regañando de muy mala manera a él de túnica, estaba claramente molesto.

Entraron por el portal, Reaper cargaba a Geno en sus brazos, volviendo a ponerlo sobre la camilla, los enfermeros comenzaron a llegar para ayudar mientras que la parca desaparecía para evitar matarlos. Alfred se veía claramente molesto, y esto se veía en su rostro, no se molestó ni siquiera un poco en ocultarlo.

Siguieron con su labor mientras el otro sufría de dolores, su cuerpo se mostraba débil y su alma se veía realmente agitada, ya no podía más...había vuelto a colapsar.

Al poder abrir sus ojos de nuevo, lo primero que vió fue a Alfred, quien le gritaba mil insultos a Reaper, quien solo veía hacia abajo, preocupado.

-¿Reaper?-
Dijo tenuemente, llamando la atención de la muerte y el doctor, estos lo vieron fijamente.
-¿Por qué sigo aquí?-
Preguntó y su "pareja" se le acercó, tomando su mano.

-No puedes irte-
Otra voz se escuchó a lo lejos, sonando al unísono de la de Alfred.

-¿Eh?-
Era otro enfermero, idéntico a Alfred.
-Buenas tardes señor After, mi nombre es Al-
Dijo y sacó unos papeles.

-Señor Muerte, ¿puede irse un momento por favor?-

Le dió una pequeña sonrisa.

-Pero-
-Nada de peros señor muerte, ¿nos permite?-

Le dió una sonrisa aún más grande.
-Bien-
La parca salió del cuarto, dejando a los doctores con su paciente.
-Bien, señor after, casi lo olvido, soy su obstetra, Alfred me informó qué hay algunas complicaciones con usted y el-

Le cubrieron la boca, evitando que hablara. Cosa que molestó a Al, quien quitó la mano del otro.
-Ahg, que asco Fred-
-Asco tú-
-Cómo iba diciendo-
Apretó la mano de su contrario.
-Yo seré el encargado de usted y su embarazo-
Está ultima palabra le causó risa a Geno, quien confundido le veía a los ojos.
-¿Embarazo?-
-Si, ¿no te lo informaron?-
-N-no-
No terminaba de entender.
-Alfred, ¿no le dijiste?-
-¡Claro que lo hice!, sólo, no sé lo dije como tal...-
-¿Eres tonto o qué?-
-Le dije los síntomas y lo que podía pasar-
-Pero no lo que tenía por su nombre, ¿cierto?-
-Si...-
-¿Sabes qué?, luego te regaño-
Le dió un pequeño golpe con su dedo.
-Entiendo, entonces, señor After, le doy las buenas y malas noticias-

Mencionó alegremente.
-La buena, está embarazado, tiene 5 semanas de gestación, lo que sería... ¿un mes y medio?, je-
Sonrió.
-Y la mala, es de alto riesgo, tanto que usted, pasado antier casi tuvo un aborto espontáneo, debe tener más cuidado-

Los ojos del muerto no podían reflejar otra cosa que no fuera tristeza y miedo.
-Pero, ¿Cómo rayos es eso posible?, soy un hombre...eso es imposible, además, no me he...No he hecho...-
-Tranquilo, esto suele suceder, no tan a menudo, pero sucede, ejem-