De nuevo

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5 días habían pasado desde aquel "incidente" en donde se habían separado.
La muerte no podría estar más que triste por la partida de su gran amor.

Reaper despertaba en aquella desolada habitación. Sentía extraña la sensación de no tener cerca a su amado puesto que se había acostumbrado a su compañía.

Se estiró de poco en poco hasta sentirse despierto. Se levantó de la cama y fue con dirección de la puerta del cuarto.

Estaba de nuevo en esos horribles lugares de siempre. Tan gráficos y triste que hacía querer irse de ahí, pero, ¿por qué?, siempre había sido así, siempre tuvo que ver cosas así en su trabajo.

Caminó sin rumbo hasta encontrar una chica colgada de un árbol, estaba inconsciente y con una carta amarrada en su mano. Por razones que nunca entenderá, tomó la carta, leyéndola:

Para cuando lean esto, yo me habré ido.
Sebastián, quiero que sepas que eres un maldito y todo esto es tu culpa. ¿Creíste que ibas a poder violarme y luego largarte como si nada?, patético. Golpearme, gritarme y luego decir que me amas fue la gota que colmó el vaso. Ojalá te vea en el infierno, así podría darte tu merecido.

Hazme un favor y cuida de Noa, ¿si?, por lo menos hazte cargo de la mierda que creaste a la fuerza.

Para todos los demás, los odio. Los odio por tapar todo lo que estaba pasándome, podrían haberme salvado de la mierda que estaba viviendo, pero no, prefirieron decir que " Sebastián nunca haría eso", ¿miento?.

En fin, espero que esto les duela más que a mi me dolió tomar la decisión.

Hasta pronto para todos, ojalá se pudran.

Cerró la carta y volvió a dejarla donde estaba. Cosechó aquella alma en pena que apenas y ni tenía intensiones de luchar por su vida. Ahora podría tener el descanso que tanto deseaba.

Esa nota lo había dejado un poco molesto, pero no con la chica, sino, consigo mismo.

Muerte tras muerte, tragedia tras tragedia, el trabajo seguía, siempre se le hacía eterna la jornada. ¿Y cómo no sentirla así si después de todo eran horas y horas del mismo trabajo sin descanso?. Sus manos estaban cansadas de tener que tomar su hoz y alzarla para darle un final a todos los desesperados, humillados, lastimados o golpeados. -Al menos, al regresar estaría su amado Geno para recibirle con besos y abrazos- pensó por un momento, poco a poco llegándose a percatar de la realidad de las cosas. Había olvidado aquel pequeño detalle; Geno no iba recibirlo durante un tiempo.

Pisó fuerte en respuesta a tal disgusto.

¡Va a volver!, ¡lo hará tarde o temprano!, él lo ama, ¿no es así?, no por nada se había vuelto tan sumiso, tan dócil, tan tierno, tan cariñoso, tan amable y tan pasivo, ¿no?. Debe ser por algo el que le insistió en quedarse, por lo que lo besó, abrazó, lloró en su hombro, lloró en su pecho; se refugió en el, tomaba su mano, tomaba sus túnicas. Le rogó perdón por mentirle, le dijo su plan de huida; aceptó su propuesta de matrimonio, buscaron nombres para su hijo, ¡iban a tener un hijo!. Si eso no es amor entonces, ¿¡qué es!?.

Empezó a lanzar cortes al aire con la hoz. Estaba molesto, realmente molesto.

Lanzó su arma al suelo, liberándose de aquello que lo aturdía. Empezó a llorar de frustración, golpeaba el suelo con sus manos e intentaba calmar su histeria. ¿Qué había hecho mal?, lo estaba conquistando Justo como antes, parecían amarse, eran felices, ¿qué estaba haciendo mal?. Si era por el pasado, no lo culpaba, le había hecho mucho daño después de todo, pero, ¿porque sólo recordaba lo malo?; ¿por qué no recordaba el largo cortejo que había tenido que pasar para aunque sea verlo reír?. ¡¿Por qué no lo amaba!?, ¡¿qué había de malo en el!?, no lo entendía.

ROTTALE (afterdeath).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora