Capítulo 27

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—Ahora que todos parecen estar de mejor humor —dijo Gabe mientras sonreía—, aprovecharé el momento para presentar algo que escribí hace algunos meses. —Él caminó hacia una esquina de la tarima y Jace vio a su hijo tomar la guitarra que Simon le había regalado cuando era pequeño; se puso la correa sobre los hombros y se volvió hacia el público, diciendo—: La verdad, no quiero aburrirlos con el parloteo, pero... —Él suspiró—. Pienso que detrás de toda canción, detrás de las letras y acordes, hay un significado, más que un significado, están los pensamientos y deseos más profundos de aquel que la escribió. En el caso de la siguiente canción... Muchos de mis familiares y amigos me han enseñado lo letal que puede ser el amor. —Gabe le dirigió una discreta mirada a Anthony y luego fijó la vista en Jace y Clary—. Pero también me han enseñado que no importa cuantas veces el amor te mate y acabe contigo, es también lo único que le puede dar sentido a la vida, devolvértela y avivar tu esperanza.

Clary apretó la mano de Jace entre las suyas cuando su hijo empezó a rasguear las cuerdas de la guitarra. Jace se volvió para ver a Clary y metió un mechón de cabello rojizo detrás de la oreja de ella.

—¿Le has contado? —le preguntó él. Clary no tuvo que pensarlo dos veces para saber a que se refería Jace. Clary asintió.

—Él me lo pidió —contestó ella y desvió la vista hacia su hijo. A Clary la inundó la familiar melodía que su hijo llevaba semanas practicando—. Creo que lo hemos hecho bien —dijo a Jace—. Ya sabes, educándolo.

Jace fijó su mirada en los ojos verdes esmeralda de ella y se sintió como la primera vez que la había visto: como en un sueño, como si fuera imposible que una persona pudiera abrirse paso a través de él como Clary lo había hecho, y se dijo a si mismo que seguiría sintiéndose así durante toda su vida, siempre y cuando estuviera junto a Clary.

—Te debo una enorme disculpa, Clary —dijo él cabizbajo. Clary tomó el rostro de su esposo entre sus manos y  frunció ligeramente el ceño mientras lo obligaba con la mano a verla a los ojos.

—¿Por qué? —preguntó ella. Jace suspiró.

—Por todo lo malo por lo que te he hecho pasar desde que nos casamos, desde que te conocí —respondió él con voz queda—. Por haberte dejado sola en Alacante su tiempo, por darte una gran parte de las responsabilidades y la crianza de Gabe; por estar siempre en Nueva York o encerrado en el estudio. —Jace se calló rápidamente y luego dijo en un susurro—: Si no hubiera sido por mi culpa, por querer ocultarlo, Hope estaría con nosotros...

Clary se puso de puntillas y lo calló con un beso, Jace colocó una mano en la mejilla de ella mientras las palabras de Gabe flotaban en el aire.

Amar puede hacer daño,/algunas veces, amar puede hacer daño,/pero es la única cosa que conozco.

 

Y cuando se pone difícil,/sabes que algunas veces se puede poner difícil,/es la única cosa que nos hace sentir vivos.

 

Guardamos este amor en una fotografía,/construimos estos recuerdos para nosotros mismos,/en donde nuestros ojos nunca se cierran,/los corazones nunca se rompen,

y los momentos quedan quietos, congelados para siempre.

Así que puedes guardarme en el bolsillo/de tus vaqueros rasgados,/abrazarme hasta que nuestras miradas se encuentren,/nunca estarás sola,/espérame a que vuelva a casa.

 

—Nada de eso ha sido tu culpa —dijo ella cuando se separaron, Jace dejó su frente junto a la de ella, sus rostros a centímetros de el del otro—. Dimos lo mejor de nosotros con Hope, le enseñamos lo que nos propusimos desde que nos enteramos que la tendríamos: le enseñamos que hay cosas por las cuales luchar aparte del mundo, que hay razones para sacrificarse y no solo dejar hasta la piel en la batalla. Le enseñamos que también tendría que luchar las batallas que su corazón le diera. Le enseñamos a ser una gran Cazadora de sombras y a valorar su parte humana también.

LLS #2 Ciudad de las Sombras del Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora