Capítulo 19

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Mark recordaba el día en que la Corte de la Luz logró liberarlo de la Caza Salvaje, había sido, no extraño, sino desorientador, volver al Instituto. Un lugar al que sentía que ya no pertenecía: su padre estaba muerto, su hermana estaba exiliada y Allyson había desaparecido; sus hermanos tenían todos cinco años más que la última vez que los había visto. Jules y Emma habían sido incluso mayores que cuando Mark había abandonado su hogar a la fuerza en medio de una batalla.

Lo último que recordaba de Jules era haberle dicho: “¡Corre! ¡Ponte a salvo, ve a Idris, y cuida a Emma!”. Y vaya que se había quedado con Emma. Jules la había cuidado y protegido durante todo ese tiempo.

Recordó su asombro cuando el pequeño Octavius de solo siete años de edad, se había quedado dormido en su regazo. Cristina le había dicho a Mark que era porque Tavvy, al ser su hermano, le tenía confianza. Mark pensaba que nadie confiaba en un Cazador, ni siquiera aquellos que lo habían amado antes de ser uno. Lo había comprendido cuando Tiberius había dirigido hacia él una profunda mirada de odio; y la esperanza en los ojos de Livvy de que su gemelo recapacitara, que se diera cuenta de que era odio innecesario.

Pero ahora, frente a la pira que era el cuerpo de Drusilla; Mark se dio cuenta de que esa sensación de desorientación, era nada comparado con ver el cadáver de su hermanita.

Octavius, a quien muchos habían dejado de llamar Tavvy hacía mucho, miraba sin ver realmente al cuerpo de Dru. Y con el humo elevándose sobre el cuerpo de su hermana, Mark se preguntó que habría hecho Dru por Octavius durante todo el tiempo en que ni Helen ni él habían estado presentes. Drusilla se había autonombrado la guardiana del pequeño desde que este había nacido, incluso cuando se le dijo que su madre había muerto. Dru con solo seis años, había sostenido firmemente a su hermanito recién nacido durante el funeral, fue la única que no lloró; y cuando su padre y Julian no habían aguantado las ganas de llorar, Drusilla le había dicho a Helen que la ayudara a volver al Instituto.

—Tavvy no necesita ver a mami así —había dicho ella lo suficientemente alto como para que Mark la escuchara. Helen se había secado las lágrimas y la acompañó de nuevo al Instituto, donde la niña pasó todo el día con el bebé. Desde entonces siempre fue sobreprotectora con él.

—¿A cuantos más hemos de perder? —preguntó Julian repentinamente, Mark se volvió a su hermano menor, quien ya no era tan pequeño. Julian había sido elegido por el Consejo para estar al frente del Instituto cuando Arthur había sido demasiado viejo para hacerlo. Jules había aceptado sin pensarlo dos veces. Y dos años después había muerto Emma durante una lucha. Julian había dicho que él no podía hacerse cargo del hijo de ella, que su recuerdo era demasiado, y criar a su hijo lo destrozaría aún más. Por lo que James y Tessa Carstairs se habían ofrecido para hacerse cargo del bebé; y el Consejo había estado de acuerdo. Muy pocos sabían la verdadera identidad del padre de James. Mark era uno de ellos.

—No lo sé —respondió Mark—. Pero lamentablemente esto es parte de nuestra vida.

—Es la cuarta vez que utilizo la ropa de luto por alguno de mis seres queridos —dijo Jules mirando el sol mientras se ocultaba, Mark pudo ver las sombras moradas bajo sus ojos—. Quiero que esto pare.

—Yo también —dijo Octavius sin apartar la vista de la pira—. Es injusto todo por lo que nuestra familia ha pasado. ¿Pero Dru? —Él negó con la cabeza—. Es algo que no puedo aceptar hasta tomar venganza.

—Octavius —dijo Helen por lo bajo mirando seriamente a su hermano. Aline se acercó a ella y tomó su mano.

—Ya somos adultos, Helen —dijo el aludido—. Deberías dejar de hacer eso.

—Lo haré el día que ustedes se comporten como tal.

Mark rodó los ojos. Jules solo los ignoró.

LLS #2 Ciudad de las Sombras del Pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora