LLS #2 Ciudad de las Sombras del Pasado.

Capítulo 6

—Necesito un vestido nuevo —dijo Sophie revolviendo entre su armario. Gabriel la observaba aburrido sentado en la cama de la chica, se dedicaba a dar vuelta entre sus dedos a su nueva daga—. Todo es viejo o simplemente no me gusta para este año.

—¿Estás segura de que no tienes absolutamente nada?  —preguntó Gabe. Cada año en el baile de Navidad era así. Incluso desde pequeña se empeñaba en tener, no el vestido más bonito, pero si uno que resaltara un poco más que los otros.

—Si, estoy segura —respondió la chica cortante.

Gabe había notado a Sophie extraña durante varios días, pero lo había dejado pasar. No era la primera vez.

—¿Sabes por qué cambiaron la fecha del baile? —preguntó ella.

—Nadie tiene ni la más mínima idea —respondió Gabe honestamente—. Se dice que es para que se celebre después de los Acuerdos.

Sophie asintió.

—No es mala idea. Así tengo tiempo de decirle a papá que me lleve a esa tienda que me gusta en Nueva York. 

—Ni siquiera recuerdas el nombre —dijo Gabe riendo—. ¿Cómo es posible que te guste tanto?

Ella se encogió de hombros.

—No lo sé.

—Estás extraña ¿sabias?

—No lo había notado —dijo ella. Gabe no pudo distinguir si era sarcasmo así que se quedo callado—. ¿Gabe?

—¿Si?

—¿Sabes adonde fue un grupo de chicos hace dos días? Parece ser que eran varios, tenían el uniforme de combate y cuchillos serafín.

A Gabe lo tomo por sorpresa la pregunta.

—Se supone que los que no participan no deben saber de ello —dijo él.

—¿Tú eres parte de ese grupo?

—No. Pero si sé que es lo que hacen. —Él se levanto y empezó a caminar a través de la habitación aun con la daga en la mano—. Parece que lograron burlar un sector de las Salvaguardas al oeste de la ciudad, es un poco apartado de aquí. Casi entrando en el Bosque de Brocelind, es peligroso acercarse, solo se puede llegar rápido a caballo. Un chico de último curso logró abrir un Portal en ese lugar. Se van de vez en cuando a una buena caza de demonios. 

—¿Un Portal en el Bosque Brocelind? —preguntó ella con los ojos muy abiertos. ¿Thomas fue con ellos? Era lo que realmente quería preguntar—. Se supone que no se pueden abrir Portales desde fuera… ¿Cómo hacen para volver?

—Dejan el Portal abierto y a una o dos personas vigilándolo desde aquí, y otro asignado del otro lado.

—Es Brocelind, no pueden dejarlo abierto así como así.

—Solo es peligroso para un pobre Subterráneo que no este acostumbrado a sus compañeros en Idris —dijo él, lo cual era cierto. El Bosque de Brocelind era el perfecto escondite para unas pocas manadas de licántropos y unos que otros vampiros salvajes a los que no les gustaba mucho la vida urbana. Dejar un Portal abierto era un riesgo—. La primera vez que lo intentaron les salió mal y algunos casi cayeron en el Espejo de los Sueños.

—Creí que solo las Hadas llamaban así al lago.

Gabe suspiró.

—Tengo cosas que hacer en casa ¿nos vemos luego en la Plaza?

—¿Para qué?

 —La tarea de Runología —respondió él—. Hay que identificar las runas grabadas al pie de la Fuente de la Sirena y la estatua del Ángel.