—Qué bueno que llegas, An —expresó Daniel con una sonrisa—, estaba comentándole a Derek los cambios que se harán en la empresa, aunque este cambio ya lo sabía, solo se adelantó.
Sabiendo la relación de ellos dos, la expresión en Derek y el hecho de que él este allí, el miedo empezó a apoderarse de ella. Nada bueno tenía que ser.
—¿Qué cambios, señor Daniel? —indagó con temor.
—Tranquila, cariño, eres una excelente asistente así que tú permaneces aquí, el puesto estás más que asegurado —comunicó sin dejar de sonreír—. No será mucho, solo que desde la próxima semana después del evento habrá una nueva dirección, así que espero seas igual de buena con él.
—¿Qué? ¿Cómo...?
—Vendrá un nuevo vicepresidente, así que espero me dejen todo ordenado y desocupado, él mismo querrá decorar su nueva oficina —se burló con sarcasmo—. Nos vemos después, cuando ya hayas empacado tus cosas, Derek.
La sorpresa de aquello la dejó muda, helada. Sin embargo, en Derek solo podía observar la derrota y la resignación. Al parecer, se había rendido ante aquella situación. Pero, ¿por qué? Ese no era ni de cerca el prepotente y orgulloso hombre que una vez conoció, que volvió a topar y que no había cambiado en absoluto.
El Derek que ella conocía, que le sacó canas verdes y que, por alguna extraña razón, amaba con locura, no hubiese permitido que le quitaran el puesto que tanto ha batallado por años. Mucho menos, se habría dejado pisotear por Daniel, aunque su padre, la persona que menos apreciaba en la vida. Él, el Derek que conoció, habría hecho algo al respecto.
—¿Ya sabías que haría eso? —indagó sobresaltada.
—Sí, desde la última vez que vino —dijo casi en susurros.
—¿Por qué no me lo dijiste? —replicó indignada.
—Para que preocuparte por algo que solo es mi culpa —se encogió de hombros, acercándose cada vez más a ella—, estoy pagando por cada uno de mis errores.
—Pero...
—Solo es algo material, nada de esto me interesa —señaló su alrededor, restándole importancia a todo ello—, de todas formas, sabía que en algún momento iba a pasar.
Estaba tan cerca que sentía su dolor, escuchaba el acelerado latir de su corazón, y podía sentir su aroma llenando sus pulmones. Estaba sufriendo, y ella quizá no podía hacer nada por él.
—Pero sí hay algo que me duele más que todo eso —continuó—, perderte a ti.
—Derek tienes que... —intentó hablar con la verdad, pero...
—Solo escúchame, todo esto que traté de hacer fue por ti, porque sé que siempre fui un imbécil y no hiciste más que abrirme los ojos —le interrumpió, dejando escapar las primeras lágrimas—. Hace siete años casi arruino tu vida, ya lo recordé, y en realidad esas actitudes infantiles no habían cambiado y me pesa no haberlo hecho. Tal vez las cosas ahora fuesen diferentes, tal vez también te hubieses enamorado de mi como yo lo hice contigo. Porque de verdad te amo, An, más que a nada. Y lo siento por Luis, es mi hermano, pero no pude evitar quemarme en mi propio juego.
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✅Esto es guerra, jefecito [DISPONIBLE EN AMAZON EDICIONES MOB]
RomanceEl sueño de Anaira se estaba cumpliendo, trabajar en la empresa de sus sueños en un puesto muy importante. Sin embargo, no contaba con volver a verlo a él, Derek Fox, la única persona en el mundo que ha logrado sacarla de sus casillas. Y aunque él n...