Se sentía frustrada. Pese a sus constantes reclamos, creía que estaba haciendo un buen trabajo incluso desde que ingresó a la empresa. Por más que el mismo Derek diga lo contrario, ella estaba satisfecha con sus avances, más siendo participe activa del proyecto. Y, sin embargo, aquella incómoda situación solo le ponía la soga al cuello.
—¿Sabes? —dijo Alice llegando justo a su lado— Desde que llegaste has sido un contribuyente bastante activo a los chismes en este lugar, y créeme, es el mejor espectáculo del año.
Anaira la miró con ojos entornados, sabiendo que solo era una broma de su parte al escuchar toda su conversación con Noa. Pero, aun así, no le hacía tanta gracia dada la última novedad. Conociendo la actitud de Derek hacia ella, hallará la forma de culparla por la visita de su hermano en el peor momento de todos.
—Me alegra que mi sufrimiento sea de su agrado —exclamó Anaira con sarcasmo.
—Lo siento, pero es que... —hizo a pausa con gestos incredulidad— Cuando empiezo a creer que hay un avance positivo, se retroceden siete más.
—La mayoría ni siquiera es mi culpa, está empeñado en hacerme la vida un infierno por un simple tropezón —replicó exhausta—. En serio, es como un niño caprichoso y consentido.
—Lo sé, y esto tampoco es tu culpa —aseguró Alice—, aunque sí me sorprende que haya sucedido... otra vez.
Y con esa aclaración, la seria y competente Alice estalló en risas a costa de su jefe. Había pasado ya tanto tiempo con ellos, con su familia y empresa, que se sentía tan en confianza de poder hacerlo sin problemas. Aun así, sabía con quién podía hablar de ello con libertad y con quienes no era adecuado.
Era chismosa, pero no imprudente.
—¿Qué tan común sucede? —inquirió Anaira asqueada.
—Con Patricia, muchas veces, aunque la mayoría pasaban desapercibidas, ya tenía sus mañas bien ensayadas —explicó entre risas—. Pero con Tamara o cualquiera de las otras Moiras, es la primera vez y por eso me sorprende. Tal vez Pat era acaparadora, y muy celosa.
—Ahora que lo dices, ese día me ibas a explicar que era eso de las Moiras —recordó.
—Ah cierto, nunca es tarde para esto —se burló para luego retomar algo de seriedad—. Ya conociste a la primera de las tres, y para mi gusto la peor de todas, Tamara. Es periodista, trabaja para una de las revistas comerciales más importantes del país. Aunque Derek no lo vea, está detrás de él por su dinero fingiendo estar enamorada para, ya sabes, amarrarlo con un anillo.
Antes había pensado que solo una loca se enamoraría de Derek, pero ahora que la conocía a ella, los encontraba tal para cual. Presumidos, egocéntricos y caprichosos, la combinación perfecta hecha hombre y mujer.
—La segunda es Cristal, bailarina y modelo, esta es más... como decirlo, desinteresada en ese aspecto, pero sigue siendo igual de superficial que las demás —continuó Alice—. Es como si solo viese a Derek como su amigo con derechos, jefe, dominante, alguna mezcla extraña. Y, por último, Penélope, también modelo y de las cotizadas, la más extraña de todas. Es desapegada, no muestra interés en Derek o en cualquier otra cosa que no sea su trabajo. Aún sigo sin entender porque está con él, es un poco indescifrable. Es más parecida a él en eso, como si le huyeran al amor.
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✅Esto es guerra, jefecito [DISPONIBLE EN AMAZON EDICIONES MOB]
RomanceEl sueño de Anaira se estaba cumpliendo, trabajar en la empresa de sus sueños en un puesto muy importante. Sin embargo, no contaba con volver a verlo a él, Derek Fox, la única persona en el mundo que ha logrado sacarla de sus casillas. Y aunque él n...