18

1.3K 92 8
                                    

Si sus deseos se cumplieran, uno de ellos habría sido no conocer a las Moiras, poder seguir con la tranquilidad de saber que no tendría que soportar a las víboras, en especial a Tamara, la más apegada a Derek

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Si sus deseos se cumplieran, uno de ellos habría sido no conocer a las Moiras, poder seguir con la tranquilidad de saber que no tendría que soportar a las víboras, en especial a Tamara, la más apegada a Derek. Sin embargo, la vida es tan cruel como para no librarla de ninguna de sus pesadillas. Por ello, ese día había conocido a la última de ellas, Penélope. Aunque su interacción fue casi nula, vio en ella lo que Alice una vez le dijo, fría como el mismo Derek, o incluso más que él. Era como si nada le importara, como si todo lo que le rodeara tuviese la misma relevancia que un grano de arena en su vida.

Eso le generó muchas dudas. Sabía que todas estaban con él por algún interés, por gusto propio no. De Tamara suponía que era mera conveniencia, con él tendría noticias en exclusiva, mucho material para su trabajo y diversión extra; Cristal era más por diversión, aunque siendo modelo podría tener contratos exclusivos con Fox Technology; pero Penélope, no hallaba motivo por el cual le beneficiara estar con Derek y amor no era, estaba más que segura de ello.

Pero tampoco se daría mala vida pensado de más, sería desperdicio de neuronas. En cambio, esperó un par de minutos y recogió sus cosas, lo más importante y necesario para seguir con su trabajo desde un lugar más tranquilo: la sala de trabajo común. Dada la situación y recordando aquella vez, no esperaba nada bueno de esa reunión, podía esperar cualquier cosa de Derek y sus amiguitas.

—Llegó nuestra salvación —se burló Camilo—, ¿cómo te ha tratado la vida?

—Había sido todo tan bello hasta hace solo dos horas —se quejó con un suspiro—, pero creo que así es mejor.

—¿Te parece mejor tener a Derek de mal humor? —indagó Matthew igual de burlón.

—Créeme que sí, en definitiva —expresó y todos estallaron en risas—. Pero bueno, me alegra no tener que hacer presentaciones, veo que se llevan muy bien.

Tanto Camilo como Matthew le sonrieron con malicia, chocando los puños como si se conociesen de toda la vida y no de hace solo un par de horas.

—Demasiado bien por lo que veo —replicó mirándolos con ojos entornados.

—¿Por qué te preocupa? —indagó Matthew divertido.

—Deberías alegrarte de eso, ¿no? —añadió Camilo.

—Tal vez está celosa —intervino Alice antes que ella dijera algo.

—Apareces en unos momentos tan oportunos que a veces me das miedo, ¿sabes? —se quejó Anaira— Apoyo la idea de colocarte un cascabel, pero urgente.

—Ni que fuese para tanto, pero, en fin —dijo dirigiéndose a Matthew—, bienvenido a la familia Fox, ¿cómo te han tratado?

—Aquí vamos de nuevo... —suspiró Anaira.

Sin poder evitarlo, Matthew contó con todo detalle el pequeño y nada agradable encuentro con Derek, informándole los extraños cambios que este mismo había tenido durante el fin de semana. A costa de Anaira, explotó muchos detalles del reciente y más candente chisme. Eso sí, la mayoría y más reveladores se los guardó para él por su propio bien.

✅Esto es guerra, jefecito [DISPONIBLE EN AMAZON EDICIONES MOB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora