I'm Not Him

18

Los cabellos rizados del contrario se enredaban en sus dedos, bailaban y saltaban sobre esa cabeza castaña que reposaba sobre sus piernas. Tenía los párpados cerrados, las pestañas alzadas, y sus labios entreabiertos suspiraban despacio. Llevó sus dedos a esos finos y suaves labios, acariciando con la yema de sus dedos, viéndolo fruncir el ceño y removerse.

- Ben... - Lo oyó murmurar, y acomodarse en sus piernas.

El nombrado sonrió. Era divertido molestar a Klaus mientras descansaba.

- ¿Estás cansado?

- Lo estoy...

- ¿De qué? Si no haces nada.

Klaus frunció sus labios y Ben volvió a sonreír.

- ¿Quieres que nos vayamos?

Klaus abrió sus ojos, mirando a su novio.

- ¿A dónde?

- Lejos. Podemos vender la casa e irnos.

- ¿A dónde podríamos ir?

- Mh... ¿Canadá?

- Canadá es bonito....

- Exacto.

Klaus suspiró.

- ¿Crees que eso arregle la inestabilidad de este universo?

- No pienses en eso....

Klaus suspiró.

- Estoy algo preocupado...

- Entiendo... Yo también.... Pero te dije que empezaríamos de nuevo.... Y ahora me arrepiento de no haber aprovechado bien el tiempo.... Te lastimé.

Klaus se levantó, rodeando el cuello de Ben, sentándose sobre su regazo.

- He disfrutado todo este tiempo a tu lado. Así que no te arrepientas, porque yo no me arrepiento de nada. - Besó sus labios.

Ben correspondió, sujetando sus caderas con delicadeza, Klaus ladeó su cabeza, profundizando el beso, aferrándose con fuerza a la persona que amaba.

Al separarse se miraron directamente a los ojos, brindándose un brillo cálido, como su sus almas estuvieran enlazadas. Aunque claro, ambos eran almas gemelas.

Siempre estuvieron destinados a estar juntos.

Ben siempre se había sentido solo, y nunca había comprendido por qué. Ahora lo entendía. Antes no tenía a Klaus, y no quería perderlo. Por fin tenía a alguien que lo comprendía, que lo cuidaba y se preocupaba por él. No quería perder eso, no quería que todo eso desapareciera tan repentinamente como cuando conoció a Klaus.

Acarició con suavidad su mejillas.

- Te he lastimado....

- No importa. Eso ya pasó. - Sonrió.

- Te sigo haciendo sentir triste...

- No es cierto, incluso me trajiste gatitos. Eres un amor, me haces muy feliz.

- Klaus.... - El nombrado lo miró atento - Te amo. - Confesó una vez más. Y es que probablemente se lo repetiría una y otra vez.

Porque nunca sería suficiente para Ben, demostrar todo lo que siente por Klaus. Como cuando se pierde en esos claros y verdosos ojos, tan hermosos. Como si se tratasen de un bosque verde en el cual perderse, en el cual sumergirse entre las maravillas ocultas entre las ramas estrechas, donde se encuentra una pequeña cabaña cerca de un río en el cual vivir cómodamente, disfrutando aquello que es la vida. Simplemente se sentía afortunado de tenerlo, y odiaba penar en la idea de tener que separarse. Se rehusaba, pero también dudaba y sobrepensaba las cosas. Sin duda estaba asustado, como todos. Absolutamente aterrado.