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Su respiración se hizo débil por un momento, incluso su piel se puso más pálida de lo que ya era, su temor a haberlo arruinado era enorme. Pero simplemente....

- Vamos a casa... - Murmuró su novio - Debes estar cansado.... Podemos hacer eso que dijo Cinco otro día... ¿no, Ben?

Su hermano asintió.

- Es mejor que descanses, Klaus....

Ben Sparrow miró los restos del hijo de puta que dañó a Klaus, tampoco dejó que su novio pusiera la vista encima de aquel desastre sangriento, lo guió despacio junto con su alter ego camino a casa.

- ¿Dónde están tus zapatos? - Preguntó su hermano, volteándose a buscar con la mirada.

- Ya no los necesito....

- Vas a lastimarte. - Regañó su novio.

- Estoy bien... ¡Ah! - Exclamó cuando Ben Sparrow lo sujetó para alzarlo en sus brazos y cargarlo a casa - ¡Ben! ¡Oye, puedo caminar solo! ¡Esto es vergonzoso!

- Así te cargaré cuando nos casemos, así que estoy practicando.

- ¡Eres un idiota!

- Tú también.

Ben Umbrella detuvo sus pasos, mirando a la pareja discutir divertidamente entre ellos, sin que ni uno se diera cuenta que se estaba quedando atrás. Intentó sonreír.... pero realmente dolía de forma... que era difícil de explicar y...

- ¡Oye, Ben! ¿Por qué te quedas atrás? - Llamó su alter ego, sujetando la pierna de Klaus que estaba levitando gracias a su telequinesis.

Ben Umbrella sintió sus ojos picar y logró sonreír, haciéndose hacia ellos.

- Lo siento, creí que los estorbaba.

- ¿Por qué? ¿Porque besaste a mi novio?

Klaus chilló y Ben desvió la mirada. El Sparrow aún sostenía el tobillo de su novio, se veía como si estuviera sosteniendo un globo de helio, un globo bien flaco.

Se desviaron del camino, cuando Klaus bajó y los guió a un motel, ambos Ben se pusieron rojos.

- ¡¿Klaus?! - Exclamaron ambos al unísono.

Klaus se giró con una sonrisa encantadora.

- No quiero volver a casa, allá están Cinco y esa señora. Prefiero pasar aquí la noche. - Entró.

Los otros dos entraron junto a él mientras estaban medio nerviosos, el recepcionista se les quedó mirando, luego miró a Klaus.

- No te bastó con comerte a uno y ya traes dos....

Ambos asiáticos desviaron la mirada.

- Dicen que mientras más mejor. - Sonrió el rizado.

- ¡¡Klaus, no le sigas el juego!! - Regañó su hermano.

El recepcionista le recomendó una habitación y Klaus la aceptó, al guiarlos y entrar se arrepintió.

- Mejor duermo afuera. - Murmuró Número 2.

- ¿Klaus, estás jugando? - Cuestionó Número 6.

Número 4 se giró a mirarlos con una sonrisa forzada, y los metió dentro de la habitación.

- Sólo será una noche....

La habitación sólo tenía una cama, una grande, como para matrimonio. Es obvio que el de recepción se los dio con otras intenciones, qué iba a saber el lío sentimental entre estos tres disfuncionales con traumas.

I'm Not HimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora