Los suegros.

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Domingo en la tarde noche.

En el departamento.

— ¿Vieron sus caras? Estaban felices cuando les dijimos —la primera en entrar al departamento y tirarse al sillón fue Florence.

Se habían levantado muy temprano para ir a despertar a los chicos del convento con un desayuno sorpresa; cortesía de David y Jarnett Olsen, y se quedaron durante todo el día hasta que la Hermana Ana las echó.

—Leah no lo podía creer, preguntó si era cierto como veinte veces y cuando la hermana Anna se lo confirmó, saltaba en la cama —Lizzie siguió a su amiga en el sillón.

—Sí, ella y _____. ¿Cuál de las dos saltaba más alto? —preguntó Florence, mirando a su amiga

Lizzie sonrió sin darse cuenta mientras recordaba los saltos en la cama de Leah y _____.

—Es cierto...

La verdad era que, desde que David consiguió por medio de sus contactos el permiso para que tanto Leah como Olvia pasaran un fin de semana en el departamento que habitaban las cuatro chicas, lo único que la empresaria había hecho era imaginar la cara de _____ cuando lo supiera. Tanto Florence como ella, y hasta la misma Scarlett, habían decidido que lo mejor era decírselo a las tres juntas y así fue. Antes de irse del hogar lo hicieron y el número de risas que soltó Lizzie fue incomparable con la cantidad de veces que _____ la abrazó en agradecimiento.

—Me gusta tu cara cuando piensas en _____ —soltó Florence.

Lizzie solo la miró.

— ¿Qué cara? —preguntó, haciéndose la tonta.

—Cara de boba, es una cara que nunca antes te había visto poner —contestó.

Lejos de cambiar de tema, Lizzie decidió ser sincera.

—No sé qué me pasa con ella, Flo...

— ¿Estás segura? —le refutó la bailarina—. Yo creo que sí lo sabes —le dijo.

La empresaria sacudió su cabeza.

—Scarlett tiene razón, somos muy diferentes, tenemos vidas diferentes. Nosotras nos vamos dentro de poco...

— ¿En serio, Lizzie? —la bailarina la miraba seriamente—. ¿De verdad vas a seguir los consejos de alguien que está tan aterrada de tener una relación que todas las noches se inventa una enfermedad distinta para que me quede con ella en vez de dejarme salir con Zach?

Lizzie rio cuando se acordó de la supuesta "clítoritis" que Scarlett se había inventado la noche anterior para evitar que Florence saliera con el tatuador. La norteamericana alegaba que su supuesta falta de sexo estaba ocasionando que su clítoris se apachurrara y perdiera vida. Cuando Florence le recordó que el día anterior la había visto salir del departamento de la vecina del primer piso, Scarlett tuvo que cerrar la boca y aceptar la salida de su ex amante.

—Pero Florence, ninguna de nosotras está capacitada para las relaciones. Mírate a ti, saliendo desesperada con el primer chico que mata de celos a Scarlett—la chica agachó la cabeza, avergonzada—. Y luego estoy yo, tres años de novia con un estúpido a quien no veo hace meses y lo cual no me importa en absoluto —al menos lo reconocía—. Y luego está _____..._____ es tan... tan... tan...

—Rara —ambas rieron ante lo que agregó Florence, tal como lo hubiera dicho la norteamericana.

—Sí, pero también es adorable. Tiene millones de caras que me derriten o que me hacen reír, además está muy buena... —Florence asintió rápidamente—. Y me protege. Dios, ¿viste cómo me agarraba del brazo cuando íbamos a cruzar una calle? Me corre la silla, me abre la puerta del auto, me trata como una princesa —otra vez cara de boba—. ¿Y cómo juega con Olvia y Leah? ¡La adoran! —otra vez la bailarina estuvo de acuerdo.
—Me encanta ver cómo le enseña a tatuar a Leah —recordó Florence.

No soy para ti - Elizabeth Olsen y tu (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora