El adios de la ballena.

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A la mañana siguiente en casa de los señores Olsen.

—Oh, _____, amor...

Lizzie aún no abría sus ojos y aun así no era necesario hacerlo para saber que su novia estaba mucho más que entusiasmada esperando a que ella despertara. Algo duro y grande la apoyaba desde atrás.

—_____... cariño... tienes que tratar de calmarte... —aunque la rubia tenía que admitir que le gustaba poner a su pelinegra así, aún su cuerpo no se había recuperado del todo de su última sesión con ella—. _____, amor... recuerda que Maddie está durmiendo con nosotras —Lizzie alcanzó a abrir un ojo para ver a una desparramada pelinegra durmiendo como si fuera la dueña de la cama.

Por más que sus ojos volvieron a cerrarse, una sonrisa se dibujó en la rubia al ver a su pequeña con un dedo de su mano en su boca mientras que con la mano libre sujetaba a su maltratado conejo celeste. Lizzie respiró hondo en señal de paz, parecía que todo estaba en orden, tal cual le gustaba a ella. Inclusive la enorme erección de _____ en su trasero le parecía normal y hasta decidió sentirla un rato más.

—Amor, vas a hacer que termine siendo adicta a despertar así —le susurró a la pelinegra —. Me voy a terminar acostumbrando y después vas a tener que hacer un esfuerzo para mantenerlo así todas las mañanas —Lizzie rio de su propio comentario.

Para _____ eso no era un problema, la pelinegra siempre estaba lista. _____ era como un boy scout: "siempre lista".

Lizzie escuchó un "plop" y abrió despacio los ojos. Maddie había soltado su dedo y eso quería decir que estaba a punto de despertarse. Por ende, Lizzie se tenía que ir preparando mentalmente para comenzar el día. Cerró los ojos para terminar de recargar sus energías, energías que la pequeña pelinegra y la enorme pelinegra que tenía en este momento Lizzie en su cama se encargaban de gastar. La rubia suspiró y le agradeció a Dios que le hubiera dado una hija como Leah, que ayudaba a restablecer su equilibrio A diferencia de Maddie, Leah era más inteligente que los niños de su edad, aprendía rápido y no le costaba para nada seguir órdenes. Más bien, Lizzie tenía que admitirlo; a la pequeña rubia le sentaba tan bien como a ella dar las órdenes. Ordenes que por supuesto a _____ y a Maddie les costaba seguir y además de todo, encontraban sumamente divertido desacatarlas para el enojo de las rubias.

Lizzie abrió los ojos y miró al conejo celeste que las acompañaba en la cama. El peluche era el ejemplo perfecto para lo que Lizzie quería explicar.

La noche anterior cuando Hailee Steinfield había dejado a la pequeña familia en su casa, Leah estaba completamente dormida en su impecable vestido. A _____ no le costó nada ponerla a dormir en su cama de la habitación, la cual la pequeña compartía con Olivia y con su hermana. Para cuando la pelinegra y la rubia terminaron de ponerle el pijama a Leah y de darle el beso de "buenas noches" para poder dedicarse a Maddie, se dieron cuenta de que la pelinegra no se había quedado donde Lizzie la dejó. No fue hasta que Lizzie revisó su celular que encontró un mensaje de su madre diciéndole que fuera urgente para su habitación, habitación en la cual se encontró con una entusiasmada y totalmente llena de chocolate Maddie contándole a sus dos abuelos absolutamente todo lo que había hecho en la cena, incluida la parte de la desnudez e incluida la parte en que una vez vestida con otra ropa, la pequeña tomó el postre de Hailee, que consistía en un exquisito helado de chocolate bañado en licor de avellana, y se encargó de no dejar parte de su última prenda de ropa sin manchar.

David y Jarnett se reían a carcajadas cuando la pequeña decía "nuda" o "choco", o "má", y las risas incrementaron aún más cuando Lizzie tomó a la pequeña y se la llevó no sin antes dejar que le tirara un par de besos a sus "nonos". Pero eso no fue todo, cuando Lizzie cometió el terrible error de entregarle a _____ a la pelinegra para que fuera dándole un baño mientras ella le buscaba la ropa para dormir, Lizzie se encontró con que no solo Maddie había huido de su novia como siempre, si no que esta vez no había huido hacia sus brazos, sino más bien, hacía otro brazos. Lizzie y _____ encontraron a Maddie desnuda y muy acurrucada entre Izan y Margaret contándoles exactamente lo mismo que les había contado a sus otros abuelos. Y a pesar de que la empresaria encontró adorable que, al igual que su novia, Maddie compartiera el mismo sentido de justicia y lo que le cuenta a unos abuelos se lo tuviera que contar a los otros, la rubia no demoró en tomar a la pequeña y llevarla al baño ella misma; no sin antes dejar que bajo protestas la pequeña saludara a los señores Beckham de la misma forma en que lo hizo con sus padres.
Sin embargo, la aventura de Maddie no terminaba allí. Primero porque era prácticamente imposible sacarla de la bañera. Segundo porque fue imposible hacerla dormir sin antes encontrar a su "pompón"; como la niña le decía a su conejo. Y tercero porque aún con conejo y todo, la pequeña se apareció en la habitación de sus dos madres con un conejo en una mano y con una ballena inflable en la otra. Ballena que Lizzie no sabía cómo diablos hacía la pequeña para encontrarla y con la cual Lizzie tuvo que compartir su noche.

No soy para ti - Elizabeth Olsen y tu (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora